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Nueva amenaza sobre Galápagos: La geoingeniería oceánica

Silvia Ribeiro

Ecoportal

20 de junio de 2007

Nanopartículas de hierro en aguas cercanas a las Islas Galápagos

Con el argumento de proteger al planeta de los gases de invernadero, la empresa de geoingeniería Planktos Inc. está dispuesta a verter toneladas de hierro en aguas cercanas a las Islas Galápagos, burlándose de la Organización Marítima Internacional (OMI) y al gobierno de Estados Unidos.

La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) y el Convenio de Londres de la OMI (que se ocupa de la contaminación del mar por vertimiento de desechos) deben iniciar investigaciones urgentes sobre las actividades de Planktos Inc., una empresa de ingeniería climática, demandan el Grupo ETC (Ottawa, Canadá) y el International Center for Technology Assessment (Centro Internacional para la Evaluación de la Tecnología, ICTA, Washington DC).

Ambas organizaciones de la sociedad civil piensan que la compañía pronto comenzará a verter nanopartículas de hierro en un área de 100 kilómetros cuadrados del océano cerca de las Islas Galápagos, si no es que ya lo está haciendo. Planktos ya pudo haber violado la ley que previene en Estados Unidos ese tipo de acciones, la Ocean Dumping Act, pues realizó experimentos con hierro en 2002. ICTA y el Grupo ETC enviaron hoy una petición formal a la Agencia de Protección Ambiental de Estados, al tiempo que los gobiernos que forman parte de la OMI se reúnen en España para discutir sobre la legalidad de los experimentos de geoingeniería de alto riesgo.

Existe una ley contra el vertido de material en los océanos sin autorización. Sin embargo, eso es lo que Planktos planea hacer", explica George Kimbrell de ICTA, un abogado ubicado en Washington D.C. Hoy pedimos a la EPA que inicie de inmediato una investigación profunda de las actividades de vertido de hierro al océano de Planktos. Simultáneamente, las dos organizaciones están trabajando con grupos ambientalistas para presionar a la reunión internacional en España para que tome cartas en el asunto.

Planktos Inc., una empresa de geoingeniería con oficinas en Estados Unidos y Canadá, anunció que verterá 100 toneladas de partículas de hierro en el Océano Pacífico al oeste de las Islas Galápagos -una acción que los críticos consideran puede violar las leyes nacionales e internacionales de protección del océano y que podría ocasionar serios daños al ecosistema marino.

Planktos está en el negocio de la venta de créditos de carbono a personas que quieran limpiar su impacto personal en el clima. La compañía asegura que las partículas de hierro arrojadas al océano estimularán el crecimiento del fitoplancton y absorberán dióxido de carbono de la atmósfera, un esquema que permitirá a la compañía hacer dinero con el comercio de carbono.

El gobierno de Estados Unidos también está preocupado por los planes de Planktos, por lo que ha instruido al Convenio de Londres, organismo pertenece a la Organización Marítima Internacional, responsable de regular los vertidos de desechos al mar, que este tipo de actividades propuestas por las empresas deben evaluarse cuidadosamente [1]. Un comité científico intergubernamental del Convenio de Londres se reúne esta semana en España, del 18 al 22 de junio.

Según un documento oficial del gobierno de Estados Unidos, Planktos no ha recibido ningún permiso de las autoridades correspondientes en Estados Unidos ni ha realizado evaluación de impacto ambiental. El sitio de Internet de Planktos dice que la compañía verterá hierro al océano cerca de las islas ecuatorianas Galápagos, a mediados de junio de 2007, desde su barco, el Weatherbird II, un buque con bandera estadounidense. Sin embargo, según documentos del gobierno de Estados Unidos presentados ante el Convenio de Londres, Planktos informó a la EPA el 23 de mayo que la compañía usará un buque que no lleve la bandera de Estados Unidos para poder arrojar el hierro y no tener que obedecer la regulación que señala la Ocean Dumping Act. de ese país.

Es una burda hipocresía que Planktos, que se dice una empresa 'verde', ahora planee contratar un barco extranjero para que arroje su hierro y así evadir las regulaciones ambientales estadounidenses, dice Jim Thomas del Grupo ETC, una organización de la sociedad civil con sede en Canadá, que ha monitoreado las actividades de Planktos. Claramente lo único verde que le preocupa a Planktos son los dólares que esperan ganar vendiendo créditos de carbono.

El sitio Web de Planktos (consultado el 19 de junio) aclara que verterá partículas de hierro en nanoescala, y sabemos que está buscando otra bandera, así que sugerimos que su barco navegue usando una bandera que alerte sobre peligro nanotecnológico, dijo Hope Shand del Grupo ETC, organizadores de una competencia de diseño a principios de este año para obtener un símbolo de advertencia para etiquetar productos con nanomateriales diseñados.

Un estudio por un organismo científico en Reino Unido advierte que la liberación ambiental de nanopartículas –que no son reguladas adecuadamente por ningún órgano gubernamental– debe prohibirse hasta que se conozca más acerca de sus impactos en la salud y el ambiente.

Las autoridades de Estados Unidos no están solas en su preocupación por el experimento de Planktos: en un boletín de prensa publicado el 23 de mayo de 2007, las autoridades del Parque Nacional de Galápagos expresaron alarma por las acciones de Planktos de verter al océano, afirmando que el experimento es científicamente dudoso, ambientalmente peligroso para el ambiente y capaz de alterar las bases de la cadena alimenticia marina. Las autoridades del Parque Nacional de Galápagos dijeron que no habían sido capaces de hablar con Planktos directamente a pesar de las preocupaciones de que las corrientes que atraviesan el sitio del experimento podrían permitir que contaminantes entraran al área del parque nacional.

Según Pablo Barriga, Coordinador del Proyecto Fundar Galápagos, una organización sin fines de lucro que apoya el desarrollo sustentable y la conservación de las islas, La legalidad e impactos del experimento que Planktos Inc. quiere realizar cerca de Galápagos debe aclararse en todos los foros internacionales posibles, incluyendo el Convenio de Londres que se reúne esta semana en España. Mientras eso pasa, lo que tenemos claro es la inmoralidad de la intención de realizar un experimento que podría poner en riesgo un Patrimonio Natural de la Humanidad, por el afán de lucro económico de una empresa. Esto es absolutamente inaceptable, dijo Barriga.

Aunque Planktos no dirá a la EPA en qué buque o bajo qué bandera quieren navegar, tal vez de cualquier forma estén infringiendo la U. S. Ocean Dumping Act si intentan exportar sus partículas de hierro de Estados Unidos sin permiso. El Grupo ETC e ICTA conminaron a la EPA a investigar y realizar un monitoreo urgente de las actividades actuales de Planktos y de su anterior expedición de vertido de hierro, que ocurrió el 22 de junio de 2002, al este de Hawai y se realizó sin permiso de la EPA. En esa ocasión también participó un yate registrado en Estados Unidos, el WN Ragland, que la empresa asegura que se lo prestó el cantante Neil Young. Fotografías del vertido de Planktos en 2002 (en su sitio Web) claramente muestran la bandera de Estados Unidos ondeando al tiempo que el hierro se arroja al océano.

Geoingeniería como negocio

La fertilización con hierro es uno entre los varios esquemas monumentales de geoingeniería que busca soluciones tecnológicas para contrarrestar el cambio climático. El año pasado, por ejemplo, el Premio Nóbel Paul Crutzen convocó a que se realizara mayor investigación sobre un plan para lanzar aerosoles basados en sulfato hacia la estratosfera para desviar la luz del sol. Otros han propuesto capturar el exceso de dióxido de carbono y llevarlo al espacio. El presidente de la Academia Nacional para la Ciencia de Estados Unidos, Ralph J. Cisero, dijo que tales propuestas deben ser tomadas en cuenta seriamente. El mes pasado, el Panel Intergubernamental de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, la más alta autoridad internacional científica en cambio climático, criticó los proyectos de geoingeniería como de visión corta, potencialmente dañinos y con pocas probabilidades de éxito. Desde 1993 al menos nueve gobiernos nacionales y la Unión Europea han apoyado los experimentos de fertilización con hierro en el océano para nutrir el plankton y secuestrar dióxido de carbono. En abril de 2007, cuarenta y siete oceanógrafos publicaron en la revista Nature que los intentos para fertilizar el océano artificialmente para capturar carbono no funcionarían [2].

Planktos no es la única empresa que espera lucrar del vertido hierro a escala comercial. GreenSea Ventures, Inc. realizó dos experimentos pioneros de fertilización del océano en el Golfo de México en 1998. Michael Markels, un directivo de GreenSea Ventures, tiene al menos cinco patentes y solicitudes de patente relacionadas con la fertilización con hierro para secuestrar CO2. Una nueva empresa con sede en San Francisco, Climos, también trabajará en fertilización del océano, según ha informado, para controlar el carbono atmosférico.

La conclusión científica contundente basada en los numerosos experimentos gubernamentales e intergubernamentales, es que la fertilización con hierro es riesgosa y puede capturar dióxido de carbono sólo temporalmente", concluye Jim Thomas, alejando el CO2 de la superficie el tiempo necesario para que los geo-ingenieros privados cobren sus cheques.

Notas

  1. [1] El documento del gobierno de Estados Unidos enviado al Convenio de Londres puede verse en: http://www.imo.org/includes/blastDataOnly.pdf
  2. [2] Uirin Schiermeier, "Only Mother Nature Knows How To Fertilize The Ocean. Natural Input Of Nutrients Works Ten Times Better Than Manmade Injections" ("Sólo la Madre Naturaleza sabe cómo fertilizar el océano. Los nutrientes e insumos naturales funcionan diez veces mejor que las inyecciones artificiales"), publicado en inglés en Nature, 23 de abril de 2007. En Internet: http://www.nature.com/news/2007/070423/full/070423-8.html

[fuente]
http://www.ecoportal.net/content/view/full/70246

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