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Flores ecuatorianas: compañeras de la tristeza

María Augusta Calle

Altercom

Quito, 14 de febrero de 2006

14 de febrero, en huelga desde hace dos años. En el Día del Amor se regalan rosas llenas de injusticia y químicos.

Flores para San Valentín ¿Feliz día del amor y la amistad?

Desde el 16 de octubre del 2003, esto es desde hace 2 años y 3 meses, 52 obreros de Rosas del Ecuador, en la zona de Cangahua, a una hora y media de Quito, se encuentran en huelga. Varios meses sin percibir sus sueldos, incumplimiento, por parte del propietario de la plantación en el pago de las cuotas de la seguridad social, así como de los acuerdos en torno al transporte y alimentación y después de haber agotado las instancias jurídicas y de mediación para solucionar el conflicto, más de 80 obreras y obreros y sus familias, se vieron obligados a tomar la medida que terminó con la primera toma de la finca el 11 de junio de ese mismo año.

Como Organización teníamos que permanecer dentro de la finca realizando servicios mínimos y de seguridad a la misma finca, cocinando y durmiendo en la misma empresa. Algunos durmiendo a la intemperie con el estómago y los bolsillos vacíos...

El empresario fue llamado a la mediación obligatoria el 18 de junio del 2003 y se firmó un acta transaccional el 19 del mismo mes y año, luego de lo cual regresamos al trabajo pensando que se solucionarían las cosas pero no fue así y nuevamente incumplió dicha acta, dice uno de los dirigentes de la huelga.

Para apoyar al empresario, Sabino Hernández, en la solución de los problemas financieros, ingenuamente los obreros sacaron un préstamo quirografario del IESS para auto pagarse los sueldos hasta el mes de julio, asumiendo la seriedad de la palabra del propietario en el sentido que les pagarían el faltante de los sueldos en un plazo de 15 días. Pero ni éste, ni los otros acuerdos se cumplieron. Ante esta situación se vieron obligados nuevamente, cumpliendo todos los requisitos y trámites jurídicos, a tomarse la finca desde octubre del 2003 hasta la fecha.

Y ahí están resistiendo 52 familias, de uno de los sectores más pobres de este empobrecido país, peleando ante los molinos de viento. Y es que al parecer, pues este no es el único caso, varias floricultoras que no perciben los ingresos suficientes para entrar a competir en el durísimo mercado de la exportación de flores, dejan morir a las plantaciones, al decir de los pobladores de la zona.

Se abandonan enormes, medianas y pequeñas instalaciones florícolas, y con ellas se abandona a la gente que en ellas trabajan.

En el caso de Rosas del Ecuador, los huelguistas están liderados por una mujer, Olga Tutillo, que mantiene el espíritu de lucha por el cumplimiento de sus derechos laborales y ciudadanos. Actitud que ha sido castigada ferozmente por el resto de empresarios florícolas, impidiéndoles trabajar en otras floricultoras, y sometiéndoles a una situación más grave que la tradicionalmente enfrentan.

Olga, de 39 años, lleva trabajando en las plantaciones desde los 16. Sus 5 hijos, recibieron parte de lo que ella inhaló en las fumigaciones. Su compañero es también huelguista. La solidaridad y la firmeza de los que quedan y de su comunidad de origen, la sostienen en la lucha. Estuvo inclusive en los Estados Unidos, invitada por una ONG defensora de los derechos labores. Ni los congresistas del Norte, ni los grandes medios registraron la visita.

Unos apuntes de la exportaciÓn de flores...

La exportación de flores no ha beneficiado a la mayoría de la población. Allí se percibe un salario de 156 dólares mensuales más los beneficios de ley. Pero, hecha la ley, hecha la trampa. Para este fin, para escamotear sueldos, estabilidad y obligaciones, se han inventado las empresas tercerizadoras empleo.

En los últimos tiempos, los trabajadores tienen que enfrentar la acción de las tercerizadoras. Esta nueva modalidad de relación laboral llegó a la zona para ayudar a los empresarios a evitar conflictos laborales y mejorar sus ingresos, contratando trabajadores por un tiempo límite de 3 meses, sin ningún beneficio social, evitando la contratación de mujeres embarazadas o despidiéndolas cuando conocen de su estado (con el fin de soslayar su responsabilidad ante la ingestión de químicos que afectan a los fetos), y vigilando que no se infiltren revoltosos que exijan derechos.

En determinadas temporadas, como las previas al día del San Valentín, obligan a jornadas de 24 horas de permanencia en la plantación con dos horas para dormir.

Fumigaciones sin indispensables medidas de protección, falta de canceles para proteger su ropa, en aquellas que tienen uniformes, y falta de ropa de trabajo en la mayoría, niños trabajadores expuestos a químicos de alto poder, han llevado a que los trabajadores de las flores, sean una población altamente vulnerable.

Fumigan sin protección... para abaratar costos

Estudios, todavía en curso, dan cuenta de incremento de malformaciones en recién nacidos, intoxicaciones graves, en algunos casos mortales, niños abandonados por falta de guarderías para los hijos de las trabajadoras, hacen que las flores ecuatorianas, estén calificadas para acompañar entierros y no para alegrar ambientes.

Pero, dentro de éste y los otros casos de florícolas abandonadas, también está la afectación al ambiente. Miles de plantas portadoras de plagas quedan a la intemperie. Los vientos, propios de la zona, no solamente que rompen los plásticos que cubren los invernaderos sino que también esparcen las plagas al resto de cultivos.

Rosas del Ecuador es un ejemplo de lucha solitaria. En la misma zona, muchos trabajadores de empresas abandonadas, simplemente bajan la cabeza para no quedar marcados y comienzan a peregrinar entre una plantación y otra bajo la tutela esclavista de las tercerizadoras.

Las 52 familias no pueden seguir en esa situación. No es posible que el hambre de más de 250 personas sea ignorada y gane el empresario que tiene la estrategia de dejar que el tiempo pase, que se alargue el juicio, y ganar el litigio por el abandono de la causa por parte de los afectados.

Es el Estado ecuatoriano, el Ministro de Trabajo, los jueces laborales y hasta el propio Presidente del país, quienes deben tomar medidas de protección de los trabajadores pobres y, con la Constitución en la mano, evitar que en este caso, como en aquellos en los que el cansancio ha vencido, se cometa nuevamente un atropello a los más elementales derechos ciudadanos y laborales de los pobres.

Que este 14 de febrero, Día del Amor y la Amistad, no se regalen rosas y flores ecuatorianas repletas de injusticias y químicos.

Que florezcan solamente en la solidaridad y la justicia.

[fuente]
http://www.altercom.org/article135571.html

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