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Pronunciamiento de organizaciones de Derechos Humanos del Ecuador ante la movilizacion indigena del 20 de Enero

Quito, 19 de enero de 2009

Al igual que la mayoría de la población ecuatoriana y de colectivos y movimientos sociales, las organizaciones de Derechos Humanos hemos defendido y luchado por la posibilidad de construir Una nueva forma de convivencia ciudadana, en diversidad y armonía con la naturaleza, para alcanzar el buen vivir, el sumak kawsay; una sociedad que respeta, en todas sus dimensiones, la dignidad de las personas y las colectividades..., anhelo que ha sido plasmado en la Constitución ecuatoriana.

La realización de este sueño, de construcción de una sociedad más justa y equitativa, de un modelo de desarrollo basado en el respeto a la naturaleza y a la dignidad humana requiere también la construcción de una democracia que permita escucharnos entre quienes lo compartimos; una democracia mediante la cual, el ejercicio del poder no sea la imposición y la fuerza, ni el diálogo y la toma de decisiones a puerta cerrada.

Con los mismos argumentos de desarrollo y progreso con que inició la era petrolera, hoy en día, el Gobierno sostiene su decisión de implementar la minería metálica a gran escala. Se pretende que esta actividad extractiva y sus impactos en el ambiente, en el agua, en las poblaciones campesinas e indígenas y en la población en general, sean "el bajo  precio" que el país pague por un desarrollo que ya no se dio durante cuatro décadas de explotación petrolera.

Frente a la minería a gran escala, las poblaciones campesinas y ancestrales (indígenas y afroecuatorianas) han asumido la defensa del ambiente y sus derechos, cuestionando la extracción de recursos naturales como forma de desarrollo, poniendo en debate los paradigmas de riqueza y pobreza, el asistencialismo versus la autogestión, el trabajo minero dependiente versus las actividades tradicionales autónomas.

Preocupa que el Gobierno no sólo ignore los argumentos y demandas provenientes de los movimientos sociales sino que criminalice, estigmatice, denigre y reprima a las comunidades y a sus dirigentes.

Ante la violencia y represión vividas en las últimas semanas en la zona sur del país, a partir de las manifestaciones populares que rechazan la propuesta de Ley Minera oficial, las organizaciones firmantes tenemos la obligación de expresar al país, lo siguiente:

  1. Exigimos al Gobierno y a la Asamblea Nacional el cumplimiento de los principios fundamentales que animaron de la nueva Constitución Política del Ecuador y los derechos fundamentales que en ella se consagran. Es obligación del Estado garantizar el carácter integral, indivisible, inalienable, interdependiente y de igual jerarquía de los derechos humanos. Resulta inconcebible que estos se vulneren con el justificativo de la búsqueda de recursos económicos para la inversión social.
  2. Exigimos a la Asamblea Nacional abrir el diálogo y la consulta a las comunidades afectadas para elaborar un marco legal, que orientado por la protección de los derechos humanos y de la Naturaleza, regule la minería que se está desarrollando en el país: áridos y metálica artesanal y de pequeña escala. Igualmente, instamos a que el Gobierno propicie un real y profundo debate sobre la minería a gran escala.
  3. Finalmente, las organizaciones de Derechos Humanos firmantes ratificamos nuestro compromiso con las aspiraciones de cambio del pueblo ecuatoriano y nos mantenemos alertas ante la posible violación de derechos humanos de las personas que hagan ejercicio de su derecho a la protesta y resistencia.

Firmamos,

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