Advierte Blanca Chancoso de la CONAIE: Si Gutiérrez persiste en acuerdo con FMI el Pueblo deberá adoptar acciones





Fernando Arellano Ortiz

Cronicón

15 de abril de 2003




El Presidente del Ecuador ha abandonado los postulados políticos iniciales que permitieron el respaldo de los indígenas a su candidatura. “Ha demostrado ser un lobo con piel de oveja. Y si no rectifica en sus medidas económicas, el pueblo ecuatoriano deberá determinar qué pasos sigue”, afirma la dirigente indígena.

La suscripción de un acuerdo basado en la Carta de Intención que acaba de negociar con el Fondo Monetario Internacional (FMI) el gobierno del presidente Lucio Gutiérrez con el propósito de obtener en los próximos trece meses créditos de ese organismo por 205 millones de dólares, ha originado un gran inconformismo al interior de los sectores políticos ecuatorianos que apoyaron la candidatura del actual mandatario, lo cual deja entrever un escenario de incertidumbre y pugnacidad que, de seguro, afectará la gobernabilidad del Ecuador.

Sectores decisivos en el triunfo electoral de Gutiérrez como la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) y su brazo político el partido Pachakutik que tienen un gran peso específico en este país, hasta el punto que fueron determinantes en el derrocamiento por motivos de corrupción del presidente Jamil Mahuad, el 21 de enero de 2000, y los cuales hacen parte del actual régimen a través de dos Ministerios como la Cancillería y la cartera de Agricultura, están tomando distancia del Presidente y han anunciado que su alianza con él no constituye “un matrimonio indisoluble”.

Lo que se vislumbra en el horizonte político ecuatoriano es una gran tormenta ante las protestas que se ven venir por las exigencias del FMI para poder desembolsar los recursos de crédito. Exigencias que no están dispuestos a aceptar los indígenas que son un factor determinante de poder y que tienen un pacto con Lucio Gutiérrez, pero si no rectifica sus medidas en materia económica, se pueden volver en contra suya. Y no es para menos, pues ese organismo internacional ha conseguido del gobierno ecuatoriano la concentración de más de la mitad del presupuesto nacional para el pago de la deuda externa, incluidos los excedentes de las exportaciones de petróleo. Igualmente, pretende avanzar en las privatizaciones de los teléfonos y el sector eléctrico y por imposición suya, el gobierno decretó ya el ajuste mensual de las tarifas de energía y combustibles, al tiempo que se anuncia la intervención en la seguridad social para congelar las pensiones de los jubilados y los créditos a sus afiliados.


“NOS HAN METIDO ALGUNOS GOLES”

Las voces de protesta ya se están haciendo sentir. Blanca Chancoso, miembro del consejo asesor del movimiento Pachakutik, brazo político de la poderosa CONAIE, y al mismo tiempo coordinadora de Ecuarunari, la organización de la etnia quichua, se siente traicionada por el gobierno de Gutiérrez porque considera que ha abandonado los postulados políticos iniciales que permitieron el respaldo de los indígenas a su candidatura.

“Gutiérrez –dijo- ha demostrado ser un lobo con piel de oveja. Y si no rectifica en sus medidas económicas, el pueblo ecuatoriano deberá determinar qué pasos sigue”.

Tras esa dura advertencia, Chancoso agregó que hasta el momento “nos han metido algunos goles, pero por fortuna el partido apenas está comenzando”. Fue enfática en señalar que, ciertamente, con este gobierno los indígenas han logrado ocupar espacios políticos importantes como los Ministerios de Relaciones Exteriores y de Agricultura, “y ahora que los hemos conquistado, vamos a luchar por nuestros proyectos”, afirmó.

El movimiento indígena ha sido reiterativo en rechazar en forma contundente el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y el Plan Colombia que está teniendo graves incidencias en el Ecuador. Sin embargo, Chancoso señala que Gutiérrez tan pronto llegó al Palacio presidencial de Carondelet en Quito, cambió su discurso y se ha mostrado muy consecuente con las políticas de Washington hasta el punto que manifestó que quiere ser “el mejor aliado del gobierno de Bush” en América Latina.

Esa transmutación del mandatario ecuatoriano no sólo tiene enfadados a los indígenas, los principales aliados del gobierno de Gutiérrez, sino que los ha obligado a tomar distancia.

Por esa razón es que esta dirigente señala que si bien existe una alianza política de Pachakutik con el partido de gobierno, Sociedad Patriótica 21 de Enero, eso no quiere decir que la misma no se pueda disolver.

Si bien los indígenas eran conscientes de que Gutiérrez recibía un país en difíciles condiciones económicas, no esperaban “una revolución”; empero, si aspiraban a un cambio en cuanto al modelo económico y, sobre todo, a que “el Presidente cumpla su palabra y se pueda defender la soberanía del país”.

Aunque reconoce que el reto del gobierno es muy grande por las difíciles condiciones socioeconómicas del Ecuador, Chancoso sostiene que en Pachakutik "no queremos que se pague la deuda externa quitando dinero a la salud y la educación. Queremos que vaya abriendo caminos para ir desarrollando nuestras propias propuestas". Explica que en la actualidad “el 54 por ciento del presupuesto del país ha sido destinado para el pago de la deuda externa al Fondo Monetario Internacional. Sin embargo, la deuda crece... ¿Cómo justifican que sacrifiquen al pueblo, y la deuda lo que haga es subir? Hace como 20 años, nuestra deuda era aproximadamente de 8000 millones de dólares, y hoy está por los 16000 millones”.

Las distintas etnias, agrega Chancoso, preocupadas por la dignidad nacional, también esperan cambios en la política externa y que el presidente Gutiérrez, fiel a su compromiso de campaña, revise los acuerdos sobre la base de Manta, el Plan Colombia y el ALCA.


COMBATIVA DIRIGENTE

Menuda, pugnaz y elocuente en sus comentarios, esta influyente activista de las organizaciones étnicas ecuatorianas nació en la población de Cotacachi (provincia de Imbabura), en 1955, en el seno de una familia "migrante", es decir, de indios que dejaron el campo por la ciudad. Hizo sus estudios secundarios en un colegio rural, en donde obtuvo su bachillerato en Ciencias de la Educación.

Todo empujó a Blanca Chancoso a ser educadora y, apenas tuvo el cartón en la mano, se dedicó a organizar a las comunidades de su región. La presencia de una maestra joven, que hablaba quichua y castellano, fue impactante en el medio en que se movía. Desde un principio asumió un protagónico liderazgo. Desplazó a los “tinterillos” (ofician de abogados sin serlo) que se aprovechaban de la ignorancia de los indígenas y fue ganando espacio y confianza hasta el punto de organizar en 1974, la Federación de Indígenas y Campesinos de Imbabura.

A partir de entonces la lucha de esta joven maestra fue imparable: se incorporó a la organización de la etnia quichua Ecuarunari y participó en 1976 en las marchas de reclamación en la provincia de Chimborazo, así como en las jornadas por una reforma agraria que recogiera las aspiraciones indígenas.

En 1980, Blanca Chancoso estuvo al frente de las actividades que inauguraron una nueva etapa en el movimiento étnico del Ecuador. En ese momento los indígenas reivindicaban el establecimiento de la educación bilingüe y el reconocimiento de la plurinacionalidad. Estas acciones desembocaron en 1986, en la creación de la CONAIE.

En esa organización ocupará cargos relacionados con la política, el agro y la educación. Luego de su intensa labor de activista regresa a la provincia de Imbabura y en la población de Otavalo retoma su trabajo con la comunidad y realiza tareas de consultoría para las Naciones Unidas. Aunque nunca ha buscado al interior de las organizaciones indígenas cargos directivos, su liderazgo, su talante y su gran capacidad organizacional han hecho que con frecuencia sea llamada para llevar a efecto tareas de gran trascendencia política como, por ejemplo, ser vocera y negociadora de la CONAIE ante el Presidente de la República de turno.


LA VÍA POLÍTICA

Consolidado el movimiento indígena en una Confederación se vio la necesidad de optar por la vía electoral y es así que se creó el movimiento Pachakutik, lo que ha permitido que varios dirigentes de las diversas etnias ecuatorianas accedieran a cargos de representación popular.

En las últimas elecciones presidenciales la CONAIE y Pachakutik determinaron apoyar a Lucio Gutiérrez que fue su compañero de lucha el 21 de enero de 2001 cuando, conjuntamente con un grupo de coroneles, defenestraron al entonces presidente Jamil Mahuad.

Consideraron pertinente no apoyar a uno de los suyos, porque, como señala Blanca Chancoso, “los sentimientos racistas vigentes en la sociedad ecuatoriana no permiten aún la elección de un indígena como Presidente”.

Esa discriminación se ha hecho evidente ahora en el gobierno de Gutiérrez. “Los partidos tradicionales no querían que la canciller fuera la indígena Nina Pacari, y Bush tampoco lo quería, porque se aterran que la carta de presentación del Ecuador sea una india y, además, porque ella hará una política exterior para todo el país y no para unos pocos”, comenta la menuda dirigente.

Frente a su proyecto político, Chancoso está convencida de que ésta “es la era del Pachakutik, que significa volver a mejores tiempos", dado que hay una gran coincidencia en América Latina en el sentido de que fuerzas progresistas de los distintos países de la región estén llegando al poder. "La naturaleza del cambio está con los pueblos", expresa.

El movimiento Pachakutik es una fuerza seria y consolidada. Blanca confirma la credibilidad que tiene entre distintas capas del pueblo ecuatoriano, "sin embargo hay muchos prejuicios porque hay gente que no quiere ser gobernada por los indígenas".

El movimiento indígena no se muestra racista, sino ecuatoriano, pero cree que es imperativo “entender a Ecuador como un Estado plurinacional y que no se vea con un solo patrón cultural".

Las etnias han sido pacientes, sabiéndose poderosas, por eso quieren dar un compás de espera para ver si la justicia por fin llega. Esa es la postura de Blanca Chancoso, quien dialogó ampliamente con CRONICÓN, aprovechando su presencia en Bogotá para participar en el foro Más allá del Neoliberalismo, construcción de alternativas mundiales, que organizó la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Colombia, a finales del mes de marzo.

- Usted ha manifestado públicamente que el presidente Lucio Gutiérrez es “un lobo con piel de oveja” y que su gobierno no está llenando las expectativas de la CONAIE ni de su movimiento político Pachakutik. ¿Por qué?

- Porque ha cambiado, no es el Lucio Gutiérrez que al inicio de la alianza con nosotros expresaba su compromiso por combatir la corrupción y la pobreza, más bien hoy se muestra como el mejor aliado del gobierno de Bush y así lo ha manifestado, ha reafirmado el compromiso de mantener la base de Manta e, inclusive, se muestra partidario de que Ecuador ingrese al ALCA. Entonces su discurso de ahora es contradictorio con el que sustentó su campaña presidencial. A dos meses de iniciado su gobierno comenzó aplicando medidas exigidas por el Fondo Monetario Internacional e integró un equipo económico de iguales características y estilo al del gobierno anterior. Por eso es que el gobierno de Lucio Gutiérrez no llena no sólo las expectativas del pueblo indígena sino las de todo el pueblo ecuatoriano, porque todos confiábamos en un cambio y en otras posibilidades.

- ¿A qué atribuye el hecho de que Lucio Gutiérrez una vez llegó al gobierno haya cambiado su discurso político?

- Cuando se aspiraba a que el gobierno de Gutiérrez afirmara su política de Estado, ha adoptado en forma irresponsable otra posición, muy distinta a la que se comprometió durante la campaña presidencial y ha cedido a las presiones del Fondo Monetario Internacional y de la Embajada Americana. Y el querer quedar bien con estos sectores hace que sea evidente su cambio de postura. A ello hay que agregar que en el plano interno se ha dejado presionar de la derecha ecuatoriana y eso ha sido muy notorio desde el momento mismo de la posesión. Lo que queda en evidencia es que Gutiérrez tenía un discurso con el que aspiraba a ganar y ahora que lo logró adopta otra posición política totalmente diferente a la que tenía en la campaña presidencial.

- Sin embargo ustedes los de la CONAIE y Pachakutik tienen una alianza con el partido de gobierno Sociedad Patriótica 21 de Enero que fue la que permitió, finalmente, el triunfo de Gutiérrez y eso les ha dado derecho a participar activamente en el régimen con Nina Pacari en la Cancillería y Luis Macas en el Ministerio de Agricultura. ¿Si no están satisfechos con las primeras medidas de Gutiérrez, hasta dónde llegará esa alianza política?

- La organización indígena ha hecho las primeras evaluaciones y ha tomado la decisión de mantener distancia frente al gobierno y así lo hemos expresado claramente. Pero, así mismo, hemos hecho nuestras exigencias y si el gobierno persiste en sus medidas contradictorias pues el pueblo tendrá que decidir cuál será el siguiente paso a dar. Esperamos, entonces, que el gobierno reoriente sus políticas y no continúe con medidas económicas que empobrecen más a los sectores más deprimidos.

- El gobierno de Lucio Gutiérrez ha suscrito un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional para obtener créditos de la banca multilateral. ¿Ese acuerdo, en su concepto, afecta los intereses del pueblo ecuatoriano?

- Si, claro, porque el Fondo Monetario Internacional pone condicionamientos en los que exige elevación de impuestos, incremento de los servicios públicos, que, en últimas, incrementan el costo de vida pero en cambio no hay compensación salarial ni políticas que compensen los costos de productividad, a esto hay que añadirle exigencias para privatizar algunos activos del Estado ecuatoriano. Por otro lado, preocupa que el supuesto crédito que ha dado el Fondo Monetario Internacional no sea en su totalidad para planes y programas de inversión social, sino que el 50 por ciento de ese empréstito está destinado a saldar el pago de intereses de la deuda externa. Por esa razón no podemos estar de acuerdo con estos procedimientos y creemos necesario, al mismo tiempo, que la carta de intención suscrita con el FMI pueda ser conocida por todo el pueblo ecuatoriano para que evalúe cuál ha sido hasta el momento la gestión de este gobierno en materia económica.

- ¿Cómo vienen consolidándose internamente la CONAIE y su brazo político Pachakutik, si se tiene en cuenta que ustedes fueron factor determinante para derrocar un gobierno corrupto como el de Jamil Mahuad y prácticamente darle la victoria al coronel Lucio Gutiérrez?

- Hay que tener en cuenta que en la actuación política ambas organizaciones tienen responsabilidades distintas. La CONAIE es la representante y gobierno de los pueblos indígenas del Ecuador y el Pachakutik tiene una responsabilidad en cuanto a la política electoral y en este caso frente al gobierno ecuatoriano, pero también es un espacio de convergencia que no es solamente de los indígenas. Por lo tanto tienen misiones diferentes, pero cuentan con un canal que permite la coordinación de acciones. En ese ámbito nos movemos y cada organización cumple las tareas, actividades y deberes propias de su función.

- ¿Cuál es la percepción del movimiento indígena ecuatoriano frente al Plan Colombia y sus incidencias en la región andina?

- Desde nuestras organizaciones hemos expresado preocupación por los efectos del Plan Colombia y nuestro rechazo; igualmente y desde gobiernos anteriores venimos reiterando la necesidad de que Ecuador pudiera tomar la iniciativa para que con otros países se pudieran buscar acciones tendientes a lograr una salida política negociada a este conflicto. Incluso, consideramos necesario que pudiésemos integrar una misión de observadores internacionales en las zonas de frontera porque, como se sabe, el Plan Colombia no solo afecta a esta nación sino que tiene consecuencias en los países vecinos. En lo referente a los pueblos indígenas hemos hecho la exigencia de que el gobierno ecuatoriano garantice el reconocimiento y respeto a nuestros territorios que están sobre la frontera colombo-ecuatoriana y que se ven seriamente afectados por las fumigaciones bajo el pretexto de acabar con el cultivo de coca. Nuestros estudios y evaluaciones nos han permitido concluir que esas fumigaciones en vez de acabar con esos cultivos están aumentándolos y, sobre todo, están acabando con la naturaleza y generando desplazamiento forzado de gran cantidad de gente. Otra de nuestras exigencias es que el gobierno ecuatoriano solicite al de Colombia que haya un respeto de la franja fronteriza, que las fumigaciones no se hagan a ras de la frontera sino que se establezcan unas zonas o franjas de protección de diez kilómetros de distancia entre las poblaciones limítrofes. Ahora, en la actualidad nos preocupa que, pese a los anuncios del gobierno ecuatoriano en el sentido de que no va a intervenir en el conflicto colombiano, se está militarizando nuestra región fronteriza por eso hacemos un llamado internacional para lograr la desmilitarización de esta zona y se asuman otras medidas porque nosotros no queremos hacer parte de una guerra que no es nuestra.



Fuente: http://www.cronicon.net/chancoso.htm







 
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