Ecos de la rebelión de las canas

Alberto Acosta

Diario El Hoy, edición digital

Quito, 7 de julio de 2004

 

Dignidad. Sí, esa sola palabra caracteriza la protesta de las personas de la tercera edad por mejorar sus pensiones jubilares. Ese grupo humano, que no cuenta en la lógica económica "ortodoxa, conservadora y prudente" (OCP), reclama con fuerza y valentía. Superando reumas e hipertensiones, angustias familiares, exige justicia, no compasión. Ellos y ellas, que en un elevado porcentaje perciben pensiones inferiores a 100 dólares, incluso a 50 y aún a 20 dólares al mes, sensibilizaron la sociedad y consiguieron del Congreso un reajuste de su pensión a un mínimo de 135 dólares, lo que representaría un egreso fiscal que no llegaría ni exagerando a 80 millones en el año.

Cinismo. Sí, esa palabra sintetiza la respuesta del poder y sus corifeos, que no se cansan de vituperar contra la decisión legislativa. El ministro de Economía, desenvainando la cimitarra del terrorismo económico, infla las cifras del egreso y anuncia el fin de la Seguridad Social, anticipa dificultades macroeconómicas y ve cercano el fin de la dolarización, al tiempo que, para congraciarse de carambola con el FMI (que congeló las pensiones), pretende alzar el IVA en un punto (con un rendimiento de 180 millones), y amenaza con no dar paso al incremento legal de salarios de los servidores públicos. Desde la misma esquina OCP otras voces apuntalan el terror arremetiendo contra "la excesiva exposición periodística" causante de la "demagogia parlamentaria", que abrió -según ellos- la puerta para una "feria de remate", que va en contra de lo que consideran un manejo económico racional. Clamar por racionalidad frente a los desamparados cuando los últimos gobiernos han sido en extremo racionales con los poderosos, resulta cínico; recuérdese que los OCP, directa o indirectamente, asumieron como racional el salvataje de los banqueros, esa si una feria de remate de quién-se-lleva-más, que costó 5 mil millones de dólares, y que ellos mismos apoyan la preanunciada recompra de la deuda externa, que obliga a ahorrar 700 millones de dólares solo en este año, sabiendo que esa (inconveniente) operación se acordó con los acreedores recién a partir del 2006, por un monto casi seis veces inferior al ahorrado.

Para cerrar el triángulo, la lucha de la dignidad en contra del cinismo es una oportunidad. La decisión de la legislatura, que respondió ante la coyuntura aparentemente sin suficiente sustentación jurídica, abrió la puerta para di scutir esta cuestión, que de otra manera se habría diluido con los conocidos ofrecimientos mentirosos del presidente-coronel. Es más, nos permite insistir en el mejoramiento de las pensiones canalizando el ahorro de la seguridad social a inversiones rentables y seguras como la petrolera. Nos sirve, por igual, para develar las flaquezas del manejo económico OCP y de la propia dolarización, que -como se reconoce oficialmente- son en extremo vulnerables ante cualquier variación por más pequeña que sea. Y por cierto esta rebelión de las canas convoca al resto de la sociedad que aún no las pinta para construir una sociedad digna y equitativa, pues en la actual incluso miles de niños y niñas no tienen cabida: en el año escolar que se inició hace poco en la costa, 250 mil infantes no tuvieron acceso a las aulas.

 

[fuente]
http://www.hoy.com.ec/sf_noticia.asp?row_id=180137

 

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