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Carta al presidente Correa

Fundación Pueblo Indio del Ecuador

Oficio Número 465

Quito, 8 de diciembre de 2006

Valore y haga valorar, Respete y haga respetar ese tesoro que tenemos en Ecuador: la existencia de los pueblos indios
(Mons. Leonidas Proaño, desde su lecho de agonía, al Presidente Borja)

Querido Señor Presidente:

Quienes integramos la Fundación Pueblo Indio del Ecuador nos congratulamos con su triunfo, y estamos seguros de que por fin los problemas más difíciles y agudos que afectan al Ecuador comenzarán a resolverse con enfoques nuevos y desde posiciones políticas progresistas.

Le hemos escuchado, en sus discursos, que todos aquellos de manos limpias, corazón ardiente y mentes claras tendrán derecho a participar en las decisiones que tome su gobierno.

El legado humanístico que la Fundación Pueblo Indio del Ecuador recibió de Monseñor Leonidas Proaño, de trabajar por la libertad y desarrollo de los pueblos indígenas, nos ha comprometido a apoyar sus luchas y reivindicaciones, a resaltar sus esfuerzos por la renovación de la vida en nuestra sociedad, a promover la comprensión de sus culturas diversas y a trabajar para superar el racismo, enquistado en el Estado y sociedad ecuatorianos.

Sabemos que algunos dirigentes indígenas plantearon ya sus demandas y esperanzas en días pasados, a miembros de Alianza País, y conocemos que sus inquietudes fueron recogidas por sus representantes. La Fundación Pueblo Indio del Ecuador, sin embargo, desea subrayar varios aspectos importantes que durante la campaña se expusieron, pero que no contemplaron la especificidad de las demandas indígenas.

Nos parece encomiable que el nuevo gobierno haga énfasis en garantizar los derechos humanos, sin embargo, pensamos que es urgente priorizar políticas públicas que garanticen la vigencia de los derechos colectivos como pueblos, que ya están consagrados en la última Carta Política y en el Convenio 169 de la OIT, ratificado en el año 1998 y que por lo tanto es Ley de la República.

Reiteradamente usted ha sostenido la necesidad de instaurar una verdadera democracia en nuestro país, y en eso le apoyamos, pero sin la inclusión de los Pueblos Indígenas en el quehacer político del Estado ecuatoriano, no habrá democracia. Es vasto el campo de acción para reparar los daños históricos ocasionados a los legítimos habitantes de nuestro suelo, y estos pasan por la necesidad de asegurar tierra y territorio en donde se puedan ejercer competencias, en el fortalecimiento de sus identidades culturales: sus tradiciones, espiritualidad, lenguas, culturas, economías y formas de hacer política, medicina y educación, hasta la necesidad del ejercicio de la pluralidad jurídica y la autodeterminación. Para todo esto, Econ. Correa, gozamos ya de la vigencia de los instrumentos señalados, que sólo por falta de voluntad política, hasta ahora, han quedado simplemente enunciados.

En esta línea de análisis entendemos que la Asamblea Nacional Constituyente, con plenos poderes, legítima demanda de toda la ciudadanía, tiene que ser integrada, de manera equitativa, por auténticos representantes de nacionalidades y pueblos, de acuerdo a sus propias formas de elección interna.

Por otro lado, con satisfacción vemos que se van perfilado políticas correctas y soberanas respecto a los recursos naturales de nuestro Ecuador, sobre todo en lo que tiene que ver con el petróleo. Más, nada se dice aún respecto a acciones concretas para defender los territorios indígenas que paulatinamente van siendo desvastados por la explotación petrolera. Como recoge nuestra Constitución Política, los indígenas tienen derecho a Ser consultados sobre planes y programas de prospección y explotación de recursos no renovables que se hallen en sus tierras y que pueden afectarlos ambiental o culturalmente; participar en los beneficios que estos proyectos reporten, en cuanto sea posible y recibir indemnizaciones por los perjuicios socio-ambientales que les causen (Art. 84, numeral 5 de la Carta Magna). La destrucción del ambiente en territorios indígenas de la Amazonía, ha sido ya denunciada por los propios pueblos indígenas en Cortes Internacionales.

Usted señor presidente ha expresado que apoyará las autonomías seccionales para descentralizar el poder, sin embargo, consideramos que se debe analizar si esas autonomías responden a los intereses de las mayorías que están en la construcción de un nuevo país. Por otra parte, las autonomías de hecho, que se ejercen en las comunidades, y las de derecho que la lucha indígena va conquistando, merecen ser potenciadas.

Estamos de acuerdo que se quiera buscar soluciones a los dolorosos problemas de los emigrantes, pero creemos que también se deben considerar los graves problemas de los indígenas que abandonan el campo, que conforman en las grandes urbes los sectores más desprotegidos y vulnerables en nuestro país, y que arrastran como estigma su cultura y su lengua. Hecho que repercute en su degradación humana.

En lo que respecta a la institucionalidad del país, apoyamos los principios ideológicos de Alianza País, pero creemos que las culturas indígenas por ética y democracia deben estar representadas en las instancias del Estado. De aquí, que pensamos que deben apoyarse desde el presupuesto estatal sus propias instituciones: la DINEIB, la Secretaría de Salud Indígena, y CODENPE.

El movimiento indígena es el logro más importante en la política de América Latina por su persistente búsqueda para encontrar una democracia plural, donde tengan cabida no solo los intereses de las naciones, sino también los intereses específicos de los pueblos originarios. Los Pueblos Indígenas son portadores de una nueva identidad política, sus aportes cognoscitivos son invalorables para la pluralidad cultural. Han demostrado ser capaces de influir en la marcha de los asuntos estatales, hasta el punto de ser gobierno como constatamos en el caso boliviano.

Confiamos que su gobierno será (tiene que ser) consecuente con los postulados no sólo de su campaña, sino con los principios ideológicos y éticos que le han acompañado toda su vida. En el cumplimiento de ellos, cuenta con nuestro respaldo y adhesión sincera.

Hacemos votos por el éxito de su mandato.

Con un saludo fraterno,

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