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Pueblos ocultos en peligro

Veeduría para la protección de los Pueblos Indígenas Aislados del Yasuní

Quito, 22 de abril de 2006

A quien le concierna:

En el Parque Nacional Yasuní habitan entre 100 y 200 personas cuya protección requiere acción inmediata del gobierno. Su situación es especialmente precaria ya que no tienen vías reales de comunicación con el mundo occidental (por ejemplo no saben español y permanecen escondidos en la selva). Muchas de estas personas pertenecen al pueblo taromenane y posiblemente al pueblo tagaeri, también llamados "Pueblos Ocultos del Yasuní" (PO). Recientes eventos violentos en la zona involucran a taladores ilegales de madera en la Zona Intangible ( área creada específicamente para la protección de los PO). El Comercio habla del lanceamiento de dos taladores ilegales (uno murió). Esta situación de violencia e involucramiento de intereses económicos hace pensar que existe peligro gravísimo de una retaliación contra los PO aún sin que sea clara su participación en el lanceamiento. Ya en el 2003 ocurrió un asesinato masivo (genocidio) de 15 a 30 personas de los PO. La similitud de las circunstancias actuales conduce a pensar en la posibilidad de una retaliación y nuevo asesinato masivo. Los ministerios de Gobierno y Defensa han sido alertados para que coordinen acciones inmediatas con el Ministerio del Ambiente y expertos sobre los PO. La falta de acción por parte de distintos gobiernos es recurrente. Existen además precedentes de esfuerzos e interés de la industria petrolera para erradicar a los nativos de la zona de su territorio ancestral. Pido la máxima divulgación de este comunicado para que la opinión pública esté vigilante.

Fernando Ponce Villacís


Tres familias waorani viven de la tala de los bosques en Orellana

Diario El Comercio, edición digital

Quito, 22 de abril de 2006

Redacción Orellana

Mientras la dirigencia de los waorani condena la tala ilegal, las comunidades wao que viven cerca del Parque Nacional Yasuní y la Zona Intangible cortan los bosques a gran escala.

Tres familias de Pindo, Ñoneno y Tiguino, estarían beneficiándose de esta actividad ilegal. Así lo dictamina un informe elaborado por las autoridades del Parque Nacional Yasuní (PNY).

Los nombres de los involucrados son: Iqui Ima; Bave Ima; Manuel Kaiwa; Mingui Agua e Iteca. Ellos mantienen convenios con madereros para la extracción de cedro en esta zona. Además, entregan protección y alojamiento a los trabajadores ecuatorianos y colombianos encargados de talar.

De acuerdo al documento, las causas para que continúe imparable la tala del cedro dentro en la reserva de Biosfera son: la falta de apoyo del Ejército y la Policía en los operativos de control y el reducido presupuesto asignado para la inspección del PNY.

Alonso Jaramillo, responsable del PNY en Orellana, explicó que el Ministerio del Ambiente asignó este año, cerca de 60 000 dólares para el cuidado del Parque. Sin embargo, para poner en marcha el Plan de Diagnóstico de Manejo del área protegida se requieren 500 000 dólares. "Con ello se contratarían 33 nuevos guardaparques y se sumarían a los nueve existentes. Además, habría recursos para la movilización".

El control en esta zona es una actividad peligrosa. El miércoles anterior, a las 13:30, Jaramillo realizó un recorrido por el río Chiripuno, ubicado a 92 kilómetros al sur de Francisco de Orellana (Coco).

El objetivo fue conocer más detalles sobre el supuesto ataque de los Tagaeris -Taromenane, ocurrido el pasado 12 de abril, a los madereros Willian Angulo (fallecido) y Gilder Moreira (herido).

En la comuna de Ñoneno, los habitantes guardan parte de las lanzas utilizadas en el incidente. "Por las características de las armas, se puede deducir que fueron ellos. Sin embargo, no se descarta que también hayan muertos y heridos indígenas, debido a que los madereros utilizan armas de fuego en su defensa. Por ello, las autoridades deben investigar".

En esa comunidad wao, estaban arrumados unos 400 tablones de cedro, los cuales se envían por carretera hasta Tulcán y Colombia.

Durante la visita surgió un altercado entre Jaramillo y Kaiwa, líder de Ñoneno, quien lo apuntó con una lanza, en protesta a los controles por la salida de la madera.

"Él es uno de los principales involucrados en la venta de madera. De acuerdo a la versión de los madereros, este waorani recibe 50 centavos por cada tablón".

Esta es la segunda ocasión que Jaramillo recibe amenazas de los wao por los controles.

En la zona del río Chiripuno, la comercialización del cedro está en manos de Kaiwa; en la comuna Tiguino, de la familia de Iqui y Bave Ima y en Pindo, de Mingui Awa e Inteca. No obstante, nadie ha podido frenar esta ilegalidad.

Ni la dirigencia de la Organización de Nacionalidades Waoranis, tiene resultados positivos. Para buscar alternativas, se construyen dos puestos de control financiados por la petrolera Encana en el sector de Pindo. Asimismo, se edificará otro en el ingreso al puente sobre el río Napo.

Entre tanto, Marco Vargas, miembro de la comuna waorani de Tobeta, dijo que los colonos están dedicados a la explotación maderera. "Nos engañan con comida, licor, motores y se llevan la madera. Ahora vamos a frenar la salida de tablones de cedro".

Un negocio oscuro

Los madereros cortan árboles de cedro en el territorio de los pueblos no contactados Tagaeri-Taromenane. Utilizan sus senderos y en ocasiones llegan hasta sus casas en el bosque.

Para las jornadas de tala se organizan grupos de 20 personas, quienes se dividen en equipos de tres para cortar los árboles y hacer tablones con motosierras.

Los reportes de canoas con madera en el Chiripuno son frecuentes, pero no hay cifras oficiales.

Dos víctimas mortales

La codicia por el cedro desató una serie de muertes en las zonas de Tiguino y Chiripuno, pero solamente se tienen registro de dos. El pasado 11 de agosto del 2005, Héctor España, de 38 años, fue asesinado en río Chiripuno.

El cuerpo fue hallado con la incrustación de más de 38 lanzas de 2,50 metros de largo. Desde entonces, las investigaciones están a cargo del fiscal de Orellana, Joel Bustos, pero no ha avanzado.

Según Johnny España, hermano del fallecido, su hermano ingresó a talar, el 9 de agosto del 2005, en compañía de su empleador Líder Basurto.

El último hecho de sangre ocurrió el miércoles 12, cuando Gilder Moreira y Willian Angulo, supuestamente fueron atacados con lanzas. Los dos recibieron los primeros auxilios, el 14 de abril, en el Hospital de Francisco de Orellana y luego fueron trasladados al hospital Eugenio Espejo.

Allí, falleció Willian Angulo después de una cirugía y Gilder Moreira espera que le extraigan un fragmento de lanza que tiene incrustado de la espalda.

[fuente]
http://www.elcomercio.com/noticia.asp?seccion=8&id=37852

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