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Manifiesto del 8 de Marzo: Dia de la Mujer Trabajadora

Movimiento de Mujeres de Sectores Populares "Luna Creciente"

Quito, 6 de marzo de 2006

En el 2001, las mujeres organizadas en sectores populares de diferentes regiones del Ecuador, nos juntamos en un espacio de coordinación, intercambio de experiencias y sabidurías, acceso a la información y los conocimientos, esfuerzos por hablar desde nuestras realidades y sueños. Aquí seguimos haciendo estos caminos. Muchas veces tenemos grandes incertidumbres. Cuando nos volvemos a encontrar, a mirarnos y conversarnos, a saber más sobre las alegrías y dolores de las otras, sobre lo que en verdad pasa en otros lugares de nuestro país, de nuestra América Latina, de nuestra Tierra, nos crece la esperanza y sobre todo se nos agiganta la rebeldía.

Nos sabemos diferentes. Vamos reconociendo nuestras historias en nuestros cuerpos, en nuestras miradas, en nuestras vestimentas y adornos, en nuestras pieles. Aprendemos de las costumbres, de la música y la danza de las otras, sobre todo de sus caminos, de sus vidas.

A veces llegando, otras solo a través de la palabra, sentimos las heladas y el abismal amanecer de las indias de los páramos, el dulce olor y ritmo de la cocina y la valentía de las hermanas negras, el calor de la tenacidad y cariño de las diversas que habitan en las fronteras del norte, invadidas de guerra y dolor, el largo atropello a la elegancia y armonía de las mujeres de la sierra centro. Así hemos aprendido a escucharnos y a respetarnos.

Sabemos además, ya bien adentro, que ninguna india es igual a otra india, ninguna negra o mulata como la otra, cada mestiza con su larga historia de familia, de pueblo, de incertidumbres.

¡Ah! Más allá sabemos que nos hemos encontrado y nos queremos porque cada una de nosotras, nosotras con las nuestras y los nuestros, hemos venido andando, preguntando, respondiendo, abriendo brechas y chaquiñanes, desde nuestras vidas personales (quizás las más difíciles), en nuestras familias, en las comunidades y barrios, en cada provincia (con sus diferencias), en este país y este planeta de desigualdades e injusticias (también entre los nuestros).

Este 8 de marzo ratificamos que:

Somos un colectivo de mujeres organizadas en sectores populares de 8 provincias de 3 regiones del Ecuador: Esmeraldas, El Oro, Pichincha, Cotopaxi, Cañar, Loja, Sucumbíos y Orellana. Vivimos en nuestras vidas cotidianas las consecuencias de sociedades locales, nacional e internacional que abren brechas cada vez más grandes entre las "opulencias" y las "pobrezas". Durante siglos hemos estado sometidas por ser pobres, por ser indias, negras o mestizas, por ser mujeres.

Las decisiones de los grupos de poder mundial nos hacen sentir mayor desesperanza por nuestro futuro y el de nuestra tierra, con la imposición de sus estrategias de exterminio que son diferentes caras de la misma moneda: guerra, militarización, tratados de libre comercio, privatización de los recursos naturales.

Frente a ellos, nosotras nos ponemos por la vida, por la vida con dignidad:

Cuando decimos vida estamos hablando de nosotras, de cada una en un rincón de este planeta y de este tiempo, con su cuerpo, con su alma, con su historia, la de sus mamas y abuelas, la de sus hijas e hijos, la de su tierra

Cuando decimos dignidad estamos hablando de nuestro derecho a comer bien, a dormir con tranquilidad, a expresar nuestros pensamientos y sentimientos, a vivir con el alma entera nuestras penas y alegrías, nuestra sexualidad y nuestros afectos.

Cuando decimos lucha hablamos de amor: a nosotras, a nuestra pareja, a los nuestros, a estos espacios que habitamos, a los sueños que presentimos posibles

Luna Creciente

Nos proponemos:

Estamos aquí y ahora. Muchas veces débiles, aisladas, dudando, llorando, cantando, caminando. Como nos hemos dicho entre compañeras: somos mayoría, podemos realizar nuestros sueños con la fuerza de la resistencia, con los corazones y las cabezas abiertas, con nuestros cuerpos de mujeres presentes.

Sin dejarnos romper la esperanza, en cada familia, en cada comunidad, en cada barrio, en todo sitio que pisemos, continuaremos organizando, protestando, cambiando las injusticias, haciendo caminos por lo colectivo, por la solidaridad, por la reciprocidad.

Creceremos y haremos de cada una de nuestras vidas -con nosotras las que nos preceden, con nosotras las que nos continúan- un círculo que, como la luna llena, a todas nos ilumine con ternura y pasión.

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