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Ecuador: ¡Plan anticoyotaje!... En medio de protestas y silencio

Eduardo Zambrano Cabanilla

Quito, 9 de mayo de 2006

Mientras el 1º de mayo de 2006, miles de mujeres, hombres, jóvenes y niños ecuatorianos, junto a los demás hermanos latinoamericanos, marchaban con dignidad por las calles de Washington, Nueva York, Los Ángeles y otras ciudades de los Estados Unidos pidiendo un Proceso de Regularización Humanista. En Ecuador el Gobierno Nacional dejaba ver su quemeimportismo y silencio, mutismo que obedece a que ni el Gobierno, ni diputados, ni los funcionarios que trabajan con él tienen sensibilidad, y por ignorancia en cuanto a temas migratorios no saben lo que podrían hacer en favor de los miles de ecuatorianos que trabajan en Estados Unidos y están "sin papeles".

Cuando cuelga en un proyecto de Ley la amenaza de una posible deportación masiva en caso de que el Senado estadounidense apruebe el proyecto de ley que penaliza la migración ilegal, ellos, nuestros conciudadanos, al igual que los de otros países, luchan solos, protestan con rebeldía, pero en paz y con dignidad, para ser escuchados.

El Gobierno Nacional, así como los distintos sectores del país, han reconocido que las remesas que envían los inmigrantes "sin papeles", sostienen la economía nacional y, por consiguiente, la dolarización. A estos hombres y mujeres de las diferentes regiones del país, se les ve como una máquina de hacer dinero; nada más. Los programas estadales como los privados que se ejecutan a nombre de los migrantes, solo enfocan lo atractivo que resultan las remesas que envían.

El actual Gobierno Nacional, al igual que sus antecesores, no ha dicho una palabra ahora que su similar de Estados Unidos se esfuerza por otorgarles un permiso de trabajadores temporales y luego regresarles a casa.

Por otro lado, cuando el mundo entero todavía recuerda las multitudinarias manifestaciones pacíficas de cientos de miles de inmigrantes en Estados Unidos. Llama poderosamente la atención que el Gobierno Nacional precisamente en estos días de lucha y resistencia de los inmigrantes; según página Web del Ministerio de Defensa del Ecuador www.portal.fuerzasarmadasecuador.org/ en fecha 2-05-2006 lanza un Plan contra la migración ilegal por mar denominado "Plan anticoyotaje" con el objetivo de frenar la salida "ilegal" del país de ciudadanos a través de los diferentes puertos. La información destaca: "La Dirección de la Marina Mercante (DIGMER), dio inicio a un Plan que pretende frenar el coyotaje en el país. El objetivo de este proyecto es detener las embarcaciones que no se encuentran registradas en la DIGMER, a fin de prevenir que sean utilizadas para transportar emigrantes hacia países de Centro y Norteamérica. Para cumplir con este trabajo, la Fuerza Naval movilizará a 1.500 ! hombres, 800 de los cuales son infantes de marina. Así también pondrá a disposición de esta actividad, 3 aviones de exploración aeromarítima, 16 guardacostas y 2 corbetas con sus respectivos helicópteros". Toda una fuerza...

Este hecho resulta asombroso, por decir lo menos. El cuerpo militar responderá: que lo hace para evitar que nuestros compatriotas naufraguen en el engaño de los coyotes. Una respuesta que solo merece un gesto de suspicacia...

De esta forma el Gobierno Nacional hace el trabajo soslayado en nuestro territorio, probablemente a nombre de aquellos países del norte que han amurallado sus fronteras y permiten que en sus límites grupos de "voluntarios"... se organicen para la tarea de cazar emigrantes

No es nuevo el fenómeno, está presente desde hace tiempo; falto, eso sí, de un debate estructural y de repuestas firmes. La polémica se ha reducido a culpar las acciones de los coyotes y los financistas, lo que es novedoso es la magnitud de esta actividad y la gravedad de esta perniciosa red en la cual confluyen los enganchadores (reclutadores), armadores (organizadores del viaje en barco); capitanes y tripulantes de barcos, transportistas, no solo en Ecuador sino en Guatemala y México. Según las declaraciones de involucrados en la actividad, algunas autoridades, policías y miembros de la Armada reciben beneficios. Agregando la estafa y muerte que se generan como subproductos de toda esa gama de actividad criminal que se lucran de la desesperación de las personas.

Este avance del coyotaje, para sectores pobres de la sociedad se ha convertido como un juego. Por un lado participan los migrantes, que invierten dinero y arriesgan sus vidas con el deseo de llegar a la meta: Estados Unidos. Del otro, los coyotes y prestamistas o chulqueros, los que juegan las fichas. De ahí que incluso más allá de las implicaciones eminentemente políticas, el Gobierno Nacional y los diputados han demostrado que nada les importa la gravedad de este delito, y que cada quien (los migrantes) se las arregle como pueda a la hora de salvar su vida en un naufragio y sus bienes (fincas, terrenos y casas) entregados en prenda mediante hipotecas, a los prestamistas que financian el viaje con créditos que obtienen a intereses entre el 5% y 8% mensual.

Se agrega saber que los responsables del coyotaje quizás jamás serían arrestados, enjuiciados y condenados a prisión, porque en este tipo de casos, al igual que con las mujeres violadas y maltratadas, de alguna forma la víctima termina siendo culpabilizada. Además, ni coyotes ni chulqueros son causantes genuinos de la emigración. En la cadena de la migración, ellos son el eslabón que hace negocios ilícitos con la angustia de las personas obligadas a buscar oportunidades de trabajo y una vida mejor fuera del país. En la lista, si se quiere comprender toda la complejidad del hecho migratorio, faltan otros actores, sobre todo aquellos que han provocado y provocan la emigración forzosa, los que han pulverizado la institucionalidad jurídica del país. Ellos también deben ser, condenados del coyotaje. En esta lista también entran quienes han obligado y obligan al país a pagar el servicio de una deuda externa inhumana y aquellos que solo quieren para sus países el libre tránsito de ! mercancías y niegan el de las personas.

Solo la aplicación del "Plan anticoyotaje" no frenará la salida del país, de ecuatorianos hartos de la desigualdad, de la falta de empleo, de la pobreza y la injusticia social. La poca o casi nada movilidad social, que no nutre las expectativas de progreso, alienta el fenómeno. La inestabilidad económica y la inexistente estructura social, empuja la salida.

Pretender camuflar la actual situación de desesperación existente en amplios sectores de la población, que vienen dando impulso a la emigración, es como tratar de tapar el sol con un dedo. Se pueden implementar todos los planes anticoyotaje, se pueden detener todas las embarcaciones registradas o no registradas, se pueden poner en prisión a todos los coyotes, pero si las realidades económicas, sociales y políticas no cambian, más tarde aparecerán otros. La mejor manera de frenar la migración es a través de la generación de confianza en el país, debe plantearse como objetivo, un proyecto de construcción de un país viable, y dentro de ese proyecto, propiciar las condiciones para evitar que nuestros jóvenes, nuestras mujeres y nuestros hombres se vayan del país por falta de oportunidades. Igualmente favorecer con Políticas de Estado a los compatriotas que migraron "a un exilio involuntario" hace un tiempo, para que puedan retornar.

Tenemos que construir un país en el que se respeten los derechos de las personas, en el que se fomente el empleo digno y se implementen salarios con capacidad adquisitiva, que se apoye con Políticas dirigidas a los distintos sectores productivos y de servicios, que se implante una nueva política financiera al servicio de la reactivación económica del país, que se genere un gran plan de obras públicas para ir creando empleos masivamente, que se fomente la vivienda propia, que impere la verdadera justicia, que se evite la destrucción del medio ambiente y la explotación irracional de los recursos naturales, que se promueva el humanismo, que la prosperidad de los ecuatorianos no sea exclusividad de los que más tienen, que los campesinos tengan acceso a la tierra, al agua, a la tecnología, a créditos blandos y se les garantice un sistema de comercialización de sus cosechas, que a la vez brinde seguridad alimentaria a los ecuatorianos asegurando el abastecimiento, distribución y p! recios justos de los productos.

Proyecto, que tenga como objetivo primordial en los próximos años, la redistribución de la riqueza y del ingreso nacional hasta alcanzar la equidad, que entre otras cosas, acaben con la inestabilidad económica, política y financiera en la que está sumergido el Ecuador, que plantee propuestas y soluciones, que ejecute proyectos prioritarios para el desarrollo humano, económico y social de los sectores urbano, rural y urbano marginal del país, construyendo condiciones más justas que garanticen una mejor vida para todos los hijos de esta patria, indios, negros, blancos y mestizos, todos sin excepción, en base al "respeto de sus culturas".

Está demostrado que en Ecuador operan desde hace mucho tiempo formas de organizaciones delictivas relacionadas con el coyotaje y que estas pueden ser desarticuladas únicamente con acciones de prevención de las autoridades, las denuncias que hagan los afectados, y naturalmente, mientras dejen de haber personas interesadas en hacer este tipo de viaje en condiciones inhumanas.

Antes que pensar exclusivamente en detener naves y meter en prisión a los coyotes -cosa que hay que hacer, aplicando todo el peso de la Ley a quienes resulten culpables- hay que preocuparse por garantizarle a la sociedad ecuatoriana en su conjunto la construcción de un País viable. Para construir ese país diferente, hace falta un debate estructural sobre el "coyoterismo" en todos sus aspectos, haciendo propuestas serias y realizando un llamado a nuestros coterráneos a no perder la esperanza.

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