Estados Unidos presiona y Ecuador cede: El caso de la base yanqui de Manta





Kintto Lucas

Quincenario Tintají

Quito, marzo de 2003




La presión del jefe del comando sur del ejército de Estados Unidos, James Hill, para ejecutar un programa de interceptación de embarcaciones en aguas soberanas de Ecuador, hace recordar la forma en que se firmó el convenio que entregó la Base de Manta, entre gallos y medias noches.

Hill anunció la semana pasada durante una nueva visita a Ecuador que hay adelantos en las negociaciones militares con nuestro país para permitir a los buques de guerra estadounidenses permanecer en aguas ecuatorianas en forma permanente y realizar las acciones que crean necesarias contra cualquier barco. "El convenio sobre interdicción será vital para la seguridad hemisférica", aseguró Hill.

Sin embargo, significaría una ampliación del convenio que cedió la Base y parte del puerto de la ciudad de Manta a las fuerzas armadas de Estados Unidos, y como todo acuerdo internacional necesitaría de la aprobación del Congreso. Según datos de la Autoridad Portuaria de Manta, entre enero de 2000 y septiembre de 2002, llegaron al puerto 35 buques de la Armada de los Estados Unidos, varios que estaban en tareas de interdicción marítima en más de una ocasión. Con el acuerdo que promueve Hill esas acciones, hasta ahora realizadas en forma ilegal, serían legales y se multiplicarían.

Siendo un poco suspicaces podríamos vincular el pedido de Hill con las acciones del gobierno estadounidense en Irak. La invasión del País Gringo a Irak y su presión a Ecuador para firmar el convenio de interdicción, forman parte de la política de Bush Hijo para consolidar un mundo unipolar con una sola potencia hegemónica.

Un convenio de esa naturaleza además de ir contra la soberanía ecuatoriana, pone en peligro la neutralidad ecuatoriana frente al conflicto de Colombia. El presidente colombiano Alvaro Uribe Vélez, jefe de un gobierno denunciado por violaciones a los derechos humanos ha rogado a Estados Unidos que después de terminada la guerra en Irak, intervenga en Colombia contra la guerrilla de ese país. En esa intervención, ¿qué papel cumplirían esos buques ubicados en aguas ecuatoriana?

Durante su visita, el general James Hill visitó instalaciones militares en la Amazonía ecuatoriana, más cercanas al Putumayo colombiano que la Base de Manta, o sea más cercanas al teatro de operaciones de una posible intervención. Hill, acompañado de la embajadora del País Gringo, aseguró el interés de su país es apoyar a los militares ecuatorianos en entrenamiento y equipamiento y comentó que "la idea es trabajar día a día, construir amistades, conocer a los líderes (del ejército ecuatoriano) y llegar a ser amigos". Con un amigo como éste para qué tener enemigos.

El militar también argumentó que la posición de su gobierno y del de Alvaro Uribe es regionalizar las operaciones del Plan Colombia. En ese sentido aseguró que los Ministros de Defensa y Relaciones Exteriores de Panamá, Ecuador, Brasil, Venezuela, Perú y de Estados Unidos que se reunieron hace dos semanas en Bogotá tuvieron esa intención.

Sin embargo, durante esa reunión, los ministros de Brasil, Venezuela, Ecuador, y Perú no aceptaron declarar "terroristas" a las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) como pidieron los gobiernos de Estados Unidos y Colombia.

Eso provocó un resentimiento en el gobierno de Uribe y trajo como consecuencia el aumento de la presión del País Gringo sobre el gobierno de Lucio Gutiérrez, quien dijo querer ser el mejor amigo de Estados Unidos, pero a la hora del té parece más amigo de Brasil.

A pesar de los nervios de la canciller Nina Pacari cuando anunció que Ecuador no declararía "terroristas" a las FARC, y la poca difusión que tuvieron los comunicados de la Cancillería que marcan una posición independiente frente al conflicto colombiano, en la posición asumida por Ecuador resalta la neutralidad ante el conflicto colombiano y el respeto a la libre determinación de los pueblos. Pero es necesario fortalecer esa postura digna de Ecuador para que el gobierno no ceda ante las presiones del País Gringo sobre el acuerdo de interdicción marítima. Ceder sería como ampliar el acuerdo que entregó la Base de Manta. El subdirector del Diario Expreso, Jorge Vivanco Mendieta, se interroga en un editorial, "¿Y después de Irak qué?", y responde que lo "más urgente y más a la mano para Estados Unidos es el problema de Colombia". Y no se equivoca, como no se equivoca al decir que a pesar "del revés" que tuvo Estados Unidos en la reunión de Bogotá, "en que los países vecinos de Colombia, a excepción de Panamá, se negaron a declarar a las FARC como grupo terrorista", seguirá intentando profundizar la aplicación del Plan Colombia.

Como militar, Lucio Gutiérrez, debe saber que firmar ese convenio es involucrar a Ecuador en cualquier posible intervención que se le ocurra al País Gringo en el futuro.

El convenio que cede la base fue firmado por Heinz Moeller, Benjamín Ortíz Brennan y Jamil Mahuad entre gallos y medias noches. Ojalá no ocurra lo mismo con el de interdicción marítima.







 
Llacta!    Portada |  Organizaciones |  Comunicados |  Noticias