Lluco es el taita tuco

Orlando Pérez

Diario El Hoy, edición digital

Quito, 22 de junio de 2003

No nos hagamos los locos: la reacción fue racista. Sí, con la información de que Miguel Lluco (un carpintero de 57 años, dirigente indígena, una reserva moral del Ecuador, el Chimborazo de la ética, ‘taita’ por ser un hombre inteligente y decente, con una visión patriótica y del conjunto del país) fue nombrado fideicomisario se desencadenaron las reacciones racistas.

Más allá de si está ‘capacitado’ o no, de si Emelec y Electroecuador son de propiedad de los guayaquileños, de si Lluco habla inglés o no, de si el asunto en ciernes estaba dormido, a propósito, descuido o mala fe, la sola mención de que un indio administraría una entidad, al parecer solo de blancos, en todos los niveles, hasta en los propios indígenas, puso la piel de gallina.

¿Se esperaba utilizar la misma práctica política que deja todo en el limbo? O sea, amarrar las cosas al modo y gusto de los blancos, de un sector empresarial, en círculos cerrados, a través de comunicados que elogian el espíritu patriótico de sus ideas cuando en realidad es el de sus bolsillos.

Desde otros lados se entiende como un duro golpe a la oligarquía y una puntada política de Pachakutik. Sí y no. Mientras Fernando Aspiazu no ponga las cartas sobre la mesa y hable transparentemente, de todo hay que dudar.

Lo cierto es que la reacción en el fondo revela, una vez más, esa condición racista del Ecuador, sus élites y generadores de opinión. No se logra entender que en este país, multiétnico y pluricultural, cabemos todos, por más que muy pocos tengan apellidos de origen libanés, gringo o alemán y ellos hayan estado en las más altas esferas agravando la calidad de vida del resto en los últimos 50 años.

Si a un periodista se le ocurre empezar la entrevista con Miguel Lluco con una pregunta en inglés y Lluco le responde en quichua, ¿no revela eso que nos miramos de frente pero con los lentes del pasado colonial todo el tiempo? ¿Es motivo de estatus ser bilingüe solo si se habla español e inglés? ¿No es motivo de orgullo que Lluco sea bilingüe porque habla quichua y español?

No han servido de mucho tantos levantamientos, una Constitución menos discriminadora y más abarcadora. No ha tenido sentido que los indígenas se ocupen de resolver muchos problemas en sus propias comunidades porque fueron arrinconados y abandonados durante siglos y siglos. No, cuando la toma de decisiones y el ejercicio del poder está en un indio, los propietarios de la economía saltan como canguil.

Y si no es racista la reacción, ¿es puramente económica? Ojo: se dice que hay empresas en Guayaquil que facturan decenas de millones de dólares al año por su producción, pero pagan menos de $2 000 por consumo eléctrico.

A Lluco y a su equipo les toca demostrar que van a hacer el trabajo más decente, técnico y productivo con las empresas de Aspiazu, para devolver la plata a los clientes del Progreso y para explicar al país por qué se produce tanto dinero en un sector a costa de que otros paguen las deudas, pérdidas negras y compromisos financieros y tributarios con el Estado.

Fuente: http://www.hoy.com.ec/sf_noticia.asp?row_id=149967

 
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