Ecuador Llactacaru




Caza humana en Barcelona



Barcelona, 15 de diciembre de 2002.


La actual Ley de Extranjería impide regularizar su situación a numerosos ciudadanos inmigrantes que se encuentran en territorio español y establece la expulsión para aquéllos que no dispongan de documentación en regla. La apertura de un expediente de expulsión cierra las puertas a cualquier posibilidad de regularización y aboca a la exclusión social a cientos de “sin papeles” que son interceptados cada día por la Policía. Muchos de ellos son trasladados a los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) como medida previa a la apertura del proceso de expulsión. Los CIE constituyen un limbo legal en el que los detenidos carecen de derechos y se encuentran indefensos ante las arbitrariedades de los policías de turno, por lo que son un espacio de violación sistemática de los Derechos Humanos y de total impunidad para los violadores de los mismos, como lo han venido señalando reiteradamente Amnistía Internacional y el Defensor del Pueblo. Además, en los CIE no existen las más mínimas condiciones para albergar personas, tanto si éstas se encuentran “retenidas” por unas horas hasta que se les abra expediente de expulsión y vuelvan a la calle, como si se encuentran internadas por varios días.

Últimamente la policía no sólo persigue a los ciudadanos inmigrantes en la calle, sino incluso en espacios privados, pues son habituales las invasiones de domicilios y de locales particulares, como agencias de envíos y locutorios telefónicos. El pasado martes 3 de diciembre, por ejemplo, se realizó una batida en el interior de una agencia de envíos de la calle Joaquin Costa de Barcelona. Los policías bloquearon la salida de este local, al que la gente acude pacíficamente a remitir dinero para la manutención de los familiares que se encuentran en los países de origen, y se llevaron a siete personas, trasladándolas al Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de La Verneda. A estas personas se les negó el derecho a realizar una llamada telefónica para comunicar su situación a la familia o amigos (“¿te crees que estamos en una película americana?”, contestó un policía a quien se invocó este derecho). En el transcurso de la noche, los guardias del centro torturaron psicológicamente a las mujeres que se encontraban en las celdas, amenazándolas con agredirlas sexualmente.

Mientras la sociedad española continúe mostrándose indiferente como hasta ahora respecto a las consecuencias inhumanas de la política migratoria del Estado Español y del conjunto de la Unión Europea, esta situación no cambiará: muertos en el Estrecho, violaciones de los Derechos Humanos contra colectivos que no pueden defenderse, racismo institucional... ¿No es el momento de abrir los ojos y articular una respuesta social para decir basta a la Ley de Extranjería y a la prepotencia del Gobierno?



Ecuador Llactacaru

Asociación de Inmigrantes Ecuatorianos en Catalunya
para la Solidaridad y la Cooperación





 
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