Otavalo, 11 de octubre de 2005
La Federación de Pueblos Kichwas de la Sierra Norte del Ecuador CHIJALLTA - FICI, con sede en Otavalo condena la actitud racista de los militares colombianos en contra de 7 menores de edad pertenecientes a las comunidades de nuestra organización.
Los miembros del Pueblo Kichwa Otavalo, por tradición son comerciantes pacíficos y honestos, y que lo han demostrado recorriendo todos los países del mundo y dejando sus huellas en las principales ciudades, en busca de sustento para sus familias. Los Otavalos, hoy por hoy se los puede encontrar en cualquier parte del mundo expendiendo sus artesanías y sus mercaderías, por lo que además se han constituido en embajadores de la cultura ancestral del Ecuador. Fácilmente se los puede identificar; a las mujeres por sus anacos, camisa bordada y collares, mientras que a los hombres por su pantalón blanco, poncho, su tradicional cabello largo hecho trenza.
Con gran dolor y tristeza, hemos recibido la noticia de que siete jóvenes menores de edad fueron expulsados desde el corregimiento de Madrigal en Nariño - Colombia, luego de que la policía les quitó la mercadería y los militares colombianos les cortaron la trenza a todos.
La FICI rechaza rotundamente esta actitud racista que las autoridades colombianas han tomado en contra de los menores de edad Otavaleños. Esta actitud es producto de la sociedad discriminatoria y racista, que ve en los indígenas no una riqueza cultural, sino seres raros para el neoliberalismo, el capitalismo y la oligarquía. El hecho de cortar la trenza del cabello de los jóvenes es una afrenta a los pueblos indígenas del Ecuador y atenta contra la dignidad, la identidad y la cultural de los pueblos milenarios, especialmente de los pueblos kichwas Otavalos, es una vergüenza que en pleno siglo veinte y uno se maneje todavía prejuicios que desdicen del buen nombre de los colombianos amantes de la interculturalidad, la paz, la equidad y la justicia.
Exigimos al gobierno ecuatoriano especialmente a las autoridades de la provincia, que inicien los procesos judiciales pertinentes en contra de las autoridades colombianas que realizaron este hecho racista y en contra de las autoridades que lo permitieron.
Solicitamos solidaridad a las organizaciones amigas, organismo de derechos humanos y a los pueblos indígenas de Colombia para que denuncien estos hechos inhumanos y se restaure la dignidad del pueblo Otavalo.
Por el Consejo de Gobierno de la FICI,
José Benjamín Inuca, presidente de la Chijallta FICI
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