Las petroleras Burlington, CGC y Perenco intentan invadir las tierras de los kiwcha de Sarayaku en Ecuador

Europa Press

Madrid, 18 de marzo de 2004

 

Amazon Watch afirma que, pese a los argumentos de gobierno y acreedores, la deuda externa no ha dejado de crecer en 30 años de explotación petrolífera.

 

La organización no gubernamental Amazon Watch alerta del peligro de que las petroleras Burlington (estadounidense), CGC (argentina) y Perenco (anglofrancesa) "invadan" las tierras ancestrales de la comunidad 'kichwa' en la región de Sarayacu, en el centro de Ecuador, con el respaldo militar del Gobierno de Quito y amparadas en el argumento de que la industria ayudará al desarrollo del país.

Según recuerda Amazon Watch, existe "gran preocupación" acerca del futuro de 200.000 hectáreas de selva amazónica en la provincia de Pastaza, donde viven comunidades 'kichwa', 'achuar' y 'zápara'. En marzo de 2003, Burlington compró parte de su concesión local a ChevronTexaco, quien trabajaba en la zona con CGC, propietaria original de los terrenos desde 1996. Actualmente el tercer socio es Perenco.

Desde aquel entonces, los 'kichwa' expresaron su rechazo a este proyecto de explotación, reclamando las tierras como legítimamente suyas. Los esfuerzos de este consorcio por proseguir con las prospecciones exploratorias "ha creado un clima de tensión y violencia en la zona", debido sobre todo al "uso de la fuerza militar".

Amazon Watch recuerda que en 2002 se produjeron graves violaciones de los Derechos Humanos de las comunidades indígenas, y que el pasado diciembre, con motivo de una marcha de protesta, docenas de personas fueron arrestadas cuando se dirigían a la manifestación navegando en canoas por el río Bobonaza, incluyendo varios niños.

Muchos de los detenidos fueron apaleados en comisaría, e incluso tras ser liberados algunos tuvieron que ser ingresados. A pesar de todo, el 13 de diciembre más de mil personas se concentraron en Puyo, la capital provincial, en la llamada "Marcha por la paz y en defensa de los derechos colectivos de todas las nacionalidades del Amazonas".

Las tensiones llegaron a tal extremo que el Gobierno ecuatoriano anunció su intención de desplegar tropas en la región para permitir las prospecciones, a pesar de que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos (OEA) había llamado a las autoridades de Quito a proteger a los indígenas. En estos momentos, las comunidades se encuentran "en estado de alerta".

En beneficio de las Empresas

Amazon Watch denuncia que "estos proyectos petrolíferos insostenibles" son el producto de "una estrategia económica que beneficia principalmente a las compañías extranjeras y a la banca internacional", y se deriva también de las directrices impuestas a Ecuador por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

La ONG añade que estos ingresos dejan "pocos beneficios" para la población, dado que en un 80% acaban en las arcas de los grandes bancos extranjeros para pagar los intereses de la deuda externa ecuatoriana, que asciende actualmente a unos 14.000 millones de dólares (unos 11.400 millones de euros).

De hecho, recuerda, "durante las tres décadas de desarrollo petrolífero en Ecuador, la deuda externa no ha dejado de aumentar en espiral, a pesar de que el Gobierno ecuatoriano y sus acreedores han argumentado sucesivamente que extender la producción petrolífera permitirá al país pagar la deuda".

Amazon Watch lamenta que, a pesar de estas evidencias, el FMI siga condicionando sus futuros acuerdos de crédito a la expansión de la producción petrolífera. "Las comunidades del Amazonas y el Medio Ambiente llevan la carga de las recetas económicas del FMI -- denuncia-- mientras las compañías como Burlington sólo buscan cosechar beneficios".

 

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