Ecuador Llactacaru

Elecciones e inmigrantes

Marzo de 2004

 

El 14 de marzo hay elecciones generales en España para renovar las cámaras estatales del Congreso y del Senado. De éstas saldrá el Ejecutivo que gobernará el país durante los próximos cuatro años. De cara a la "conquista del voto", las temáticas presentes en las propuestas partidistas son abordadas a través de las múltiples y diversas promesas electorales ofrecidas por los diferentes candidatos, especialmente aquéllos con opciones reales de llegar a formar gobierno (léase PP y PSOE).

Hay sin embargo, temas oscuros, incómodos o controvertidos, sobre los que los grandes partidos "pasan de puntillas". Entre estos, destaca especialmente la inmigración, delicado ámbito en el que la derecha se mueve a sus anchas aplicando perspectivas puramente policiales y represivas, cuando no con guiños cómplices hacia posturas interesadamente erróneas, rayanas con el racismo y la xenofobia, que asimilan migración y delicuencia y dan por válida la sentencia de que los inmigrantes "quitan el trabajo a los españoles". Sobre los sin papeles, nada. No haber venido, dicen desde el PP: Oficialmente están expulsados y no se entiende cómo no obedecen la orden gubernamental y no se van...

El PSOE por su parte, aunque más matizada la opción policial, renuncia sin embargo a condenar abiertamente las tesis del PP ante el temor de perder esos posibles millones de votos que son alimentados desde el poder en el miedo hacia el extranjero inmigrante y pobre.

Ambos partidos, comparten el mismo grandilocuente discurso en orden a "controlar los flujos migratorios", sin abordar las causas de los mismos; a "perseguir las mafias", cuando la principal razón de la existencia de éstas es el sistema de vallas, muros y fronteras erigido por países como España; a "eliminar la irregularidad", despiadadamente a golpe de detenciones y expulsiones.

Y es que los inmigrantes no votan, pero dan votos... a todos aquellos que pescan en las aguas de la insolidaridad, del egoísmo, del acomodo sin compromiso, de la ceguera irresponsable...

En el mercado electoral, lamentablemente, la justicia, la solidaridad y los derechos humanos, no compran los suficientes votos para poder cambiar el futuro de esta sociedad peligrosa y progresivamente instalada en la autocomplacencia.

Queda sin embargo la esperanza, alegre, de esos otros millones de españoles, rebeldes, como demostraron en las movilizaciones contra la guerra de Irak, que se sienten también inmigrantes y que ven no al extraño amenazante que el poder promulga, sino al hermano recién llegado con el que compartir compromisos y ciudadanía.

En España, hay más de 2 millones de personas (un 5% de la población) inmigradas. Entre éstas, 800.000 no tienen papeles, ni esperanzas de tenerlos. Para ellas no hay promesas electorales por parte de los grandes partidos. Simplemente, no existen...

 

Editorial del nº 13 del Boletín Huellas

Marzo de 2004

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