El Ministro de Energía Carlos Arboleda: Un hombre atrapado por su ridiculez

El Buho Roji-Negro - Minga Texaco Nunca Más!

Quito, 12 de enero de 2004

 

Hace mucho tiempo, el filósofo rumano Mircea Eliade señalaba que quizas sea necesario convertirse en un ser ridiculo para propiciar cambios sustanciales en la temporalidad del universo. Ponía como ejemplo el hecho de una señorita, toda arreglada, que iba a un cafe. Con toda la etiqueta del caso se sentaba, ordenaba una taza del brebaje, y apenas se la traia el mesero, un mal movimiento de la chica derramó la taza, propiciando un formidable escándalo. A más de mancharle el vestido, y romperse la taza contra el piso, toda la atención de los comensales se dirigio con algo de disgusto frente a este hecho bochornoso y altamente censurable en los cafes de sociedad; provocando que las mejillas de la chica se sonrojen y que en su espiritu se asentase un fuerte sentimiento de ridiculo.

Si no se hubiese regado el café, probablemente la tarde habria circulado sin alteraciones, como muchas tardes de un mundo sobre el cual las sombras comienzan a posarse. Pero no. El tiempo cambió con el suceso ridiculo, por ende el mundo, y por ende el universo. Esta idea de Mircea Eliade se compagina con las de la Teoria del Caos, en la cual todo esta infinitamente relacionado, y en los principios de relacionabilidad y reciprocidad de la Filosofía Andina. Lo interesante del asunto - al menos en este caso- no es que todo este relacionado en el tiempo, el espacio y en el Ser, sino que un acto ridiculo como derramar una taza de cafe, pueda causar tanta alteracion, a mas de fisica y metafisica, tambien social.

El señor Ministro es un caso magistral, elevado, grandilocuente, maravillosamente exquisito: de ridiculo Con un coeficiente mental evidentemente mas bajo que el del Manolito de Mafalda, una demagogia que deja en pañales a cualquier populista decente, una conviccion elevadisima de sometimiento de la soberania a las transnacionales petroleras, y lo que es mas importante, una violencia fruto de sus largos años recibiendo patadas y limpiando los caballos de generales en el ejercito. Si, el Sr. Ministro es brillante, raya en el surrealismo.

Hay que concebir la propuesta del Sr. Ministro como "artistica". Tomas de Quincey decia: "Sino se puede juzgar un hecho de manera moral, al menos se lo puede jugar de manera estética". Realmente es un heroe de la posmodernidad, ya que enfrenta todos las limitaciones conceptuales de un arte demasiado subjetivista, y de una politica centrada supuestamente en el servicio a los demas, bajo los paradigmas de la etica. El Ministro es innovador en este sentido, ya que transgrede todas estas practicas, y lleva su rol de funcionario publico al nivel de lo sublime. Oponiendose tajantemente a todo lo racional, correcto, dimplomatico, sensato, bueno, bello, verdadero, correcto, valido y hasta sano; el ministro destruye el universo de chiripazo.

La tragedia del señor ministro es profunda, ya que el no sabe ni entiende, ni lgorara entender, su verdadero proposito determinado por el Espiritu Absoluto Hegeliano. El destino cruel del ministro es no poseer el conocimiento de su destino, de su maldicion, de la que no puede escapar por su ignorancia. Para Sartre, esta nada surgida de la intempestividad de la condicion humana, era la que suscitaba esa ruptura abismal, esa anulacion existencial del ser: el desproposito de una libertad sin necesidad, frente a un mundo que se le viene encima. Pero, el señor ministro afronta con una valentia digna de admiración su propia estupidez; valentía que debería ser recordada dentro de los anales humanos. Llevar el arte de la idiotez hacia esos linderos, sin regresar a ver los limites transgredidos, es realmente un espectaculo estimulante.

El ridiculo asoma su cabeza apenas el minisro intenta ser coherente: "las comunidades amazónicas no tienen el conocimiento cientifico, por eso son civilizaciones sobrepasadas por las civilizacion llamda moderna u occidental, que es la que tiene el conocimiento cientifico de la naturaleza, y solo cuando entre el conocimiento cientifico a administrar la naturaleza, esta sera bien preservada, porque no se puede preservar la naturaleza con actitudes miticas (...) no es cuestion de quemar yerba para que se haga humo y decir que con eso llueve, pero si se mantienen los niveles de arborizacion adecuados en la selva, se establece el ciclo del agua, que esta fundamentado en la existencia de la vegetacion (...)quienes mas saben de manejo ambiental, quizas sean las empresas petroleras que vienen al pais, ya que ahora hay una cultura de proteccion al medio ambiente, que es lo que ahora las empresas conocen más que las comunidades amazonicas". Nuevamente el sentido trágico: el ministro se hace el loco frente a la verdad : que arborización no es lo mismo que selva de bosque primario, que las comunidades han preservado la naturaleza por cientos de miles de años, y que las empresas petroleras no tienen la más mínima de las ideas sobre manejo ambiental y que contaminan y causan conflictos sociales y muerte, por todo el mundo.

Pero zas! el ministro ha alterado el universo. Todos los paradigmas se han roto, todos los limites que nuestras pobres mentes que no comprenden el arte, se han diluido en los albores del espinazo de la noche, como decia Carl Sagan. El ministro es un iconoclasta, un arlequin del sinsentido, que curva los curva hacia el centro (mas bien hacia la derecha) y hace que brillen por su extravío. Es un bello bailarin incomprendido, uno de esos seres geniales - por idiotas- que aparecen de vez en cuando, para destruir el mundo. Y utiliza su propio cuerpo como espacio de arte: va a la laguna de Papallacta, donde hace 10 meses hubo un derrame de 6000 galones de crudo del Oleoducto Transecuatoriano, y sin empachos, se bebe un vaso con agua de la laguna contaminada (y de la cual todo el norte de Quito extrae el liquido vital) y mirando a ver si no encuentra impurezas declara histrionicamente: "vean, está limpiecita" y procede a beberse hasta el fondo, el agua cochina que probablemente nunca más volverá a ser de consumo humano. El artista verdadero, es aquel que pone en juego su vida, y si es en pos de generar el ridiculo, es mas verdadero y heroico. Asi mismo, cuando Elsa de Mena, directora del Servicio de Rentas Internas, embarga los bienes de la Alberta Energy Company (empresa que destruye el Cuyabeno y que entrena paramilitares), por cuestiones de IVA, sale el ministro a defender algo indefendible desde su posicion de funcionario del estado "cómo vamos a dar esta imagen al extranjero, a las empresas que invierten, si les embargamos". Ahora defiende a quienes violan las leyes del pais, poniendose de lado - y a los pies- de las oprimidas empreas transnacionales, que decididamente irrespetan las leyes, ya que las consideran injustas. Que libertarias las empresas transnacionales! Que gesta por la lucha emancipatoria del sector privado petrolero frente al malvado estado que les impide hacer -ya no mucho- lo que les da la gana!. Pero si el ministro y las transnacionales hasta son anarquistas!

Y al pobre ministro ahora le quieren plantear dos juicios politicos: 1 por su decisión de expandir las fronteras del arte del ridiculo (y del petroleo) hacia la masacre, esta vez de la Comunidad del Territorio Autonomo de Sarayaku y 2 por negligencia en el caso de la limpieza de la laguna. Es la sociedad que no permite al artista expresarse, que le impide matar a los inocentes en aras del arte. Siempre la sociedad coercionará a los soñadores y visionarios como el ministro. Menos mal que cuenta con el mecenazgo de las empresas petroleras, mineras y madereras para llevar a cabo su cometido. Qué sería del artista sin el invaluable apoyo de aquellos que si se dan cuenta del valor y cometido del arte?

Lastimosamente, todo este analisis estético del Ministro Carlos Arboleda es invalido, ya que no se puede ni se debe exlcuir el jucio de la moral y la etica, ni de todas las personas afectadas que han muerto por su ridiculez, ni el de las que moriran bajo las balas del ejercito si se llevan a cabo sus estupidos y maquiavelicos planes, ni de la selva destruida e irrecuperable, ni de los animales muertos, ni de los futuros desplazados cuando su ecosistema y forma de vida se vean alterados. No es un chiste. No cabe toda esta ironia. Todos las moscas perseguiran a Arboleda, a la CGC y a la Texaco hasta el infierno, y en el infierno, no hay dolar que valga, ni martini que refresque, ni paisaje paradisiaco como el de Miami. Nosotros le perseguiremos, haremos que no vuelva a dormir en paz jamas, y le mostraremos la verdadera materialidad infinita de los sueños y del verdadero arte humano bello: la solidaridad, el amor, la dignidad, la libertad, la vida y la esperanza.

 

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