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El niño shayari ama el bosque

Gabriela Quiroz

Diario El Comercio, edición digital

Quito, 14 de enero de 2006

La luz del sol penetra casi perpendicularmente entre las ramas de un inmenso guarumo.

De su tallo rectilíneo y de al menos 15 m de altura cuelga una cuerda de 200 metros, hasta el otro lado del bosque amazónico.

A una hora del cantón Cascales, en Sucumbíos, los niños shayari hicieron de esta selva primaria un parque de diversiones...

A diferencia de los turistas que se ponen un arnés, antes de agarrar la cuerda y deslizarse lentamente por los aires, Sofía Vargas emprende el vuelo sin temor.

A sus nueve años, esta niña sabe cómo movilizarse con sus pies descalzos, por cada uno de los senderos botánicos. Estos se extienden por todo el bosque y facilitan las visitas de los turistas.

Hace cuatro años, la comunidad kichwa Shayari abandonó la comuna Pastaza y se ubicó en el sector Shayari. Éste se compone de 350 hectáreas de bosque primario y 150 de secundario.

Junto a Sofía, Rosa, Mikaela y Jhony... esperan ansiosos que la cuerda esté libre para despegar por un sendero de plantas medicinales y maderables de la zona.

Esta niña de tez morena y rasgos bien definidos, al igual que el resto de pequeños, casi no hablan.

Sus rostros se sonrojan al dirigirse a ellos, así que optan por retornar al juego. Su lengua materna es el kichwa y, en ciertos casos, se animan a hablar un poco de español.

En el centro poblado de esta comunidad se levanta una escuela para 25 alumnos de 14 familias.

Este centro educativo tiene dos profesores bilingües para seis grados. Las clases empiezan en la mañana y se extienden al mediodía.

Los adolescentes, en cambio, deben caminar un poco más para llegar al colegio. A 800 metros está un plantel para 40 alumnos de 12 comunidades indígenas.

En este centro, los estudiantes cursan de primero a tercer curso.

Al regresar de la escuela, Yesenia, quien no quiere decir su apellido, cuida de un hermano.

Mientras lo carga en su espalda, su madre siembra maíz, yuca y plátano. Estos productos no sólo sostienen a esta comunidad, sino que abastecen la demanda del cantón Cascales. También hay sembríos de café y fruta.

Desde hace un año y medio, los shayari emprendieron un proyecto de desarrollo sustentable, con el fin de evitar la tala de madera.

En este plan, los infantes participan activamente, sobre todo para que los animales introducidos en esta zona crezcan sanos.

Jhony Vargas, de 11 años, se desocupa de sus tareas escolares y a diario visita con el resto de niños las guaridas de los animales.

Como parte del proyecto se crearon criaderos para monos barizos, loras, dantas y saínos.

"Antes no los conocía. Todos los días les voy a ver y les doy de comer papayas a las dantas y a los capichuros". Yesenia es la que más disfruta a la hora de alimentarlos.

En estos criaderos, las especies pasan 40 días en observación para ver si están sanos y que puedan multiplicarse para ser liberados a su hábitat natural.

De la cuarentena, muchas de estas especies pasan a un centro para observación turística.

Guatusas, guantas, capibaras, estos últimos similares a la guanta, son admirados y fotografiados por los turistas extranjeros.

En los alrededores de los criaderos, Rosa y Mikaela, las más pequeñas, juegan a las escondidas.

Muy cerca se levantó una choza de madera, caña guadúa y paja toquilla para recibir a pasantes que llegan a hacer estudios botánicos.

2.020 especies de plantas están inventariadas, según Guillermo Vargas, presidente de la comunidad. En las afueras de otra de las cuatro chozas construidas, dos tapires conviven con estos niños. De sus manos comen guabas...

La tarea diaria

Aprender haciendo es el lema de esta comunidad. Las 14 familias shayari hacen mingas y están formando una microempresa.

Por cada familia hay siete u ocho niños que ayudan en los sembradíos de yuca, maíz, fruta... Ayudan a alimentar a los animales y cuidan de los bosques primarios.

Falta atención de saluden el centro poblado. Los niños y adultos sólo tienen un puesto de salud con un promotor. Los medicamentos escasean, por lo que se curan con plantas medicinales. No hay médicos especialistas.

[fuente]
http://www.elcomercio.com/noticia.asp?id=20689&seccion=8

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