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Alberto Acosta: Petroecuador debe caminar en la misma dirección que nosotros

Verónica Berrones

Diario El Universo, edición digital

Guayaquil, 20 de mayo de 2007

Partidario de que el petróleo del campo ITT, en el nororiente, quede represado para proteger el Parque Yasuní, el ministro Acosta señala que también planifica crear un organismo que maneje exclusivamente la electricidad.

Inquieto y sonriente, Alberto Acosta, ministro de Energía y Minas, asegura tener la pasión y el entusiasmo del primer día de labores en ese cargo, por eso reprocha que haya solo 24 horas y que su equipo de trabajo no le siga el ritmo. "Aquí no hay tiempo para cansarse", expresa.

Su objetivo es adelantar el mañana, recuperar el tiempo perdido. Por ello, desde que asumió el control de los tres sectores más complejos: petróleo, electricidad y minas, su fijación ha sido recuperar el rol del Estado, pero no solo del Estado, explica.

Una mesa se sostiene con tres patas: el Estado, el mercado y la sociedad civil, porque el mercado nunca será un buen amo, sino un buen sirviente, pronuncia. Su modo de pensar y de defender las cosas lo han puesto en contratiempos con quienes están bajo su dirección y con las empresas privadas.

El desarrollo del campo petrolero ITT, el más importante del país, y la extracción de minerales a gran escala los tomó con pinzas por ser temas complicados.

Usted ha sido un estudioso de la economía del país y de los sectores que ahora tiene a su cargo. ¿Cuando asumió el Ministerio pensó encontrarse con los problemas que ahora enfrenta?

Tenía una visión del sector eléctrico, minero y petrolero, y en gran medida coincide con lo que me había imaginado y estudiado, pero no dejo de sorprenderme por la cantidad de dificultades y problemas existentes en estos campos. El sector ha pasado por un proceso de desinstitucionalización y descapitalización masiva. Al Estado se lo minimizó y solo existían las fuerzas de los grupos transnacionales.

¿Qué sabía y lo comprobó?

Que a Petroecuador se le carga el peso de las importaciones de derivados, eso sigue manteniéndose y lamentablemente no se pueden cambiar las cosas de la noche a la mañana.

¿Faltan reformas?

No necesariamente, se trata de voluntad política. Creo que el próximo presupuesto del Estado debe aclarar el monto de las importaciones que asumirá.

¿No hay voluntad política?

Hay voluntad; se ha tomado la decisión que en el presupuesto del 2008 consten esos rubros.

¿Y qué cosas lo sorprenden?

Me llama la atención lo ocurrido en la refinería de Esmeraldas. Sé que en cuatro meses no se pueden corregir errores acumulados de años, pero las cosan van de mal en peor. La planta funciona en el 20% y no es cuestión de los trabajadores. La situación de la refinería es peor que en enero, cuando empezó el Gobierno, lo cual es preocupante y molestoso.

¿Quiere decir que pudo evitar?

Se sabía, se sabía... Desde el 25 de agosto del 2005 conocían que el reactor del combuster de la FCC (una unidad fundamental de la refinería) tenía que ser cambiado y no se hizo absolutamente nada hasta que reventó. Ahí debe haber responsables.

¿Quiénes?

Me llama la atención que no se hayan tomado decisiones adecuadas a nivel de la cúpula de Petroindustrial, por ejemplo. Si la planta no funciona, quién va a poder trabajar, por eso también tenemos problemas con el abastecimiento de gas.

¿Falta mano dura?

No es cuestión de eso, sino de tener una política clara. A mí me da pena que luego de que el directorio de Petroecuador aprobara una política clara y precisa, esta no haya sido puesta en marcha, no se ha tomado en cuenta, no se hace nada.

¿Qué debió hacerse?

Muchas cosas. Se aprobaron diez puntos estratégicos básicos para que funcione la petrolera. Entre estos: la reestructuración de la empresa, la explotación eficiente de las reservas, un adecuado control del transporte de crudo y derivados, así como el contrabando. El documento no fue hecho para torpedear, interrumpir o incomodar a la administración de Petroecuador; es una obligación legal y un compromiso.

Pero el presidente de Petroecuador, Carlos Pareja, resalta que están trabajando.

Todavía hay muchas cosas que no han avanzado. Sé que no hay tiempo suficiente, que los recursos económicos son pocos, pero falta mucho más, como el deseo de ponerse en la onda y caminar en la misma dirección. Además hace falta definición de líneas estratégicas, dónde quieren llegar, qué quieren hacer y cómo deben hacerlo, y eso es potestad del Consejo de Administración.

Carlos Pareja expone como prueba del trabajo la conversación con Shell y los trabajos de rehabilitación de la refinería.

El presidente de Petroecuador dice que quiere entregar la rehabilitación a la (multinacional) Shell, nosotros creemos que se debe dar a una estatal latinoamericana y por eso hablamos con ENAP (de Chile). Nosotros hacemos una propuesta diferente para hacer una empresa estatal integrada en una región que busca cambios sustantivos.

Pero esas diferencias pueden impedir que el sector marche.

Al parecer la falta de definición genera dificultades, pero lamentablemente la apertura del Ministerio de Energía, que yo presido, no es entendida por Petroecuador.

¿Le incomoda la visión de Petroecuador, distinta a la suya?

Por supuesto. Incomoda al país. Los resultados no son satisfactorios para la mayoría de los habitantes. El hecho de que dos personas no se pongan de acuerdo no es trascendente si no estuviera de por medio el interés de la sociedad... Tenemos que seguir discutiendo y encontrar soluciones.

Las diferencias se han marcado más cuando se habla del ITT. ¿Cómo avanza su propuesta?

Discutimos con la sociedad nacional e internacional la posibilidad de dejar el crudo represado y hay interesados.

¿Y cuánto ofrecen?

No se trata solo de conseguir el dinero sino de ver la responsabilidad frente a la vida. Hay seres humanos que viven ahí: los pueblos no contactados. Además tenemos información que revela que en una sola hectárea del Yasuní hay más especies de árboles que en Estados Unidos y Canadá juntos, y que en cada árbol hay más variedad de escarabajos que en Europa.

Pero al no explotar, ¿de dónde saldrá el dinero?

Hemos planteado la posibilidad de que gobiernos extranjeros hagan donaciones, ciudadanos que compren papeles de petróleo represado y que puedan descontar de su impuesto a la renta, organizaciones que consigan recursos, canjes de deuda de los países miembros del Club de París y otras.

¿Qué garantiza que esos recursos no serán mal utilizados?

Hay que hacer un fideicomiso, un fondo internacional que garantice que los recursos permanezcan ahí mientras se protege a la naturaleza. También habría que definir los planes que se harán con esa plata.

El directorio de Petroecuador deberá escoger las alternativas del futuro del ITT. ¿Cuándo?

Presentaré mi propuesta, que es la primera opción: la planificación económica integral, de cómo se puede aprovechar el ITT, y dentro de la segunda opción que es la explotación, hay muchas alternativas. La más clara, la licitación internacional, aunque también plantearemos la explotación de otros campos para no poner tanta presión sobre el ITT.

¿Cuál fue el problema más difícil que ha enfrentado en sus pocos meses de administración?

Difícil decir. Cuando llegué a la oficina aprendí que cada persona o cada llamada que ingresa trae un problema. Pero un reto grande fue la reparación de Paute, esperada desde diciembre del 2004; los técnicos me avisaron a tiempo y se pudo hacer algo en equipo. Lamentablemente nunca supe nada de la refinería de Esmeraldas y no se pudo hacer nada.

¿Se quedará en el Ministerio hasta cumplir sus ofertas?

Yo me quedo aquí mientras el Presidente de la República no disponga lo contrario y mientras ayude a cumplir con el compromiso que adquirimos con el pueblo ecuatoriano.

Pero ha renunciado varias veces. ¿Cuántas?

El tema no es cuántas veces he presentado la renuncia, sino cuántas veces he creído que no estoy suficientemente a la altura del reto (y han sido), muchas. Creo que todos los días hay que estar haciendo un acto de humildad para encontrar soluciones y eso no lo hace solo el ministro, sino un equipo.

¿Entonces no se irá?

Si me piden que me vaya a otro lado en aras del proyecto que estamos llevando, asumiré otra tarea. A mí nadie me preguntó si quería ser ministro de Energía, me dijeron que debía venir y aquí estoy, cumpliendo lo encomendado y de la manera más responsable posible.

Ficha personal

Edad: 59 años.

Profesión: Economista.

Cargos: Trabajó en CEPE (hoy Petroecuador) de 1980 a 1983. Desde 1993 fue consultor y docente universitario.

Familia: Es sobrino nieto del ex presidente José María Velasco Ibarra. Su primo hermano Antonio Acosta preside el Banco Pichincha.

El Estado tiene que recuperar (petróleo, energía y minas), lo que no significa cerrar las puertas al sector privado ni someterse a las órdenes de las transnacionales.

Hemos logrado reducir el consumo diario de diésel de 4.500 barriles a 3.600. Estamos instalando fiscales distritales para combatir los delitos energéticos.

[fuente]
http://www.eluniverso.com/

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