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Mujer inmigrante... doble exclusión





Vivimos en una sociedad mandada por "hombres". Basta encender el televisor y contar los protagonistas principales del acontecer cotidiano. Hombres son Bush, Blair y Aznar, los tres blandiendo sus misiles y sus bombas, presumiendo de masculinidad y poder. Hombres son la mayoría de políticos, reyes, alcaldes, militares, policías, ingenieros, empresarios y ejecutivos. Hombres son todos ésos que arrastran su mediocridad ejerciendo jefaturas y tiranías varias en los más diversos entornos sociales, desde la gran empresa hasta el pequeño taller, pasando por la familia y por la iglesia.

Y las mujeres no se ven. En esta sociedad mandada por hombres, construída a la medida del hombre, son éllas las primeras excluídas. Quitando algunas pequeñas muestras, en unos casos incrustadas el marco de lo "políticamente correcto" y en otros verdaderamente admirables por el tesón y el esfuerzo personal que revelan, en la sociedad de los "hombres", la mayoría de las mujeres recorren los diferentes estratos de la invisibilidad, la sumisión, la discriminación, el desprecio. Éllas son las más pobres de los pobres, las más trabajadoras de los trabajadores, las peor pagadas de los peor pagados, las ignoradas de los ignorados. Las excluídas de los excluídos.

De tiempo atrás se vienen denunciando los menores sueldos que se pagan a las mujeres por idéntico trabajo al de los hombres, la falta de oportunidades de estudio y promoción, el alargamiento infinito de su jornada laboral continuada en casa en las tareas del hogar y el cuidado de los hijos, la falta de reconocimiento social del trabajo sin sueldo de las amas de casa que trabajan 24 horas sobre 24 horas los siete dias de la semana, los malos tratos en todos los niveles, dolorosa y especialmente en el ámbito familiar, el frecuente acoso y chantaje sexual en el trabajo...

Y en este contexto, la mujer inmigrante es doblemente excluída: por ser mujer, por ser inmigrante. Doble exclusión que se entrecruza y se refuerza en uno y otro sentido, porque muchas veces se abusa escandalosamente de las mujeres inmigrantes aprovechando la situación de indefensión que conlleva su condición de inmigrante (mucho más si no tiene papeles). Y muchas otras veces más se abusa de las inmigrantes mujeres por su propia condición de mujer previamente excluída. El 50% de la humanidad son mujeres, el 50% de la humanidad está excluído..


Editorial del nº 8 del Boletín Huellas

Marzo de 2003



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Asociación de Inmigrantes Ecuatorianos en Catalunya
para la Solidaridad y la Cooperación





 
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