"Paras" y "Guerros" en el Ecuador





Orlando Gómez León, Diáspora Chilena

Fuente: Agencia Informativa Pachacámac

18 de septiembre de 2002




De apenas 24 años, trigueño, con el cabello al rape, tembloroso a veces pero astuto otras, "Roberto" cuenta que es paramilitar. Lo dice sin rodeos, aunque sabe que al volverse protagonista de esta historia, lo pueden matar.

Y es que sus afirmaciones son graves: Ecuador está a punto de sufrir el "desmadre" de los paras; hay miembros de las Autodefensas de Colombia (AUC) y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) viviendo entre nosotros y, además, son muchos los ecuatorianos que les venden armas, uniformes y combustible. "Roberto" se preparaba para ser soldado profesional -luego de prestar el servicio militar obligatorio- pero los "paras" llegaron a la finca en que recogía café, en su natal Huila, y le propusieron que se fuera con ellos. Un instinto que él no sabe cómo explicar lo llevó a unirse a los "paracos", como los llama:

Me pagaban bien (el equivalente a unos 300 dólares). Y, la verdad, era como estar de nuevo en el Ejército. Además, la obligación es apenas estar allí seis meses. Cumplido ese tiempo, si uno quiere, se va. O sigue. Nadie lo obliga a permanecer allí si no quiere.

Se hizo, entonces, un activo militante de las AUC. Primero estuvo en el noroccidente de Colombia, en Bolívar y Antioquia. Allí recibió entrenamiento de un ruso, al que solamente conocían por el nombre de "Humita". Luego fue enviado al Bajo Putumayo. Allí ha estado desde hace tres años, "desde que rompimos zona" (iniciar un ataque). Su frente es uno de los que combate con la guerrilla casi a diario, en lucha por el control de esta estratégica zona.

Allí están los comandantes "Mario" y "Guillermo". De ahí en adelante, en cada población, se encuentran los jefes de zona. En "El Tigre", el comando Asprilla; en el Placer, "Zorro"; en La Hormiga, "Guillermo" y en La Dorada, "Aníbal". "Roberto", a quien se le adivina como una tristeza recóndita, y que ahora es desertor en la clandestinidad, revela que ha sido testigo directo de varias masacres. Y es que en el monte matan larga y cruelmente. En las ciudades, en cambio, lo hacen de uno o dos certeros disparos.

Casi siempre se descuartiza a las víctimas. A veces con motosierras manuales, como la "Steel", o sino con peinilla (machete) o cuchillo, con lo que haya. Una vez, en plena frontera amazónica con Ecuador, nos movilizábamos en una camioneta blanca a la que llamábamos "Camino al cielo". Ahí llevábamos a los que habíamos agarrado por ser colaboradores de las FARC. Eran cuatro. A algunos los arrojamos a un lago donde había un cocodrilo, pero a otros los destrozábamos completamente con la motosierra.


La venganza de Castaño

Estos genocidios se deben a una orden de Carlos Castaño, el jefe máximo de las Autodefensas. Su padre fue secuestrado por las FARC, que le exigieron un cuantioso rescate. Cuando lo pagó, le devolvieron el cadáver descuartizado. Entonces, Castaño ordenó a sus hombres que todo guerrillero o colaborador de estos sea despedazado. Es la manera de cumplir su venganza, con una amenaza, además: que si algún día visita una zona y ordena que se abra una fosa y el cadáver que allí se encuentre está completo, entonces matará al comandante respectivo. "Ante eso, pues hay que cumplir la orden", dice "Roberto". Y es que una de las estrategias de los paramilitares es la del control, a punta de terror.

Este oficio lo pone a uno agresivo. Digamos que estamos entrenados para matar. O para negociar droga...

Lo único que hacemos es advertirle a los cultivadores que no pueden vender la coca a las FARC, porque si lo hacen se les da la vuelta, es decir, los mataremos.


¿Cómo venden la droga?

El campesino la trabaja, la cultiva y saca la base. Tienen laboratorios pequeños donde se saca el cristal, de cocaína o de heroína. Entonces llega la avioneta y se embarca. Así de fácil...


¿Tienen muchos enfrentamientos con las FARC?

Sí, sobre todo el Bajo putumayo. No hace mucho, como un mes, hicimos una operación buscando la emisora de ellos, "La Voz de la Resistencia". Estuvimos en combate ocho días, pero no pudimos encontrar la radiodifusora. Solamente hallamos camuflados varios televisores y computadoras.


Están en el Ecuador

"Roberto" afirma que los paramilitares han entrado al Ecuador y que tanto ellos como las FARC están en Sucumbíos.

Por eso es que hay tantas matanzas...En Lago Agrio, en General Farfán, en una partecita que se llama El Eno, en varios lugares están los paramilitares. Y guerrilleros también, lógico: si no hubiera guerrilla no hubiera "paracos".


¿Han asesinado a ecuatorianos?

Una vez nos llevamos a tres ecuatorianos que eran milicianos de la guerrilla y los ejecutamos en el otro lado. Los capturamos en un sitio que se llama La Punta. Eran de Manabí, Guayaquil y Quito.


¿Y masacres?

Se hizo una en El Limoncito. Cayeron cuatro jóvenes, una mujer y un anciano. Allí, en ese sitio, la guerrilla hace fiestas, comparte con la gente, rumbea. Un día llegamos como a las seis de la mañana para sorprenderlos, pero la guerrilla se acaba de ir. Los seguimos, pero nos los encontramos. Eso le dio rabia al comandante "Algiro" y ordenó matar a esa gente inocente. En otras partes, pero en el lado colombiano, se mataron como a unos 15...


¿Hay ecuatorianos en las Autodefensas?

Sí, entre 40 y 50. Conmigo anduvieron patrullando siete. Y en este momento están en entrenamiento 30 jóvenes ecuatorianos.


¿Dónde se entrenan?

La escuela está ubicada en Puerto Caicedo.


¿Tienen planes para entrar al Ecuador?

Planes, lo que dice planes, no, pero si ahora hay siete "paracos" sólo en Lago Agrio, entonces pienso que de aquí a mañana ya no van a ser siete, sino muchos más...


Aprovecho que habla sin tapujos para plantearle si existen cultivos de coca en el Ecuador. "Sí, claro: por los lados y al frente, pasando el río San Miguel. Son de las FARc y los maneja gente ecuatoriana.


¿Sabe si hay muchos miembros de las FARC en el Ecuador?

Sí, y ya se han comenzado a ejecutar algunos. Hace poco estábamos tras el comandante "Morocho", un jefe guerrillero que se mantiene mucho en Ecuador, en Guayaquil y Santo Domingo, sobre todo. También "Martín Corena", el máximo comandante de la zona. Por eso puedo asegurarle que de pronto van a comenzar a "sicariar" (asesinar a alguien determinado) hasta en Quito.


El Ejército, aliado

"Roberto" dice que las AUC están dando un viraje y reconoce que han cometido errores. Pero también revela que tienen "buenas relaciones" con el Ejército colombiano.

Por ejemplo, necesitamos hacer una operación grande y entonces, se comunican los comandantes, los nuestros con los capitanes del Ejército, y coordinan para que ellos vayan por un lugar y nosotros por otro. Y si las cosas se ponen muy pesadas, pedimos el apoyo aéreo de ellos y luego todo el mundo cree que es el Ejército el que está combatiendo...

Y remata diciendo que el conflicto colombiano da pena, porque es "una guerra entre hermanos", pero está de acuerdo en que, por ahora "el dios de la guerra no perdona a los cobardes y algún día la paz ha de llegar".







 
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