El otro Yo de Lucio Gutiérrez

Kintto Lucas

International Press Service (IPS)

Quito, 16 de enero de 2004

 

En su primer año en el poder, el presidente de Ecuador, Lucio Gutiérrez, dejó por el camino promesas electorales y fue de la esperanza a la decepción. Es lo que opinan dirigentes indígenas que lo respaldaron y analistas.

Gutiérrez "traicionó al movimiento indígena y a todos los ecuatorianos y ecuatorianas que lo apoyaron en la campaña electoral", dijo Humberto Cholango, presidente de Ecuarunari (Confederación de Pueblos de la Nacionalidad Quechua).

"Gutiérrez prometió no involucrarse en el conflicto colombiano, y hoy estamos directamente metidos en el Plan Colombia. Prometió priorizar el gasto social y oponerse a las recetas de ajuste neoliberal, y hoy hace todo lo contrario. Prometió combatir la corrupción y no hizo nada en ese sentido", dijo Cholango a IPS.

El dirigente también cuestionó que Gutiérrez haya colocado a varios miembros de su familia en diversos cargos públicos, medidas calificadas como nepotismo por la organización internacional Probidad, que lucha contra la corrupción, y por medios de comunicación ecuatorianos.

Gutiérrez llegó a la presidencia el 15 de enero de 2003, apoyado electoralmente por su Partido Sociedad Patriótica 21 de Enero, el Movimiento Pachakutik de origen indígena y el Movimiento Popular Democrático (MPD), de raíces marxistas.

En el nuevo gabinete, representantes de Pachakutik asumieron los ministerios de Relaciones Exteriores, Agricultura y Ganadería, Educación y Turismo, entre otros puestos, mientras el MPD se hacía cargo del Ministerio de Ambiente.

"Sin embargo, como ministro de Finanzas fue nombrado Mauricio Pozo, y como ministra de Comercio Exterior, Ivonne Baki, quienes representaban una propuesta económica neoliberal, opuesta a la de Pachakutik", recordó Cholango.

Según el acuerdo electoral, Pachakutik tenía el poder de vetar a los ministros con los que no estuviera de acuerdo, pero solamente se opuso al nombramiento de Pozo en primera instancia y no logró imponer el veto, lo que pudo haber sido una muestra de debilidad ante el nuevo mandatario.

Con todo, la inclusión de Nina Pacari como ministra de Relaciones Exteriores y de Luis Macas al frente de Agricultura y Ganadería (ambos reconocidos dirigentes indígenas) abrió la esperanza de un período de cambio políticos y sociales.

Pacari afirmaba que su nombramiento y el de Macas constituían un "reconocimiento a los pueblos históricamente postergados".

"En medio del mundo globalizado, hay un reconocimiento a las identidades que construyen el Ecuador y a un proyecto político que integra esas diversidades y busca promover la participación de sectores sociales históricamente relegados y discriminados", decía la entonces canciller.

Para el sociólogo y analista político Alejandro Moreano, los seis meses que duró la participación del MPD y Pachakutik fueron de un gobierno de correlación de fuerzas, "o sea un gobierno en disputa entre dos sectores antagónicos".

Al cabo del período, las discrepancias se profundizaron, y Gutiérrez optó por tomar distancia de Pachakutik y de quienes representaban a la izquierda dentro del gobierno. Finalmente se quebró la coalición.

"Gutiérrez terminó consolidando una alianza con el Partido Social Cristiano (de derecha), asumió la posición del presidente de Colombia, Alvaro Uribe, en cuanto a la regionalización del conflicto (de ese país) y se sumó a la visión geopolítica de Estados Unidos para esta región", argumentó Moreano.

Washington impulsa y financia el Plan Colombia de lucha contra el narcotráfico y la guerrilla colombiana. Un ejemplo de ese realineamiento fue el operativo conjunto de la policía ecuatoriana, el ejército colombiano y servicios de inteligencia estadounidenses para capturar, el 2 de enero en Quito, al dirigente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) Ricardo Palmera, conocido como Simón Trinidad.

Otra señal es el apresuramiento de Gutiérrez por firmar un tratado de libre comercio con Estados Unidos, en lugar de fortalecer la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y de priorizar la integración con el Mercado Común del Sur (Mercosur).

Lo notable del primer año de gobierno de Gutiérrez, fue el giro en su discurso y en su actuación política. En 2000, el entonces coronel protagonizó un levantamiento militar en respaldo de la insurrección indígena contra el presidente Jamil Mahuad, quien se vio forzado a renunciar.

Aunque Mahuad no retornó al poder, los militares insurrectos fueron arrestados y condenados a prisión. Pero poco después Gutiérrez fue amnistiado y recuperó su condición de coronel retirado.

El 18 de mayo de 2001, en el Parlamento Latinoamericano reunido en Brasil, Gutiérrez tuvo respuestas semejantes a las de un militante de izquierda, cuando era entrevistado por un grupo de jóvenes latinoamericanos.

En la entrevista, Gutiérrez habló de la necesidad de forjar una "segunda independencia" y de pelear contra el "neocolonialismo" estadounidense. Dijo además que tenía una concepción ideológica "de tendencia nacionalista, progresista, humanista, justicialista, revolucionaria". Comentó que "Cuba es un ejemplo de resistencia para todos los pueblos del mundo" y afirmó que para lograr la unidad latinoamericana había que comenzar "apuntalando gobiernos como el de (Hugo) Chávez", en Venezuela.

Meses antes, en el Foro Social Mundial de Porto Alegre, había pronunciado un discurso de contenido similar. Gutiérrez decía por entonces estar contra de las privatizaciones, de la dolarización, del Plan Colombia y de la base militar de Manta, cedida a las Fuerzas Armadas estadounidenses para el reaprovisionamiento de sus aviones que actúan en territorio colombiano.

"Porque no queremos que nuestras empresas estratégicas sean vendidas. No queremos perder nuestra soberanía monetaria. Estamos en contra del compromiso del Ecuador en el Plan Colombia. Estamos en contra de que nuestra soberanía sea mancillada con la base militar estadounidense de Manta. Estamos contra la gran corrupción que hay en nuestro gobierno", decía Gutiérrez.

Un año después, asegura que es necesario abrir las empresas públicas al capital privado, fortalecer la dolarización y apoyar a Uribe. En la entrevista mencionada como en otras realizadas por IPS, Gutiérrez expresaba la idea de "llegar al poder para refundar al Ecuador, cimentándolo en valores éticos, morales, cívicos y, sobre todo, con justicia social, recuperando la soberanía mancillada".

"Y una vez que nos consolidemos los ecuatorianos, comenzar a irradiar con fuerza hacia las otras naciones en la dirección de la unidad latinoamericana. Ese es nuestro último objetivo", dijo en 2001.

El enemigo de Ecuador "es el enemigo de todos los latinoamericanos, el neoliberalismo, la tendencia capitalista". En la última Cumbre de las Américas, realizada esta semana en la ciudad mexicana de Monterrey, Gutiérrez aseguró que el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y su país eran los hermanos mayores de Ecuador y de América Latina.

El miércoles Gutiérrez consolidó una mayoría parlamentaria junto al Partido Social Cristiano (PSC) y el Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE) del ex presidente Abdalá Bucaram (1996-1997), dos sectores que antes calificaba de "politiqueros".

Esa mayoría asegura la aprobación de las leyes exigidas en el acuerdo firmado entre el gobierno y el Fondo Monetario Internacional. Integrantes o allegados al PSC y al PRE ya han asumido cargos en varios ministerios, mientras otros marcharán a embajadas.

El jueves, en su informe anual ante el Congreso legislativo, Gutiérrez aseguró que el suyo es el "gobierno de los cambios".

Destacó el combate a la corrupción y recordó que en la Cumbre de Monterrey entregó a Bush una lista de varios ciudadanos ecuatorianos que residen en Estados Unidos, acusados de venalidad, con el pedido a Washington de que los extradite.

Gutiérrez también descartó aumentos en el precio del gas y de otros combustibles y anunció que este año su gobierno comenzará a "pagar la deuda social".

 

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