El Comercio
Quito, 5 de noviembre de 2009
En este tema es evidente que se está jugando a dos bandas. Un sector del Gobierno se muestra conservacionista y otro está desesperado por los dineros petroleros. En la reciente gira, mientras en Inglaterra hablaron de conservar el crudo del ITT, en Rusia negociaron el bloque vecino, el 31, que también está dentro del Parque Nacional Yasuní. ¡Qué paradoja!
Los ecologistas que tanto empeño pusieron en que Petrobras devolviera el bloque 31 y que rabiaron con la licencia ambiental otorgada a la empresa brasileña para explotar ese bloque estarán conformes: los duros del petróleo ecuatoriano serán venezolanos, rusos y chinos, acompañados de la empresa estatal. Ellos van a cuidar el Yasuní. Son ejemplo de conservación, sin duda...
Se pretende que Estados Unidos sea el mayor financista de la iniciativa de dejar el crudo en tierra del ITT (aunque aún no se les ha planteado el tema, pues hasta ahora la iniciativa ha recorrido Europa pero no ha llegado al país del norte) y, a la vez, que Rusia explote el bloque de al lado, el 31, junto con Petroamazonas. Seguramente EE.UU. se negará a pagar y todo será culpa de los gringos: ¡Yanquis fuera!
Uno de los argumentos para dejar el crudo en tierra del ITT es proteger la vida de los pueblos ocultos o aislados. Pero en el Bloque 17, manejado por una empresa china, donde hay presencia evidente de estos pueblos, nadie ha parado o ha podido parar los trabajos de extracción (pese a que un sector del Gobierno insiste en ello y pese a las recomendaciones de una comisión internacional enviada por el mismo Gobierno).
Pronto seguirán los trabajos en Armadillo (donde también hubo presencias de grupos ocultos). Ya empezaron los trabajos en Pañacocha y hasta los afiliados al IESS invertiremos en ello. En enero se inician las actividades del Bloque 31. ¡Y seguimos hablando de la gran iniciativa del país pequeño!
Sería bueno poner las cartas sobre la mesa e ir pensando en la manera de proteger a estos pueblos con o sin explotación petrolera, con iniciativa ITT o sin ella.
Porque tal como van las cosas se protegerá a quienes estén viviendo en la zona del ITT, siempre y cuando el primer mundo pague por ello. Si el primer mundo no paga... ¿los van a liquidar? Y si están en el 31, en el 17, en el 16, en el 15, ¿los protegerán los chinos, los rusos y los de la empresa estatal? Habrá que ver...
Es hora de pensar fórmulas para cuidar de verdad a esa gente. Siguen y seguirán cercados. El petróleo no va a parar, pese a la retórica conservacionista y a ciertos ilusos. Hay que abrir el juego y exigir a las compañías que operan en el Yasuní verdaderas medidas de protección y cuidado, antes de que sea demasiado tarde.
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