Logo Llacta!

Ecuador: Elecciones e intereses geoestratégicos

Enrique Álvarez

Incidencia Democrática

Guatemala, 9 de octubre de 2006

El 98% de ecuatorianos y ecuatorianas desconfía del Congreso. Para las elecciones del 15 de octubre, pareciera que los indecisos se acercan al 50%.Hace una semana analizábamos la importancia estratégica que tiene para el gobierno de Estados Unidos lo que pase en las elecciones del tan próximo 15 de octubre en Ecuador. Apenas esbozamos algunos elementos relacionados con el Plan Colombia (que tiene un fuerte contenido militar) y la importancia de recursos naturales, como el petróleo.

Ciertamente Ecuador tiene un valor geográfico de gran importancia por su frontera con Colombia, el único país en donde subsiste un movimiento guerrillero: las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, que tiene control sobre importante porción del territorio, y porque a Ecuador se le considera una de las puertas de entrada a la Amazonía, la mayor reserva mundial de varios recursos naturales.

Producto de esto Estados Unidos buscó acceso a la base aérea de Manta, lo que fue autorizado por un Acuerdo de Cooperación entre el Gobierno de la República del Ecuador y el Gobierno de los Estados Unidos sobre el derecho al acceso y uso de los de las instalaciones en la Base de la Fuerza Aérea Ecuatoriana en Manta para Actividades Aéreas Antinarcóticos; el que fue publicado el jueves 16 de diciembre de 1999. Aunque es una concesión específica, sus alcances son bastante más grandes, ya que por medio de este convenio, los barcos militares de EEUU deben recibir: "el mismo trato que a las naves de la Armada Nacional del Ecuador".

Dada la gran importancia que el gobierno de Estados Unidos le da al Plan Colombia, que implica una clara intervención militar, con la inveterada excusa del combate a las actividades relacionadas con las drogas, y la urticaria que le produce la existencia de la Revolución Bolivariana, liderada por el Presidente Hugo Chávez, en Venezuela, su estrategia incluye el establecimiento de bases militares en las islas caribeñas de Aruba y Curacao, bajo influencia holandesa. Por esto en Ecuador se ha señalado que la base de Manta está siendo utilizada en la estrategia militar de Estados Unidos en Colombia.

Con las invasiones a Afganistán e Iraq y los mal ocultados planes de intervenir en Irán, no debiera existir ninguna duda de la importancia estratégica que Estados Unidos le da al control de la producción de hidrocarburos. Pareciera ser en este factor en el que se sostiene la mayor importancia que adquiere Ecuador. Desde hace varios años se habla de signos claros de que una de las mayores reservas de crudo que hay en el planeta está ubicada en la zona que cubre varios países: Colombia, Ecuador, Perú, Venezuela, Brasil (conocida como la zona de las cinco fronteras) y tangencialmente Bolivia. En esa área sólo Colombia y Ecuador tienen, actualmente, una explotación limitada de Crudo.

Pero esta vasta zona incluye, además, otros elementos de valor geoestratégico. La amazonía, que cubre más de 7 millones de kilómetros cuadrados, además de contener ecosistemas con la mayor diversidad y riqueza del planeta, se le considera la mayor reserva de oxigeno y se estima que por el Río Amazonas, que tiene más de siete mil afluentes, corren más de 5 billones de metros cúbicos de agua por segundo.

De más está decir la importancia que esta riqueza genética significa para la obtención de diversidad de materias primas, entre ellas para la producción de medicamentos, especialmente de agua, recurso al que muchos identifican como el que generará las mayores disputas en el futuro, tanto para el consumo humano, como para la producción de energéticos hasta ahora usados solamente en naves para explorar el cosmos. Además de la importancia que tendrá, para el transporte en esa zona, la densa red de ríos que recorren la América del Sur.

En términos políticos Ecuador es una de las más claras muestras del agotamiento que el sistema político tradicional ha estado sufriendo en los últimos años, originado en la estrategia de Guerra de Baja Intensidad de los ochenta, que promovió las llamadas "democracias tuteladas", en que la democracia se reduce a garantizar elecciones limpias, pero que ha profundizado la desigualdad, y generado sucesivos gobiernos de derechas, generalizadamente marcados por la corrupción y la ineficiencia.

El desencanto generalizado, llevado a su máxima expresión en Argentina, ha producido gobiernos que, sin ser de izquierda bien definida, se han visto obligados a incluir entre sus prioridades, en lo interno, acciones dirigidas a satisfacer a amplios grupos sociales, y en lo externo, definir una posición contraria a las multilaterales como el FMI o Banco Mundial, así como una posición de rechazo a la estrategia de libre mercado y de no alineamiento frente a la potencia del norte.

A estos gobiernos de distinto tinte de izquierdas, que van desde el centro hasta una izquierda más radicalizada como en Venezuela, siguiendo los designios del gobierno de Washington, las transnacionales de la información les han bautizado como neopopulistas, y han una permanente y sistemática ofensiva para desprestigiarles y colocarles como "peligrosos". Frente al reagrupamiento de los gobiernos del sur del continente en el MERCOSUR, al que se ha incorporado Venezuela, que no sólo tiene un contenido económico, sino fundamentalmente político, y a su creciente aislamiento, Estados Unidos, junto a los grupos de poder de cada país, han buscado detener la tendencia.

En México contribuyeron a parar a López Obrador, en Perú a Ollanta Humala, en Brasil han tenido un inicial éxito en evitar el triunfo de Lula en la primera vuelta; en Nicaragua no han tenido éxito en aglutinar a las derechas para detener a Daniel Ortega, y en Ecuador, la situación parece muy incierta.

La crisis del sistema político, expresado en la ausencia de representatividad y gobernabilidad del Estado en Bolivia, facilitó el triunfo del indígena Evo Morales, quien llegó a la presidencia con el ofrecimiento de revertir el proceso de entreguismo de los recursos naturales de su país, especialmente el gas natural, y de refundar el Estado. En ambos aspectos ha desarrollado importantes acciones, y se ha beneficiado del importante apoyo técnico y financiero recibido de Venezuela y del clima de entendimiento que priva en el MERCOSUR.

Recientemente se instaló la Asamblea Nacional Constituyente, en la que el partido del Presidente Morales, el Movimiento al Socialismo, obtuvo la mayoría y pareciera pretender ser congruente con sus ofrecimientos de refundación del Estado. Por supuesto la oposición de los grupos de poder económico de cuatro provincias no se ha hecho esperar, que pretenden una reforma lo más light posible.

Aunque con características y complejidades propias, en Ecuador se han planteado una situación de descrédito del sistema bastante similar. Una abrumadora mayoría de ecuatorianos y ecuatorianas, el 98% para ser precisos, desconfía del Congreso. A pocos días de las elecciones del 15 de octubre, pareciera que los indecisos se acercan al 50% y las previsiones de la posibilidad del voto nulo son alarmantes, especialmente para el Congreso.

El único candidato que ha mantenido una tendencia al crecimiento es el ex Ministro de Economía Rafael Correa, que es una especie de candidato anti sistema, con claros planteamientos en contra del Congreso y a favor de una Asamblea Nacional Constituyente.

En un mercado a la alta de los precios del petróleo, siendo que Ecuador tiene una importante producción de crudo, precisamente en la zona de la amazonía, incluso es el segundo proveedor de crudo que Estados Unidos tiene en América Latina, parece incomprensible que Ecuador mantenga una deuda externa que le consume la mayor parte de recursos financieros y la pobreza alcance el 60%. Los motivos para la insatisfacción son, pues, enormes.

El presidente Alfredo Palacios decidió actuar en congruencia con el clima político y canceló el contrato de la empresa estadounidense Occidental Petroleum, que operaba en la Amazonía, en una zona en que la producción es de más de 90 mil barriles diarios, alrededor del 20% de la producción nacional. Como es natural, la medida de Palacios fue respaldada por organizaciones sociales de diverso tipo, incluyendo las indígenas.

El Congreso no quiso quedarse atrás y promovió el aumento de los impuestos que pagan las empresas privadas que extraen el crudo; los que pasaron del 20 al 50%. Pero el efecto político real que ambas medidas tendrá en las elecciones está por definirse.

Este 15 de octubre unos 9 millones de electores estarán en posibilidad de votar para elegir Presidente, Vicepresidente, cien Diputados; más autoridades provinciales y municipales, que tomarán posesión el 15 de enero del próximo año. Las candidaturas son abundantes, parece haber una gran variedad, aunque no está claro si son realmente opciones.

La abundancia de candidaturas, 13 en total, ya refleja un nivel de inestabilidad y volatilidad política. La larga lista inicia con León Roldós de la alianza Izquierda Democrática-Red, fue candidato a la presidencia en 1992 y es hermano del ex Presidente Jaime Roldós. La derechista Cynthia Viteri del Partido Social Cristiano, de León Febres Cordero, candidata que en el más puro estilo de la guerra fría se niega a tener relaciones con Venezuela o Cuba. El Partido Renovador Institucional Acción Nacional, PRIAN, impulsa a Álvaro Noboa.

Marcelo Larrea, periodista, ex perseguido político, de la Alianza Tercera República, Bolivariana Alfarista (ALBA). El militar Lenin Galo Arturo Torres, del Movimiento Revolucionario de Participación Popular (MRPP); fue una de las figuras más visibles de las guerrillas del Toachi, que en 1962 pretendían derrocar al gobierno de Carlos Julio Arosemena, y a la dictadura militar de 1963, acto por el que estuvo en la cárcel y más tarde exiliado en el Chile de Allende. Luis Alfredo Villacís, el más identificado como izquierda, del Movimiento Popular Democrático (MPD), luchador social que considera que la acción es la mejor vía para demostrar el descontento con las desigualdades sociales.

Luego de su frustrante participación en la coalición de Gobierno encabezada por Lucio Gutiérrez, el movimiento indígena Pachakutik decidió participar con candidato propio, con uno de sus máximos líderes: Luis Macas, Kichwa, quien afirma: "Si alguien, si una nacionalidad o un pueblo, se impone sobre los demás las cosas no funcionan. Tenemos que trabajar por encontrar los vínculos que nos acerquen, en un espacio de respeto".

El abogado Fernando Rosero González, populista, del Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE), de Abdalá Bucaran, a quién pretende facilitar su regreso al país. Por su parte Marco Proaño Maya, quien fuera binomio en las elecciones de 1992 del defenestrado Bucaram. Jaime Davermal, de Concentración de Fuerzas Populares (CFP), titular del ministerio de Gobierno de Lucio Gutiérrez, en esos días señalado de intratable y petulante.

Carlos Francisco Sagnay de la Bastida, Ingeniero químico petrolero, con estudios en la ex Unión Soviética y, curiosamente, una historia de participación política en el Partido Conservador de Gran Bretaña, en donde vivió varios años. Casi al final de la larga lista, Gilmar Gutiérrez Borbúa, del Partido Sociedad Patriótica (PSP), ex militar y ex diputado, hermano del derrocado coronel Lucio Gutiérrez.

Cierra la lista el candidato con más posibilidades, Rafael Correa, de Alianza País, con una Maestría y Doctorado en Economía: por la Universidad de Illinois; y Estudios de Economía: en las Universidades de Lovaina, Bélgica, y Católica de Santiago de Guayaquil.

Este proceso electoral no pareciera que significará una salida a la recurrente crisis política que se ha vivido ese país, en donde no se ha podido salir de la lógica de los gobiernos efímeros. Desde 1997 Ecuador ha tenido 6 presidentes: Abdalá Bucaram, Fabián Alarcón, Jamil Mahuad, Gustavo Noboa, Lucio Gutiérrez y Alfredo Palacios. Solo el segundo de ellos, Fabián Alarcón y el actual Alfredo Palacios han podido concluir un mandato interino; los otros cuatro fueron destituidos. La crisis política se agudiza frente a una deuda externa que supera los 6 mil millones de dólares.

Una encuesta realizada el 30 de septiembre por Participación Ciudadana, refleja el nivel de rechazo que hay por la política y los partidos. Si el voto no fuera obligatorio sólo el 33,8% del total de empadronados iría a votar y 58,8% no lo haría. El 39,7% de los ecuatorianos cree que habrá fraude y el 46% cree que no. El 44,3% ya había decidido su voto, basado en las propuestas de los candidatos y el 22,5% por la imagen o personalidad; sólo el 13,8% votaría por el partido político que le postula.

Frente al generalizado rechazo que sufren el sistema y los partidos políticos, la tendencia predominante es hacia la convocatoria a una Asamblea Constituyente, aunque no queda claro cuál puede ser la o las fuerzas que podrían hegemonizar este proceso.

Ambos extremos, derechas e izquierdas se encuentra fragmentadas. Los movimientos sociales tampoco exhiben una gran fortaleza, ni capacidad para transitar un camino totalmente autónomo. El movimiento indígena, sufrió un gran desgaste durante su involucramiento en el Gobierno de Lucio Gutiérrez, le señalan de estar atrapado en las redes de Pachakutik, asediado por intereses externos y del que algunos dicen es un movimiento electoralista en proceso de fragmentación.

A pesar de la presencia de Luis Macas líder con arraigo, la participación política indígena no ha logrado trascender a una alianza más amplia y en muchos lugares prevalecen intereses electorales locales. Se ha reducido su capacidad de oferta programática, a pesar del largo esfuerzo que las organizaciones sociales han hecho en este sentido durante más de 15 años. La mayor preocupación, en términos de la vigencia de los movimientos sociales, es que producto de la participación electoral se debilite su capacidad de movilización y de resistencia frente a la ofensiva neoliberal.

La candidatura de Rafael Correa ha avanzado con apoyo de importantes órganos de opinión, y el respaldo de varios grupos y organizaciones políticas de izquierda y redes de ONGs. Como en muchos países, el candidato de Alianza País, representa la opción del que se sitúa fuera del sistema, rechazándole de tal modo que su principal planteamiento es la Constituyente y su resistencia a postular candidatos a diputados. De nuevo lo importante es la figura del candidato, no el programa ni el partido.

Correa sí ha promovido la participación de núcleos sociales que tradicionalmente no participan en política partidista, promovió los llamados "Comités Familiares", desde los que promueve su particular visión de una revolución, fundamentada en los ejes Constitucional, Social y soberana, Ética, Productiva y el de la Integración latinoamericana. Su éxito pareciera acrecentarse al presentarse como un candidato que está en contacto y escucha a las personas comunes y, por tanto, facilita su participación. Los militantes de Alianza País, han realizado un trabajo casi de puerta en puerta para nutrirse como movimiento, los resultados hasta ahora les son alentadores.

Las opiniones anti imperialistas, rechazo al FMI y Banco Mundial incluidos, y a favor de la integración de América Latina, que Correa ha lanzado, así como la similitud que muchos encuentran entre los Comités Familiares y los Círculos Bolivarianos venezolanos, le han valido la identificación inmediata con Hugo Chávez y la consiguiente satanización de las transnacionales de la información dominadas por los Montaner y Oppenhaimer, que ya señalan a Rafael Correa como el Chávez de Ecuador, y el peligro que significaría su triunfo electoral.

Un escenario posible, para este 15 de octubre, es el enfrentamiento entre las fuerzas que rechazan el sistema, que van desde el voto nulo para el Congreso, hasta la convocatoria a la Constituyente, que encabeza Correa; con las fuerzas ligadas a la precaria estabilidad política a la que se ha ligado a la democracia en América Latina, en las que León Roldós de Izquierda Democrática-Red podría ser la fuerza dominante.

En Ecuador pareciera que la alternativa está entre la refundación del sistema político y la refuncionalización del modelo neoliberal, dotado del rostro humano que el Banco Mundial se esfuerza en proporcionarle.

[difunde]
Agencia Latinoamericana de Información (ALAI)

[fuente]
http://www.i-dem.org/

Valid XHTML 1.0! Valid CSS!

:: http://www.llacta.org ::