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Pachakutik de Cotopaxi, una lección de democracia participativa

Comisión por la Defensa de los Derechos Humanos

Boletín de prensa

Quito, 24 de julio de 2006

Viernes 21 de julio, Coliseo del Colegio Simón Bolívar de Latacunga, desde las nueve de la mañana han comenzado a llegar los/as delegados/as de 28 Organizaciones de Segundo Grado (OSG) correspondientes a siete cantones de la provincia. Cerca de las once se instala la Asamblea Ampliada Provincial de Pachakutik de Cotopaxi para elegir a quienes participarán como candidatos/as a las diputaciones y consejerías provinciales en las elecciones del 15 de octubre. Las candidaturas a concejales/as ya han sido resueltas internamente en las estructuras cantonales.

Diez delegados/as principales por OSG más cinco fraternos. Otro tanto de simpatizantes admitidos "porque queremos ver y aprender". Se suman las autoridades electas, invitados especiales y las delegaciones fraternas nacionales e internacionales. Las wipalas ondean en varios sitios y coronan la vestimenta de la mayor parte de asistentes. Coliseo repleto, equipo de sonido impecable, las comisiones de inscripciones, de seguridad, de logística, etc., se dan abasto con serenidad.

El Coordinador Provincial del Pk constata el quórum e instala la Asamblea, se aprueba el Reglamento del evento y se nombra al Jurado Calificador, con personas de fuera de la provincia o sin mayores vínculos con el Pk, pero "con experiencia en procesos electorales alternativos". Comienza entonces una de aquellas sesiones maratónicas que sólo se puede vivir con interés y atención cuando se es militante convencido.

Cada una de las organizaciones puede presentar un/a candidato/a y esta persona debe cumplir varios requisitos, aparte de lo señalado por la Constitución de la República y la Ley de Elecciones. Y es esta particularidad que le da originalidad y vida a la democracia participativa con enfoque indígena cotopaxense. Pues en verdad, cualquier persona del Pk que aspire a ser candidato o candidata de elección popular sabe, por esas tierras, que "la participación política no es una forma de vida, ni tampoco es un fin, solo es un medio o una forma de ejercer a plenitud los derechos políticos" y que "debe tener un largo proceso organizativo comunitario y social, convicción y lealtad política, y una experiencia de no menos de cinco años", según establece el Artículo 30 del "Reglamento de Participación Electoral del MUPP-NP de Cotopaxi", debidamente aprobado en Congreso Provincial y notariado en el Cantón Latacunga.

Pero no son estas estipulaciones las que llaman la atención, ni tampoco el hecho de exigir que "el candidato/a no deberá tener vínculo familiar con las autoridades provinciales o locales en funciones, hasta el segundo grado de consanguinidad y primero de afinidad", o que, "si es o fue autoridad o colaborador deberá estar al día en sus aportaciones del 10% del sueldo global". Tampoco es extraño que se contemple que el postulante debe "ser de preferencia bilingüe intercultural, Kichwa-Castellano", y menos aún cabe sorprenderse porque se demande "firmar y notariar una renuncia sin fecha, en papel membretado de la respectiva autoridad o jurisdicción".

Lo esencial está en el Artículo 34 del mencionado Reglamento, que establece los Criterios de selección de los candidatos, por medio de una matriz de puntajes que destella sabiduría. En efecto, cada postulante sabe con la debida anterioridad que deberá presentar al menos diez certificados y diplomas de capacitación, y eso vale 6 puntos; el debate entre precandidatos le puede significar 20 puntos (15 por la exposición en castellano, 5 por la exposición en kichwa); la propuesta escrita le aportará al menos 10 puntos (5 por la realidad local y 5 por el Plan de Gestión); el aval de la organización a la que pertenece le significará 10 puntos; tendrá 5 puntos si ha participado más de cinco años en procesos organizativos; otros 5 puntos si ha sido dirigente de OSG y 5 más si se ha desempeñado como dirigente de una Organización de Tercer Grado (nivel provincial). La votación que obtenga durante la Asamblea podrían darle 24 puntos ponderados con lo cual sumará 85 puntos, el gran total posible.

Este último criterio constituye un acierto contundente. Como hay 24 puntos atribuibles y 28 organizaciones del Pk, la división da un cociente de 0,857 y un valor por voto de 0,0857 con lo cual hay que ponderar (un precandidato que saque 90 votos de los 280 votantes obtendrá 7,71 puntos). Es decir que el momento de la verdad se juega en la Asamblea, no en los proselitismos de comunidad, no en los eventuales amarres de familias, no en los ofrecimientos o presiones de caudillos locales, menos aún en las insinuaciones de autoridades electas. El clientelismo se encuentra así relativizado, reducido a su mínima expresión numérica y política.

Cada precandidato tenía diez minutos para su exposición oral, libre de escoger cuánto habla en kichwa y cuánto en castellano. Al cabo de su intervención los asambleístas podían hacer preguntas por escrito que el jurado seleccionaba o fusionaba por su importancia hasta un número de tres, a las cuales el precandidato contestaba en cinco minutos. El orden de intervención fue sorteado con papelitos doblados que un delegado fraterno de una organización indígena del Perú sacaba al azar.

Diez precandidatos/as, diez intervenciones llenas de información pertinente, de propuestas viables, compromiso a raudales y esa emotividad sincera que sólo los pueblos originarios saben cultivar. Tres urnas, votación por organización, credencial en mano y lista de inscritos para sumillar. Más transparencia no se puede pedir.

Fue así como los vientos de Zumbahua, de Tigua, de Sigchos, de Llactakunka y de tantos otros lares de la serranía cotopaxense y las cálidas brisas de La Maná o El Corazón inundaron de esperanza de cambio el Coliseo. Cerca de las ocho de la noche fueron proclamados los resultados: para consejeros terciarán Carlos Espín, Antonio Llumitasig, María Elvia Tipantuña, Manuel Caiza y Beatriz Padilla; los candidatos a diputados serán Raúl Ilaquiche, Jorge Guamán, Carlos Riofrío, Manuel Tipantuña y Alicia Abata.

Esa esperanza provincial irá sin alianzas locales, apostándole a la propuesta y a la organización. Convencidos que a nivel nacional las perspectivas tienen otro cantar...

Víctor Hugo Jijón

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