Quito, 4 de junio de 2004
Con trajes de fumigadores, mascarillas protectoras, cargando tanques especiales de fumigación y litros de Grifotas, con pancartas que decían "Queremos ser territorio de Paz", "Queremos que se respete nuestra dignidad", y bajo el grito de lucha "Por la vida, no a las fumigaciones", 18 líderes de las comunidades fronterizas del General Fardan, y La Punta, en la provincia de Sucumbíos, y activistas de la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos (APDH), realizaron ayer, en las afueras de la Embajada colombiana, una fumigación simbólica en rechazo a los cuatro años que llevan soportando las fumigaciones.
"Es un acto simbólico con los pobladores ecuatorianos que viven en la frontera olvidada de la patria, quienes han venido a Quito, con el objetivo sensibilizar al país sobre la realidad social que se vive en las zonas de la frontera norte. Somos ecuatorianos que desde hace cuatro años venimos pidiendo al gobierno, a la cancillería, y a los varios ministros que han pasado, que por favor hagan algo para parar esto, pero ellos no han hecho nada, y más bien se han puesto del lado de Colombia y de los Estados Unidos, y los han apoyado", señala Alexis Ponce, Vocero de la APDH.
Ellos se quejan de la falta de interés de los mandatarios sobre los efectos nocivos que producen la fumigaciones, tanto en el ambiente como en las personas, pues dicen que "el grifotas está siendo usado por el gobierno colombiano con el apoyo de los Estados Unidos para fumigar, supuestamente, las zonas en donde hay sembríos de coca, sin tomar en cuenta que esto hace daño a la ciudadanía, pues los efectos son palpables en toda la zona fronteriza y en su población, pues los sembríos han sido totalmente destruidos o no están produciendo como deberían, y lo más grave, son los efectos que causan a la ciudadanía, y en especial en los niños, quienes sufren de dolores de cabeza, enfermedades estomacales, dolores de los huesos, y muchas otras cosas más", afirma Líder Narváez, activista del APDH.
Según nos lo explica el Dr. Fausto Jaramillo, Médico de la Defensoría del Pueblo, "el glifosato es una sustancia utilizada para las fumigaciones, pero que por sí solo no afecta a la salud. Sin embargo, -dijo- para las fumigaciones siempre va acompañado de otros compuestos que sí son nocivos para la salud como el sulfato de amonio o el isobutano, y éstos si tienen una gran cantidad de repercusiones sobre órganos como los ojos, fosas nasales, piel, estómago, es decir, en todo el cuerpo. Sus efectos pueden ser nauseas, dolores de cabeza, irritación ocular, conjuntivitis, irritación de la piel, irritaciones del aparato respiratorio, ulceraciones cutáneas, etc.".
[fuente]
http://www.lahora.com.ec/noticiacompleta.asp?noid=262591