Logo Llacta!

Una institucionalidad neoliberal

Rosa Rodríguez J.

Quincenario Tintají, nº 61

Quito, febrero de 2005

Optar entre una u otra marcha; entre Febres Cordero o Bucaram/Gutiérrez. Esa ha sido la perversidad del sistema, que presenta como solución exclusiva la opción por una de esas dos posibilidades. ¿Por qué, de la noche a la mañana, quienes siempre condenaron el derecho a la resistencia y sublevación de los pueblos frente a la injusticia milenaria, hoy convocan a la rebelión, a tomarse las calles y a defender la democracia?

Varios artículos de la Revista Criterios, No. 78, año 9, de la Cámara de Comercio de Quito, presidida por Blasco Peñaherrera Solah, dan interesantes pistas para entender los intereses en juego.

La revista, a través de diversos artículos, hace un análisis del Segundo Informe a la Nación presentado por el coronel Lucio Gutiérrez en enero, así como también del estado del país con relación a concentración de ingreso y desempleo y la realidad económica. Por su parte, el editorialista Fernando Santos Alvite presenta una propuesta de "Plan de retorno" a la democracia.

Según estos análisis, "Gutiérrez luego de dos años de mostrarse modosito y demócrata, ha sacado las uñas. Y ante su falta de capacidad para afrontar los graves problemas del país, quiere repetir el sistema de gobierno planteado por Abdalá: reemplazar la majestad del poder por el circo y gobernar solo con parientes y amigos, a quienes se les otorga patente de corso para hacer de las suyas".

"Nos preguntamos entonces, a juzgar por el despilfarro y la corrupción reinante, ¿cuáles son los valores que motivan a... los que gobiernan nuestro país?", dice.

A nivel económico la conclusión es una: ausencia de políticas claras. La dolarización es la que ha permitido que la inflación converja y llegue a ser la más baja de los últimos cuarenta años. Esto, obviamente, "a pesar del gobierno actual y no gracias a el".

A nivel petrolero se señala que "el incremento de la actividad petrolera obedece al comportamiento de los precios internacionales y a que el grueso de la producción petrolera del 2004 fue realizada por las empresas privadas". ¿Cuál fue la política gubernamental al respecto? ¿Incentivaron la producción petrolera estatal o privada?, se preguntan. "Más allá de las buenas intenciones no se concretó ninguna inversión en Petroecuador y los excedentes por concepto del precio del petróleo tampoco sirvieron para aprovechar las ventajas de los internacionales. Lo que sí es cierto es que las compañías privadas petroleras encontraron en el Gobierno un accionar poco claro con sus posiciones respecto de las decisiones jurídicas adoptadas las que podrían afectar sus niveles de inversión en 2005", concluyen.

Con relación a la disciplina fiscal, se señala también la ausencia de políticas claras desde el gobierno. "Ausencia de austeridad, muy poca o nada calidad de gasto pues se ha gastado en piscinas, juguetes, vehículos, publicidad", subraya la revista.

Adicional al 11 por ciento de desempleo, lo que según la revista constituye una situación no muy diferente a otros países de Latinoamérica, llaman la atención sobre el alto índice de subempleo en el país, que casi alcanza el 50 por ciento de la población económicamente activa. Con relación a la distribución del ingreso, su reconocimiento es más radical:

Todavía deja mucho que desear, mientras que el 20 por ciento más pobre de la población recibe el 7,2 por ciento de los ingresos, el más rico percibe el 46 por ciento. La estabilidad económica es una condición necesaria pero no suficiente para el crecimiento de la economía y la consecuente mejora de la calidad de vida de los habitantes. De poco sirve una inflación baja si la población no tiene acceso a un salario regular o en muchos casos a ninguno, o no se goza de ingresos seguros.

Frente a este diagnóstico, concluyen que, "preocupan las violaciones a la constitución pues al parecer son las únicas políticas concretas que se están practicando, por lo que se podría pensar que el gobierno no ha evitado instrumentar aquellas políticas de las que solamente se puede esperar más atrasos y posibles daños".

Una inmensa mayoría del país coincidirá con el análisis anterior; sin embargo, para no caer en las apariencias del sistema, es fundamental entender qué tipo de políticas, estos sectores exigen, para cambiara la realidad económica. Muy claramente, el plan de retorno propuesto plantea como objetivo consolidar la propuesta neoliberal y garantizar las condiciones para que el TLC se desarrolle en calma.

Así, se plantea: "El país necesita de reformas estructurales que apuntalen la economía. Una reforma laboral que implique la flexibilización del trabajo y la eliminación de trabas burocráticas, permitiría al sector privado captar una mayor cantidad de trabajadores. Son necesarias reformas que permitan liberar sectores estratégicos como la seguridad social, las aduanas y las empresas eléctricas y además, la consolidación de la seguridad jurídica. Esto permitiría un incremento sustancial de las inversiones en el país y por tanto un aumento de los índices de empleo. Los beneficios de la liberalización del comercio serán mayores si el sector laboral se encuentra debidamente preparado".

Como no se ha avanzado en ninguna de estas propuestas, no porque Gutiérrez y sus aliados actuales no lo quieran, todos los sectores empresariales, entre otros, se muestran molestos con el gobierno. Por lo tanto, se entiende que el señor Fernando Santos Alvite, ex Ministro de Energía y conocido allegado a las empresas petroleras, llame a la rebelión: "Tampoco podemos ser indolentes y mirar impasibles cómo el Gobierno y sus aliados, señores y dueños de todas las funciones del Estado se llevan en ruedas al país, con total cinismo e impunidad. ¿Qué hacer entonces? Inmediatamente hay que retornar al sistema democrático, en el cual el Ejecutivo, legislativo y Judicial sean independientes el uno del otro (...). Por supuesto que siempre queda abierta la instancia de la rebelión, si todo lo demás falla".

La oposición al gobierno, de quienes hasta dicen no descartar la rebelión, no es sino una forma de consolidar el poder para que Gutiérrez acelere acciones hacia la entrega total del país. Para eso no importa si en determinado momento tienen que anunciar que hasta aceptarían la consulta sobre el TLC o caminar en primera fila de una marcha en la que, tal vez, aparezcan algunos carteles contra ese nefasto tratado. Estos sectores saben muy bien que para consolidar su poder y su capacidad de imposición a Gutiérrez, necesitan mostrar fuerzas y para mostrar fuerzas necesitan mostrar capacidad de movilización e incidencia sobre sectores que supuestamente pueden movilizar gente. Por lo tanto necesitan utilizar a los movimientos sociales y particularmente al movimiento indígena. ¿Por qué se preocupan tanto que el movimiento indígena no participe en la marcha de Quito? ¿Por qué se preocupan tanto en presionar para que el movimiento indígena participe y ponga gente? ¿Por qué se preocupan tanto en tener una cara indígena en primera fila?

Mientras los sectores sociales son utilizados y marchan creyendo cambiar el sentido que quieren dar los convocantes, las rondas del TLC se van agotando y en abril se firmará el tratado. La marcha de Quito no acumula para los sectores progresistas, sólo acumula para uno de los sectores de poder que están en pugna. Cuando Gutiérrez, al comienzo de su gobierno, viajó a Estados Unidos y firmó el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, fue elogiado por su "seriedad" por muchos de aquellos que hoy consideran la posibilidad de una rebelión contra su gobierno, claro está que sería una rebelión hecha por otros para que ellos reinen, como siempre.

Hasta el momento, el coronel ha mantenido una lucha sin cuartel para mantenerse en el gobierno, para eso se vio obligado a echar mano a negociaciones y acuerdos con distintos sectores de acuerdo a la circunstancia, y a ejercer una política denominada por sus "opositores" como populista al no eliminar el subsidio al gas, y tomar otras medidas similares. Esa lucha permanente le ha impedido consolidar la privatización del petróleo, la electricidad, el agua o la telefonía ansiada por los sectores de poder que son sus aliados y por los que son sus ¿opositores? Unos y otros corren tras el mismo objetivo. No es una cuestión de purismos, sino de realidad política Unos y otros buscan la forma de controlar los diversos espacios que la "institucionalidad" les brinda para obtener mejores condiciones para asentar su poder económico. ¿Vale la pena hacerle el juego a uno u otro sector de poder que buscan una institucionalidad neoliberal?

[fuente]
http://www.tintaji.org

Valid XHTML 1.0! Valid CSS!

:: http://www.llacta.org ::