El impacto de Texaco aún se siente en la Amazonía

Diario El Comercio, edición digital.

Quito, 17 de junio de 2003

Redacción Nueva Loja

La remediación ambiental avanza a paso lento en Sucumbíos y Orellana. Los pobladores de las dos provincias conviven entre piscinas de crudo y esteros artificiales de aguas de formación.

En la parroquia San Carlos, un poblado ubicado al sur del cantón La Joya de los Sachas (Orellana), los cultivos de los campesinos se confunden con los matorrales que brotan sobre piscinas de crudo.

Los vecinos optaron por construir cercas rústicas con palos, estacas y alambrado para evitar que las gallinas, chanchos y vacas caigan a los pantanos artificiales de petróleo.

Las piscinas están ubicadas a lo largo de la parroquia, junto a los pozos petroleros y plataformas de material pétreo que fueron construidos para la explotación del crudo.

Según técnicos de la empresa Pecs Iecontsa, encargada de la remediación ambiental de varias piscinas, el trabajo empezó hace nueve años en esta zona. Pero esas labores no se aprecian en la piscina junto al pozo 52 que es parte del campo Sacha Sur.

Antonio Sarango, presidente de la Junta Parroquial de San Carlos, dice que la piscina fue excavada por Texaco hace 15 años y es una fuente permanente de contaminación. "Cuando llueve, el agua contaminada se riega por los cultivos y esteros cercanos".

Una situación similar viven 14 familias que habitan cerca del pozo 2 del mismo campo Sacha Sur, donde la compañía Texaco, hace 12 años, cubrió cinco piscinas con tierra, material pétreo y vegetación.

A criterio de Efraín Riofrío, un campesino que habita 25 años en la zona, la reactivación de los trabajos de perforación en este pozo, por parte de Petroproducción, demostraron que las técnicas utilizadas por Texaco fueron precarias.

"Con el peso de las volquetas y tractores que Petroproducción utilizó para ampliar la plataforma del pozo, el crudo sepultado por la Texaco, brotó a la superficie y contaminó la única vertiente de agua para nuestros alimentos".

Este hecho motivó la reacción de la población que se declaró en paro y exigió la construcción de un sistema de agua potable a Petroproducción. Al momento están negociando este pedido con la empresa. La población teme que las aguas de formación y el crudo que fluye por las fincas y esteros de la parroquia, sean la causa de la muerte de 14 lugareños con cáncer a lo largo de los últimos diez años.

Para Rosa Moreno, quien trabaja por 18 años en el subcentro de salud de la parroquia, los temores no están lejos de la realidad. "Un estudio del investigador español Miguel San Sebastián revela que el agua de la zona tiene concentraciones elevadas de cancerígenos". San Sebastián viajó a Suecia para realizar varias pruebas (en tierras, vegetación, agua y sangre) que determinen con exactitud si la muerte de las 14 personas tiene origen en las aguas contaminadas.

Este panorama no es indiferente para las familias que habitan en el cantón Shushufindi (Sucumbíos). En este sector, por lo menos 300 familias de la precooperativa 18 de Noviembre viven junto a piscinas que se hallan al aire libre o sepultadas con tierra y piedras.

Cruz Velasco, que habita hace 20 años junto al pozo 35, que es parte del campo Shushufindi sur-este, tomó apresurada un machete y se abrió paso por la vegetación aledaña a su casa, para indicar un depósito de crudo que hace 14 años fue enterrado, como parte de la remediación ambiental.

Pecs limpió 130 piscinas.-

La compañía Pecs Iecontsa, que patentó el producto "PECS" (que separa el crudo del agua mediante la fórmula molecular), es la encargada de realizar la remediación ambiental en las provincias de Sucumbíos y Orellana.

En la actualidad trabaja en La Joya de los Sachas evacuando el crudo de las piscinas que dejó la Chevron Texaco y otras que están a cargo de Petroproducción. Según Eduardo Enríquez, gerente de operaciones, la empresa intervino en 130 piscinas ubicadas en las dos provincias, en las cuales recuperó 56 000 barriles de crudo que fueron procesados y entregados a Petroproducción para el bombeo.

Al inicio estas piscinas se usaron para separar el crudo del agua y luego para dar mantenimiento a los pozos. "Nosotros recogemos el petróleo de las piscinas, después colocamos una capa vegetal y luego las reforestamos, para que sean utilizadas para cualquier tipo de cultivos", señala Enríquez.

La empresa trabajó siete años con la Texaco y los dos últimos años labora por contrato con Petroproducción.

Fuente: http://www.elcomercio.com/noticias.asp?noid=64311

 
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