Putumayo: La Última Frontera

Quincenario Tintají, nº 57

Quito, 15 de noviembre de 2004

 

Rumsfeld contra los límites militares entre Ecuador y Colombia

La estadía en Quito del Secretario de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld, dejó claro que la prioridad de Washington en Ecuador es que las fuerzas armadas del país se involucren en los combates contra la guerrilla colombiana en la frontera.

El motivo principal de la participación de Rumsfeld en la Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas, realizado en la capital, no fue la reunión en sí sino la necesidad de lograr que el gobierno de Ecuador "asuma seriamente" su "participación" en la frontera colombiana, y logre que sus fuerzas armadas pasen a la acción directa. El otro objetivo fue firmar un acuerdo militar con los países de Centroamérica.

"Para Estados Unidos, es necesario que las fuerzas armadas ecuatorianas borren la línea de frontera y accionen contra la guerrilla indistintamente en Ecuador o Colombia", aseguró una fuente militar ecuatoriana a la Agencia de Noticias Inter Press Service.

Hasta el momento el Plan Patriota (ver nota de al lado) sólo disparó el gatillo de la violencia sin lograr que las fuerzas armadas de Colombia pasaran al frente en el conflicto.

Como ya fue analizado en Tintají, este Plan no es nuevo, sino sólo una parte del Plan Colombia que establece, además de la fumigación de las plantaciones de coca en las zonas controladas por las FARC, la entrada de paramilitares en el Putumayo para tratar de hostigar a la guerrilla y el asalto final a territorio insurgente de 3000 efectivos adiestrados por Estados Unidos. La Iniciativa Regional Andina propuso que entraran en el juego 2000 efectivos más porque percibieron que derrotar a la guerrilla no era tan fácil.

Por fin, tras el intento paramilitar de entrar en el Putumayo y su posterior derrota, los gobiernos de Alvaro Uribe y George W. Bush, asumieron que para doblegar a los insurgentes eran necesarios 15.000 soldados. Actualmente se ha difundido que son 17.000 los efectivos que participan del Plan Patriota, con cerca de mil soldados estadounidenses.

El esquema es el mismo del martillo que golpeará a la guerrilla contra el yunque establecido por las fuerzas armadas ecuatorianas.

La matanza de campesinos colombianos, realizada hace pocos días por paramilitares en el Bajo Putumayo, zona fronteriza de Colombia con Ecuador, promoviendo el desplazamiento masivo hacia el país, indica una nueva etapa del Plan Patriota con un nuevo intento de entrada paramilitar en la zona del Putumayo, previo al ingreso de los efectivos de las fuerzas armadas colombianas dirigidas por oficiales estadounidenses o mercenarios (denominados eufemísticamente contratistas) contratados por empresas privadas similares a los que actúan en Iraq, como se ha verificado ya en el departamento del Caquetá.

Sin embargo, sigue faltando una ficha en este juego de guerra instrumentado por Washington y Bogotá, el as necesario para hacer póquer: la participación directa de las fuerzas armadas ecuatorianas en el combate a la retaguardia guerrillera.

La posibilidad de una fuerza multinacional, como propusieron Rumsfeld y el ministro de defensa colombiano, Jorge Alberto Uribe, en la Conferencia de Ministros, fue desechada por el bloque de países suramericanos liderados por Brasil. Ahora queda el Plan B: la presión directa sobre el gobierno ecuatoriano. Estados Unidos está aplicando una táctica similar a la que utilizó luego de ver derrotada su tesis de crear el Area de Libre Comercio de las Américas y tuvo que gestar Tratados de Libre Comercio (TLC).

Consciente de que la propuesta de la fuerza multinacional no era viable, Rumsfeld habría adelantado conversaciones con el gobierno ecuatoriano tratando de presionarlo, según informó la mencionada fuente militar. Sin embargo, de acuerdo al informante, y fiel a su historia, la mayoría de la oficialidad de las fuerzas armadas ecuatorianas defendería la neutralidad ante el conflicto colombiano, como ya había sido informado en varias oportunidades por Tintají. Fueron elocuentes las palabras del capitán de navío Jorge Gross Albornoz, Jefe de Gabinete del Ministerio de Defensa ecuatoriano, que al participar en la Conferencia se mostró contrario a la intervención ecuatoriana en la guerra civil de Colombia.

Ante el proyecto colombiano-estadounidense, de exhortar a la Organización de Estados Americanos que elabore una lista de grupos e individuos supuestamente "terroristas" o insurgentes de la región, para impedir que obtengan visas y circulen por los diferentes países, Gross Albornoz argumentó que "no se puede perseguir el terrorismo con terrorismo".

La propuesta también fue rechazada por el bloque suramericano, incluido Ecuador.

La utilización de la base y el puerto de Manta por parte de Estados Unidos involucró a Ecuador en el Plan Colombia y abrió la posibilidad de una regionalización del conflicto colombiano. La participación de Fuerzas Especiales Operativas del Comando Sur de Estados Unidos desde la base naval de Iquitos, en Perú, y de la Escuela de Selva de Coca, en Ecuador, involucró aún más al país.

La estrategia estadounidense ha consistido en ir involucrando paso a paso a Ecuador. Pero la acción más importante para terminar de involucrarlo es que apoye directamente a las fuerzas armadas colombianas (uno de los bandos del conflicto), lo que significaría declarar la guerra al otro bando. Rumsfeld destacó la cooperación ecuatoriana con Colombia: "Ecuador está dispuesto a esta lucha para desempeñar un papel importante en el mantenimiento de la paz internacional". Pero dejó entrever que el gobierno ecuatoriano debía decidir si estaba a favor o en contra de Estados Unidos en la guerra colombiana, cuando al hablar sobre la regionalización del conflicto, sostuvo que le corresponde a éste decidir lo más adecuado para su país. Acto seguido resaltó los "beneficios" de la cooperación económica entre Estados Unidos y Ecuador enfatizando: "ahora necesitamos reforzarla (la cooperación) en materia de seguridad". El mismo Rumsfeld se encargó de decir que esa cooperación ya existe en materia de interdicción aérea y marítima.

La táctica de Estados Unidos, evidenciada por Rumsfeld es de tratar a Ecuador como un aliado al que ayuda y apoya mientras siga sus indicaciones. Fue evidente el intento de mostrar públicamente la proximidad del gobierno ecuatoriano con la política estadounidense hacia Colombia y a la vez dar recomendaciones.

Según la fuente militar mencionada, la actitud de Rumsfeld es parte de una "estrategia estadounidense para rodear y presionar al presidente (Gutiérrez) y no permitir que se deje llevar por la propuesta de Brasil, y de la mayoría de las fuerzas armadas ecuatorianas, de no involucrarse en la guerra colombiana". Dentro de esa estrategia, Rumsfeld expresó el respaldo de su país al gobierno ecuatoriano y a la democracia constitucional, y enfatizó que "Estados Unidos considera y aprecia al Ecuador como un fuerte amigo y aliado".

Por su parte la embajadora de ese país, Kristie Kenney, informó que el nuevo Jefe del Comando Sur, Bantz Craddock, visitará próximamente algunos destacamentos de la frontera norte, siguiendo la política de su antecesor, James Hill, que sólo le faltó sacar residencia en nuestro país. Como se pone de manifiesto, la presión también se lleva a cabo directamente en el campo.

Para el informante militar ahora como nunca, Lucio Gutiérrez está entre la espada y la pared: "o sigue las exigencias de Estados Unidos e involucra al país en la acción militar directa en la frontera norte, o se amolda a la decisión soberana que han mantenido nuestras fuerzas armadas".

"Cualquier decisión tiene riesgos, pero un militar debería saber que por encima de todo está su dignidad y la del país, y esa sólo se defiende con una actitud soberana", concluyó la fuente.

Si Gutiérrez se define a favor de involucrar a las fuerzas armadas en el conflicto colombiano iría contra la posición mayoritaria dentro de éstas y estaría dando una orden que es imposible de cumplir. Si no lo hace perdería el apoyo de Estados Unidos a su gobierno.

Collin Powell, Secretario de Estado (Canciller) saliente de Estados Unidos dijo hace pocos días, que las relaciones con América del Sur están en un buen momento pero falta ajustar algunos problemas con Ecuador y Bolivia. Para Estados Unidos ajustar problemas de relación con otros países significa que es hora de definiciones: es preferible una posición clara como la de Brasil en contra de la política estadounidense, que mantener un aliado que ceda a determinadas exigencias, pero no se juegue por la alianza en momentos claves. El gobierno de Washington parece decidido a no permitir que se repita lo de la reunión de Ministros de Defensa, cuando Gutiérrez dio a entender que apoyaba al gobierno colombiano y el Ministro de Defensa, Nelson Herrera, se distanció de la propuesta.

 

[fuente]
http://www.tintaji.org/modules.php?name=News&file=article&sid=1016

 

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