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Elecciones 2006: ¿Otro títere de las FFAA en palacio?

Milton Luna Tamayo

Diario El Comercio, edición digital

Quito, 10 de septiembre de 2006

De cuando en cuando aparecen evidencias que nos despiertan del atontamiento y nos hacen tomar conciencia que vivimos una parodia y que descargamos adrenalina, consumimos tiempo y energía en espejismos. Hoy mismo empezamos a calentar los motores en esta campaña electoral pidiendo propuestas a los candidatos cuando probablemente si alguno de ellos llega a la Presidencia no podrá hacer mayor cosa desde una función cada vez más cercada. La historia reciente demuestra que estos personajes suben al poder con condicionamientos de todo lado y de toda especie.

Enganchados a sus financistas de campaña, que le pedirán que 'pague los favores'. Atrapados por los multilaterales que presionarán para que se cumplan sus agendas a cambio de crédito; inmovilizados por un presupuesto cada vez más rígido y preasignado; intimidados por los gigantescos intereses corporativos que controlan los hilos del poder y el aparato estatal; condicionados por un entorno mundial que sobredetermina la economía y las relaciones internacionales; asfixiados por las mafias y sus poderosos brazos. Lo cierto es que el verdadero partido se juega en otro lado. Los verdaderos directores de orquesta están tras el escenario.

Una de esas influyentes corporaciones es FF.AA. Ciertamente, la institución militar es una poderosa entidad que con su propia filosofía y política (doctrina de seguridad nacional) e intereses particulares ha sido y es gravitante en la política ecuatoriana. No solo que monopoliza la fuerza del Estado y como tal se ha erigido en 'árbitro de las diputas políticas', sino que ha intervenido e interviene en las decisiones de los gobiernos e incluso ha quebrado la democracia mediante dictaduras.

Su vigorosa influencia viene desde antes de 1830. Sin embargo, el actual modelo de 'control' fue montado en los últimos gobiernos de facto y se mantiene incólume hasta estos días: Ministerio de Defensa dirigido por un militar, delegados de FF.AA. en organismos directivos de instituciones claves del Estado; justicia propia, privilegios institucionales: comisariatos, becas, universidad, seguridad social, complejos deportivos, haciendas, empresas, banco y hotel.

Debido a esta lógica y a la 'agilidad' del Ministro de Defensa renunciante y del 'candidato a la OMS', el próximo presidente heredará y quedará atado a dos grandes problemas: al desbordante gasto público y a la política externa subordinada a los Estados Unidos. En el primer caso debido al decreto presidencial que garantiza el periódico aumento de sueldos de FF.AA. desde el 2006 hasta el 2010, que sin duda servirá de pretexto para presiones para el aumento generalizado de sueldos en el sector público. Y en el segundo por las autodecisiones militares expresadas en Libro Blanco que someten a la institución armada y al país a las políticas antinarcóticos y antiterrorista que nos involucraría más en Plan Colombia.

Esta es una muestra del escaso margen de maniobra que tendrá el próximo mandatario. Entonces cabe preguntarse si desde enero del 2007 tendremos otro títere de las corporaciones o alguien que se sacuda de su dominio y trace una ruta de país. Semejante dilema es para quitarnos el sueño o dejarnos nuevamente atontados.

[fuente]
http://elcomercio.terra.com.ec/noticiaEC.asp?id_noticia=62400&id_seccion=1

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