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¡No queremos minería a gran escala! ¡Movilízate!

DiablUma, Organización Político-Cultural

Quito, 19 de enero de 2009

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Más allá del doble chantaje existente dentro de la izquierda y los movimientos sociales, que si gobiernistas o infiltrados. DiablUma hoy anuncia su participación en las históricas movilizaciones convocadas por la CONAIE para este día martes 20 de Enero, poniendo en claro mediante este manifiesto nuestra posición política así como algunas reflexiones.

Partimos planteando claramente que los sistemas económicos o monetarios, son simplemente sistemas de valores basados en un acuerdo o convenio; es decir que el valor que hoy tienen el oro o el petróleo obedecen a un simple acuerdo o convención entre los diferentes grupos de poder que dominan la economía mundial. Que la profunda crisis que actualmente vive el sistema capitalista, no solo es una evidencia del colapso de los valores que ha impuesto este; en el que la supervivencia de la vida, está por debajo de la acumulación de riquezas imaginarias. Sistema en el que se ha especulado mucho más allá de los recursos existentes en el planeta y que por tanto lo está destruyendo.

La preservación de ese orden y de esos valores hoy significa la muerte de miles de palestinos, colombianos, iraquíes y afganos en un desesperado intento del sistema capitalista por renovarse provocando a más países a participar de una gran guerra que les permita regenerar un status quo perdido e imposible. Sistemas de valores basados en acciones y acuerdos de los grupos de poder que dominan y manipulan la economía mundial con el fin de darle un aliento al sistema capitalista inmerso en una profunda crisis.

Sobre la androcéntrica y anticuada idea de que los recursos naturales son infinitos y siendo deber y derecho del hombre explotarlos y dominar así la naturaleza, el capitalismo global ha especulado muy por sobre lo imaginable sobre la venta y producción de productos basados en estos recursos. Vemos como en un acto criminal e irresponsable con el futuro de la vida han sostenido el negocio del petróleo a base de la guerra, la invasión y la muerte en Irak, Afganistán y hoy Palestina, existiendo hoy en días muchas otras tecnologías que podrían reemplazar rápidamente al hidrocarburo.

No estamos ciegos, vemos como los procesos de devastación minera han exterminado con la vida en grandes zonas de África, Bolivia, Chile y Perú. Sometiendo a la gente que habita en estas tierras a desplazamientos forzados y a guerras interminables como la que vive el Congo desde 1996, en la que han muerto, entre seis o siete millones de personas, según el Coordinador de Emergencias de la ONU. Esta guerra es financiada por los poderes corporativos occidentales que pretenden controlar la riqueza minera de la región [1]. Comprobamos así que el sistema capitalista solo puede ser infinito si los recursos son infinitos; de momento para asegurarse la provisión de estos recursos recurrirán a la descarada guerra que les permita la apropiación de los mismos y también para asegurarse negocios en la venta de armas, los préstamos insensatos y en menor grado la reconstrucción y venta de tecnología.

Es en este contexto que desde América Latina surge la necesidad de un cambio de modo de producción, que con un carácter global garantice la vida, la supervivencia de la especie, y que erradique las prácticas económicas criminales que causan las guerras. Para nosotros el viejo anhelo de emancipación pasa necesariamente por la destrucción de este caduco sistema de valores, en el que están contenidos el extractivismo, el machismo, el consumo irracional, la exclusión, la conquista y la imposición. Creemos que es el momento apropiado para empezar a dar pasos concretos que nos permitan dejar de participar en el mercado mundial, tenemos la responsabilidad histórica de no permitir que el sistema capitalista y su lógica de consumo irracional se prolongue, sino al contrario de generar procesos que le obliguen a colapsar, entiendo esta crisis como una oportunidad para así hacerlo.

Dicho de otra manera, al deteriorar indudablemente nuestro medio ambiente para insertar petróleo, otros minerales y materias primas en el mercado mundial no solo que estamos participando del genocidio por hambre y guerra a nivel global sino que estamos reforzando un sistema contra el cual supuestamente luchamos. La caída de los precios del petróleo y los minerales; la compra por parte de la mayoría de estados del primer mundo de bancos y financieras, la quiebra de las más grandes transnacionales, etc. no solo que demuestra estas afirmaciones sino que vuelve absolutamente propicio el momento para darle un golpe mortal a ese oprobioso sistema: medida que pasa primero por eliminar la dependencia de nuestras economías a las exportaciones dentro de las normas del mercado mundial especulativo, es decir volvernos auto-sustentables y priorizar otro tipo de intercambios y bloques comerciales. Siempre con miras de satisfacer necesidades que verdaderamente tienen valor en un mundo en crisis, es decir, agua, comida, vestimenta, educación, salud, vivienda, cultura. Esto se facilitará mediante el urgente desarrollo de tecnología propia que respetando las necesidades de la vida y no del consumo que nos permita a corto plazo resolverlas todas.

Complementando esto, también se vuelve necesario dejar de pagar una deuda externa desde todo punto de vista absurda, reforzar y presionar para que otros países del bloque lo hagan así como sostener los esfuerzos que se han planteado de crear un bloque económico que sostenga la riqueza en los recursos que garantizan la vida y no en el mercado especulativo global. Nosotros tenemos el agua y los alimentos, por tanto tenemos el sartén por el mango.

Sabemos que a las personas formadas dentro de ese sistema de valores les va a costar entender que la vida tiene más valor que el oro, les costará cambiar de punto de vista, les costará dejar de ver la riqueza como acumulación, pero estamos seguros de que en esta disputa estamos miles de hombres y mujeres; sobre todo porque significa garantizar nuestra supervivencia y futuro digno. Sabemos así que se requerirán de grandes sacrificios diarios. Pero planteamos también como una fuerte reflexión que el hecho de permanecer neciamente dentro de un barco que se hunde generará desesperación y dolor cuando la crisis y la necesaria guerra lleguen a nuestros hogares. Pensemos que para resolver sus problemas de desempleo los grandes países del tercer mundo botarán todo el peso de la crisis al tercer mundo: lo primero que restringirán los países del primer son las importaciones, como ya se hace actualmente en nuestro país.

Frente a este modelo extractivista proponemos la construcción de un modelo de desarrollo sustentable. Donde se priorice la producción de valores de uso y no de valores de cambio. Una sociedad que satisfaga las necesidades humanas siempre que estas estén dentro de un horizonte, solidario, colectivo y cooperativo que no atente contra naturaleza y la vida. Distribución equitativa de las riquezas producto del trabajo social desde una planificación democrática, donde importa cómo se produce y se distribuye con la decisión de la propia sociedad. Autogestión, autoorganización, autogobierno.

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Este proceso de cambio que hoy vive Latinoamérica y del cual nuestro país ha sido en muchos momentos el epicentro, ha devenido también en una gran crisis de los movimientos sociales ecuatorianos, los mismos que una vez asumido el gobierno por parte del economista Rafael Correa, se encontraron como nosotros frente a la disyuntiva que propone el ejercicio del poder y que consiste precisamente en participar o no del Estado. Frente a este dilema la mayoría de partidos y organizaciones se encuentran hoy trabajando, muchos maniatados por su decisión de participar en este proceso desde dentro. Aceptando así tácitamente la batuta del gran director de orquesta de éste proceso: el Presidente de la República, quien ha tenido grandes aciertos y conduce en muchos campos una política de gobierno acertada que reconoce en su accionar varias de las consignas de procesos de cientos de años de resistencia y movilización. Podemos citar con orgullo la soberana posición frente al atentado colombiano en Angostura, la política de control en los organismos públicos, la posición frente al pago de la deuda externa, la prioridad en el gasto social, la expropiación y juicios a los responsables del feriado bancario, el proceso en contra de la impunidad en los crímenes de estado a través de la comisión de la verdad, la salida de la base de manta. Además de haber derrotado y hundido a la derecha tradicional y a la Iglesia y desenmascarado públicamente a los medios de comunicación masiva, etc.

Es así que no creemos que exista mala voluntad detrás de la intención gubernamental de extraer minerales a gran escala sino más bien una equivocada y caduca visión del desarrollo, misma que se debe debatir en el seno de la sociedad. De hecho, la Constitución recientemente aprobada es un reflejo del imaginario de la Revolución Ciudadana, sin duda, es mucho más democrática que todas las constituciones anteriores, se eliminó por ejemplo casi todas las formas de precarización laboral. En general la nueva Constitución es una mezcla un poco barroca andina de varias vertientes de pensamiento, el liberalismo clásico, el pensamiento ancestral andino, un fuerte componente ecologista y de género, tendencias humanistas modernas, nacionalismo y cierto antiimperialismo articulados por el discurso de la participación ciudadana. Sobre la base de un fuerte presidencialismo y tendencias de capitalismo estatal regulador del mercado. Algún dirigente de Alianza País definió su proyecto como el de construir una sociedad de propietarios y productores, que da cuenta del sueño de un capitalismo de pequeños propietarios, típica ensoñación de la clase media [2].

Otros sectores populares y de izquierda con discurso propio han destacado al mostrarse totalmente reticentes y desconfiados frente a este proceso. A los cuales les reconocemos su capacidad para mantener una agenda propia. Pero no admitimos su visión de igualar a este gobierno con gobiernos de ultra-derecha neoliberal represiva como el de Lucio Gutiérrez pese a sus timoratas posiciones frente a la invasión a Palestina o su no participación en el ALBA. Establecemos mediante la exposición de estas reflexiones una necesaria distancia con estos sectores, especialmente con sectores anti-minería que con un discurso sesgado no solo que no involucran en su lucha ni en su discurso a sectores urbanos sino que al contrario se enemistan con ellos, participando en el doble chantaje que mencionábamos al principio, en este caso si no apoyas íntegramente sus contenidos estas con el gobierno, actitud tan irresponsable como la que pone a los críticos a las políticas de gobierno en el bando de los infiltrados. Insensato también con el futuro puesto que no llegan a cuestionar a profundidad el modelo de producción, desde soluciones de parche que se articulan igualmente con el capitalismo global, léase producción orgánica o turismo comunitario.

Es nuestro deber recordar que si hay algo que este país no ha admitido bajo ningún punto de vista es la represión. Llamamos en primer término al diálogo debido a que este conflicto por el modelo de Estado dentro de la izquierda permite la emergencia de nuevos sectores desesperados de oposición que desde medios probablemente cobardes y traicioneros atenten contra nuestros proyectos comunes de liberación. Llamamos también al diálogo reconociendo que gracias al movimiento indígena ecuatoriano hemos llegado a tener la posibilidad de una real transformación además de que nos sentimos identificados y reconocidos en el modelo de Estado que plantean nuestros runas, y nos asumimos como defensores también de una cosmovisión conjunta que no sitúa al hombre como centro de la vida sino solo como una parte de ella. Diálogo en vez de represión, un diálogo que consista en escuchar los puntos de vista, discutir profundamente y en conjunto con toda la sociedad ecuatoriana y latinoamericana sobre el modelo de producción y las visiones de desarrollo; así construir juntos y en acuerdo una estrategia que nos permita salir de la crisis mundial vivos y con el sartén por el mango. Es nuestro deber fortalecer la organización social, generando una alianza estratégica entre los sectores indígenas-populares y el gobierno para garantizar la supervivencia de este proceso y que impida que este último se autonomice como un gobierno de clase media con un programa de Capitalismo de Estado. ¿Por qué se dialoga con los empresarios y no con el Movimiento Indígena?. Diálogo intercultural como solución civilizatoria.

Conocedores de los límites de una revolución ciudadana que desconoce los derechos colectivos tanto de los pueblos indígenas como de las culturas urbanas. Un reforzado intento por volvernos a todos ciudadanos capaces de producir. Aspira a tener un país decente que respete el orden y la institucionalidad. Planteamos en el marco del respeto a los derechos colectivos una revolución que destroce las estructuras del sistema capitalista hoy derrotado por sus propias trampas.

En primer lugar no todos los sectores sociales nos asumimos como ciudadanos por lo que tampoco construimos nuestras identidades y relaciones dentro de la ciudadanía; dejando fuera de este proceso las lógicas y la existencia misma de otros sectores urbanos y rurales que respondemos a la participación comunitaria más que ciudadana individualista, violentando nuestros derechos y manteniendo nuestra condición de excluidos y criminalizados. En segundo lugar la revolución ciudadana no ha consolidado propuestas reales que nos alejen de la depredación del sistema capitalista y por el contrario, creemos que afirma su lógica extractivista.

Dentro de esta lógica se enmarcan las políticas de seguridad ciudadana, desarrolladas por el Ministerio de Gobierno, a través de las cuales se han gastado millones de dólares en el equipamiento y tecnificación de la policía nacional, bajo el presupuesto de que la seguridad de las personas radica en un aumento de la represión, y muy poco en las políticas de prevención que parten del entendimiento de que existe sistema que vuelve violenta y marginal a la pobreza, resiente y obliga a su uso como salida de la miseria y la exclusión. En este sentido la revolución ciudadana continua criminalizando la pobreza y la diversidad entregando la seguridad de todos y todas a seres humanos violentos, para los que todo lo que no entra en el marco de su imaginario es criminal.

DiablUma nuevamente se hermana y se suma así a la lucha por la vida y la dignidad emprendida por el Movimiento Indígena Ecuatoriano. Rechazando firmemente el uso de prácticas violentas como las vividas por los hermanos que están defendiendo nuestra agua en las zonas mineras, o como la persecución a balazos a rockeros en el sur de Quito por parte de un policía ebrio, y sobre todo la inoperancia del sistema judicial en los casos de violencia por discriminación.

Claramente decimos ni gobiernistas ni infiltrados, seguimos firmes a nuestros principios ideológicos y luchamos desde nuestros frentes por la revolución. Apoyaremos sin ninguna vergüenza al gobierno ciudadano en todos sus aciertos y lo criticaremos y presionaremos también en actitud independiente y madura cuando lo consideremos necesario. Es hora de romper el clima de intolerancia dentro de la izquierda rompiendo así con la vieja práctica de determinar quien tiene la verdad absoluta. Hoy la verdad la hacemos todos en base al diálogo intercultural.

Esperamos que este documento abra un espacio para el profundo y contenido debate. Finalmente llamamos a los hombres y mujeres de sectores urbanos a sumarse a esta movilización pacífica el día 20 de enero e invitamos al gobierno y a los movimientos sociales a abrir espacios de discusión y dialogo que nos permitan construir un Ecuador digno, libre de represión, libre de minería a gran escala y con cambios profundos en el modelo de producción.

Notas

  1. [1] Genocidio "High-Tech" en el Congo, por Keith Harmon Snow (http://www.voltairenet.org/article144318.html)
  2. [2] Ecuador: Las claves de la "Revolución Ciudadana", por Leonardo Ogaz A.

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