La renuncia persigue a Lucio

Marcelo Larrea

Adital

Quito, 4 de diciembre de 2003

 

A menos de un año de su posesión como presidente del Ecuador, Lucio Gutiérrez, ha invertido completamente el mapa político del país. Quienes recibieron con temor su elección en un proceso en el que fueron derrotados los candidatos de la "partidocracia" y pudieron temer una réplica del fenómeno Chávez, que afirme la independencia y soberanía de la nación, ahora aparecen como sus principales aliados.

El ex presidente, León Febres Cordero, líder del partido socialcristiano, apareció en la televisión defendiendo abiertamente la continuación de Lucio en el poder, bajo la muletilla de la institucionalidad del país. Otto Reich, el polémico y no ratificado secretario adjunto del Departamento de Estado para el denominado hemisferio occidental, visitó Quito, para dar un espaldarazo al Presidente Gutiérrez hundido en la orfandad política. Las dos posiciones, sin embargo, están fuertemente condicionadas al alineamiento completo de Lucio a los intereses que representan y a que pueda salir triunfante de la tormenta que sacude a su gobierno.

La simpatía que ha obtenido de sus otrora adversarios no es gratuita. La economía ecuatoriana ha sido ordeñada para el pago de los papeles de la deuda, bajo la tutela del "Acuerdo Stand By" con el Fondo Monetario Internacional, que Lucio suscribió apenas asumió el poder, al punto que ha superado todos los récordes en los desembolsos fiscales para la deuda. Ha entregado Emelec, una de las empresas de distribución eléctrica más importantes del país, y otros sectores clave a gente próxima al partido socialcristiano. Y no ha vacilado en golpear a los trabajadores del sector público y a toda la población, con la reducción de sus derechos laborales y las fementidas medidas de ajuste, made in FMI.

A la vez, en los foros internacionales se ha alineado con el Plan Colombia adelantado por el Pentágono y, la pretensión de Washington, de abrir paso al Alca por medio de los tratados bilaterales de libre comercio, afectando severamente los procesos integracionistas adelantados por la Comunidad Andina y sus posibilidades de fortalecimiento en una alianza con el Mercosur.

Hoy, enfrentado a la creciente crisis de la dolarización, expresada en el aumento sostenido de los déficit de la balanza comercial y de la cuenta corriente, a pesar de los altos precios del petróleo y, al avance de un proceso recesivo de dramáticas consecuencias, continua las sendas del capital financiero perjudicando a la economía real.

Ruptura

Pero el costo social y político de su adopción de las recetas neoliberales, le llevó a la ruptura con sus electores, que votaron por él precisamente para salir de las horcas del monetarismo. De un bloque parlamentario de 20 diputados, un 20% del Congreso, hoy se conduce exclusivamente con 6, de las filas de su partido. Y sus índices de aceptación no dejan de reducirse.

Huérfano de apoyo popular y legitimidad política, Lucio enfrenta una tormenta política. En ella se ventilan acusaciones de financiamiento de su campaña electoral por César Fernández, quien fue recientemente encarcelado al encontrársele in fraganti traficando cocaína. El distanciamiento con el Vicepresidente Alfredo Palacio, quien exige el retorno al programa original del proyecto político que los llevó al poder. La continuación en el ejercicio de sus funciones de un gabinete que renunció. El desarrollo de la huelga de los maestros que avanza a la tercera semana paralizando las clases de cientos de miles de estudiantes, y aparece en la escena, como la introducción a una situación de agitación social generalizada.

En tanto los indígenas que constituyeron su principal base electoral, han empezado a demandar su renuncia, él mismo ha advertido que se separará del cargo si se prueba la filtración de recursos del narcotráfico en su campaña, en un contexto en el cual peligrosamente, crecen esas evidencias.

 

Fuente: http://www.adital.org.br/asp2/noticia.asp?idioma=ES¬icia=10147

 

Portada |  Organizaciones |  Comunicados |  Noticias