Contra la campaña sucia de Alvaro Noboa





Gustavo Pérez Ramírez, Diario La Hora

Quito, 3 de noviembre de 2002




La estrategia electoral del magnate ecuatoriano aspirante a la Presidencia en la segunda vuelta parece inspirada en las Vidas Paralelas de Plutarco, en lo que éste refiere de la vida de Craso, el hombre más rico de la antigüedad.

No busco paralelismo en la manera tortuosa como el magnate romano hizo su fortuna, porque no me constan las acusaciones que se le hacen al ecuatoriano. Tampoco, y por obvias razones, es posible encontrar coincidencias en la oratoria, de la cual Craso fue un eminente ejemplar.

El paralelismo está en la estrategia de intimidación, que Craso supo manipular cuando decidió que además de la grande fortuna que había acumulado, quería el poder. Amenazó con una inminente invasión a Roma de Espartaco, el famoso gladiador romano, con su ejército de esclavos rebeldes, los "comunistas" de la época.

Narra Plutarco que Craso logró que dos Legiones le cerraran el paso a Espartaco, que conducía a los esclavos gladiadores hacia la libertad a través de los Alpes, para que no tuviera otra alternativa que marchar contra Roma. Ante la inminente amenaza, Craso se hizo nombrar Pretor. Después de la derrota de Espartaco, que se debió a Pompeyo, al año siguiente Craso fue elegido Cónsul.

Noboa, presagia que el país se incendiará si no sale elegido, y se ofrece como garantía de salvación de la democracia contra un supuesto comunismo, que ve en quien se ocupa de los pobres, regresando al lenguaje apolillado de la Guerra Fría, y haciendo eco a acusaciones infundadas que llegan desde Florida. Paradójicamente predice, que quien salvó al país del nefasto gobierno de Mahuad, lo llevaría a una peor crisis económica y política, si fuera elegido. Además de asustar con el fantasma de Chávez, que no logró amilanar a los brasileños.

Curiosamente, en las entrevistas que se le hacen a los candidatos no se indaga sobre la admiración de Noboa por el presidente W. Bush y la elite gobernante norteamericana, que lanza al mundo a una guerra de predecibles consecuencias, pero sí, e insistentemente, sobre la admiración que pueda tener su contendor con el presidente Chávez. A Craso le sirvió la estrategia de inventarse un enemigo y proclamarse salvador único. Si hubiera estado en el Ecuador contemporáneo, hubiera amenazado con fuga de capitales, congelación de cuentas, emigraciones masivas.

Pero ¡Ojo! Al final de su gobierno se hundió la República y sobrevino el Imperio, que emula ahora "El Imperio", con la pretendida Pax Americana, que describe temible Toni Negri en su aclamado libro. El magnate bananero ofrece convertir a Ecuador "en una gran zona franca libre de impuestos", donde podrá venir el capital peregrino, pero para fugarse al primer rugido del león tropical.

El país no debería dejarse polarizar, y menos dejarse intimidar por una campaña sucia e innoble, impulsada por quien parece ignorar que la historia, cuando se repite, es una farsa.







 
Llacta!    Portada |  Organizaciones |  Comunicados |  Noticias