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Las dos cumbres indígenas

Inés Barboza

Azkintuwe

21 de octubre de 2005

Si bien hay organizaciones dispuestas a participar en ambos encuentros (como el caso de CIDOB), parece difícil que pueda llegarse una conciliación entre las dos posiciones. Sin embargo, desde los pronunciamientos de ambos sectores se reconoce que la división del movimiento indígena debilita sus fuerzas y provoca que se pierda la capacidad de lucha que los pueblos originarios han venido sosteniendo para que no se dilapide su identidad, no se los despoje de sus territorios, ni se los condene a la excusión social y la pobreza material.

Entre Buenos Aires y Mar del Plata

De la misma forma en que hizo surgir la necesidad de una III Cumbre de los Pueblos, la IV Cumbre de las Américas ha motivado, por oposición o adhesión, otros encuentros en Argentina. Es el caso de la "II Cumbre de los Pueblos Indígenas de las Américas" que tendrá como sede Buenos Aires del 27 al 29 de octubre, y su contraparte, la "Cumbre Continental de pueblos y Organizaciones Indígenas" que se hará en Mar del Plata del 2 al 4 de noviembre.

Si bien ambas reuniones son convocadas por organizaciones de los pueblos originarios de América, la primera tiene como norte retomar la discusión de los ejes propuestos por la Organización de los Estados Americanos (OEA), mientras que la segunda busca poner en discusión aquellos temas que surgen de las problemáticas propias de sus integrantes: los pueblos indígenas.

"Una cumbre busca denunciar y acordar propuestas para resguardar nuestros Derechos y Territorios y la otra busca desarrollar acuerdos comerciales y ofrecer al libremercado nuestra vida y recursos, auspiciada por los gobiernos del Norte, que son los responsables" dice el pronunciamiento público de las organizaciones que promueven el encuentro en Mar del Plata.

Supuestamente, la sociedad civil participa de la Cumbre de las Américas y tiene incidencia en la agenda que tratan los 34 presidentes de los países miembros de la OEA. Una de las formas de participación es el GRIC: Grupo de Revisión e Implementación de las Cumbres. Este grupo se reúne tres veces por año en Washington y tiene la misión de trabajar durante los cuatro años que hay entre una y otra cumbre. Su tarea es la de articular las propuestas de la sociedad civil con las de los funcionarios de gobierno. El GRIC está asistido por 11 organizaciones entre las que se encuentran, por ejemplo, el Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

En el documento que los organizadores de la Cumbre Indígena de Buenos Aires presentaron al GRIC en septiembre último se expone que "el tema de la Cumbre de los Pueblos Indígenas 2005 reflejará el tema general de la OEA" y que la reunión tendrá "el fin de considerar la importancia fundamental de proteger los derechos inherentes a los pueblos indígenas y formar parte de la nueva economía". De hecho, en el mismo documento se prevé que funcione un foro comercial: "los lideres políticos y la gente de negocios de todas las Américas tendrán la oportunidad de encontrarse y discutir los asuntos que afectan su facultad de trabajar unidos".

Para los organizadores de la contracumbre de Mar del Plata, ese "formar parte de la nueva economía" significa profundizar la pobreza, la desigualdad, la exclusión y fundamentalmente, avanzar hacia el exterminio ideológico de todo pensamiento cultural que cuestione la hegemonía y la masificación de los países del norte".

La convocatoria a la Cumbre de los Pueblos Indígenas de Buenos Aires está lidereada por la Asamblea de las Primeras Naciones de Canadá (APN), la Organización de Naciones y Pueblos Indígenas de Argentina (ONPIA) y la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB), las que, tanto el mes pasado en Guatemala como el 1 y 2 de agosto en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, celebraron la Consulta Indígena Mesoamericana. Allí nombraron sus Comités de Planificación Regional, analizaron la situación de los pueblos indígenas de América, la vinculación de la OEA con los temas indígenas y elaboraron el documento de base de su declaración política. El documento final es el que se redactará del 27 al 29 de octubre para luego ser entregado a la Cumbre de presidentes.

La otra cumbre, la de Mar del Plata, es promovida fundamentalmente por la Coordinadora Mapuche de Neuquén (COM) y la Comisión de Juristas Indígenas de la República de Argentina (CJIRA). Su pronunciamiento político y llamado a los Pueblos Originarios de Abya Yala (América) es respaldado por más de 15 organizaciones indígenas con trayectoria nacional e internacional. Han conformado un Comité Nacional integrado por más de 17 organizaciones locales y otro tanto de comunidades indígenas de Argentina. También han constituido un Comité Político Internacional compuesto por diversos representantes de las principales organizaciones indígenas de Abya Yala. Cuentan con estructuras organizativas de base, regional e internacional.

En su pronunciamiento público instan a las organizaciones indígenas del continente a "no dejarse manipular por una cumbre que solo sirve a los propósitos políticos de los estados del Norte". Por ello, la contracumbre impulsa discutir la forma de construir Estados plurinacionales en donde prevalezca la diversidad sobre la libre competencia.

Si bien hay organizaciones dispuestas a participar en ambos encuentros (como el caso de CIDOB), parece difícil que pueda llegarse una conciliación entre las dos posiciones. Sin embargo, desde los pronunciamientos de ambos sectores se reconoce que la división del movimiento indígena debilita sus fuerzas y provoca que se pierda la capacidad de lucha que los pueblos originarios han venido sosteniendo para que no se dilapide su identidad, no se los despoje de sus territorios, ni se los condene a la excusión social y la pobreza material /

[fuente]
http://www.nodo50.org/azkintuwe/oct21_2.htm

[+info]
http://www.cumbrecontinentalindigena.org/

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