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Carta abierta a los candidatos de izquierda a la presidencia de la República

Comisión de Vivencia, Fe y Política

Quito, 1 de junio de 2006

Enrique Ayala
Rafael Correa
Diego Delgado
Eduardo Delgado
Marcelo Larrea
Luis Macas
Luis Villacís

Estimados compañeros

Nuestra organización es una agrupación de sectores cristianos y no cristianos comprometidos con la liberación y el protagonismo de los empobrecidos del país. No pertenecemos a ninguno de sus partidos y movimientos; ni a Pachakutik, ni al Partido Socialista-Frente Amplio, ni al MPD, ni a Alianza País, ni a Gente Común, ni al movimiento bolivariano. Nos une con ustedes y sus organizaciones una similar lectura de la realidad actual. Nos hemos encontrado en las calles o en los campos resistiendo la aplicación del recetario neoliberal que colma de más injusticias y desigualdades a un país que es ya inaceptablemente injusto y desigual. Por eso creemos que todos ustedes forman parte de una tendencia política común que se identifica con la transformación radical de la sociedad a favor de los pobres y desde los pobres.

Todos ustedes han insistido en que quieren la unidad de las fuerzas sociales y políticas que buscan este cambio social. Pero no encuentran el mecanismo ni la forma para que los intereses particulares de cada uno sean respetados y considerados en el beneficio de todos. Ante esa situación solo hay una salida: anteponer los intereses de todos a los intereses particulares de cada uno. Las elecciones casi nunca han sido una oportunidad para la unidad y menos aún el inicio de un proceso unitario de más largo plazo. Pero el pasado no tiene que ser una fatalidad para el futuro.

En nuestra opinión, liberada de todo interés particular, la mejor oportunidad para la unidad en la actual coyuntura electoral la constituye la candidatura presidencial del Dr. Luis Macas. Todos ustedes han mostrado una trayectoria de compromiso y coherencia con la tendencia, más allá de diferencias, a veces marcadas, en los diagnósticos y líneas políticas específicas. Todos ustedes han pugnado por construir organizaciones estables que luchen por los objetivos últimos que todos compartimos. La diferencia que nos hace pensar que la mejor opción de unidad es Luis Macas no es el compromiso personal ni la coherencia con los objetivos que compartimos. La diferencia es que ese candidato simboliza y representa el principal movimiento social nacional que en la actualidad está luchando por el cambio en el país. No representa la buena voluntad o el compromiso de una persona, sino el esfuerzo de una generación de excluidos por hacerse protagonistas de un cambio que no espera beneficiarlos solo a ellos sino a todos. Al margen de sus errores pasados o actuales, el movimiento indígena ecuatoriano mostró en las jornadas de este año contra la firma del TLC y por la caducidad del contrato con la OXY, que más allá de sus intereses corporativos, es capaz de poner por delante los intereses de todos en una lucha nacional. A pesar de los esfuerzos que todos hacemos por construir movimientos populares similares, y de las debilidades o pasos en falso que han existido en el pasado, no existe por el momento otro ejemplo mejor del camino que nos falta por recorrer para cambiar este país desde sus raíces.

Les pedimos a todos ustedes, pero muy especialmente al Dr. Enrique Ayala y al Econ. Rafael Correa, que depongan sus candidaturas presidenciales a favor de la candidatura de Luis Macas. A nuestro entender es la mejor oportunidad que tenemos para forjar la unidad de las fuerzas que luchan por la transformación social en la situación actual. Su gesto los enaltecería personalmente, honraría la historia de los mejores luchadores populares que este país ha visto nacer, y crearía una expectativa de cambio y esperanza que todos los sectores populares necesitamos con urgencia.

Al Dr. Luis Macas le corresponden dos tareas de gran importancia. Debe abrir el gran cauce de participación por el cual se respeten los intereses legítimos y se discutan con amplitud las visiones variadas que tenemos todos sobre la salida a los males estructurales que nos aquejan. Un programa mínimo del cambio social debe ser mucho más que un papel y una formalidad. Cómo recuperar efectivamente para el país el control de la política petrolera y energética; cómo fortalecer una seguridad social pública y universal; cómo asegurar un sistema tributario donde paguen más los que más tienen y reciban más los más desfavorecidos; cómo convertir al sistema financiero en una herramienta para la promoción de la producción prioritaria y no en un mecanismo de especulación y enriquecimiento de los más ricos; cómo mantener una política exterior soberana, anti-imperialista, de verdadera integración a la economía mundial y no de sometimiento a los intereses multinacionales; cómo fortalecer la organización popular autónoma y deliberante. Esos son algunos de los principales desafíos que un programa mínimo debería abordar con suficiente detalle como para servir de guía práctica para la lucha política y la acción de gobierno.

El Doctor Macas debe organizar un equipo de gobierno con los mejores militantes de la izquierda. La ejecución eficaz de un programa de transformación solo será posible si los mejores cuadros políticas de sus partidos y movimientos dan lo mejor de sí para vencer toda una historia de control que sobre las instituciones del Estado han perpetrado los grupos dominantes desde siempre; y si, además, una gran alianza social y popular defiende desde todos los espacios las decisiones de su gobierno.

Nuestra carta es un gesto de buena fe. Muchas veces las semillas han caído en tierras áridas. Esperamos que las luchas exitosas de este año hayan fertilizado el campo abierto de una tendencia que tendría mucho que ganar con la unidad. El pueblo ecuatoriano tiene hambre y sed de justicia; es hora de multiplicar los panes y cambiar los odres.

Gonzalo Cassa, CI. 170087815-8

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